Dexter (5x09) Teenage Wasteland: They're all wasted!

“Teenage Wasteland” es como muchos llaman a una canción de The Who que en realidad abre el mítico Who's Next y se llama Baba O'Riley. A “Dexter” muchas veces también se la llama incorrectamente como esa serie de un psicópata forense. Definición corta que no hace justicia a una serie en la que aparece un asesino en serie cuya profesión es ser el ‘chico de la sangre’ del departamento de homicidios de Miami… pero que intenta tener sentimientos humanos frente a su condición. No se trata de una mascarada aunque tenga que tener una doble vida sino que la humanidad se cierne sobre el personaje para que los sentimientos afloren. “Teenage Wasteland”, noveno episodio de la quinta temporada de “Dexter”, viene para funcionar como anticlímax antes del cierre de temporada. Los cuchillos se afilan, el látex se estira y el plástico cubre todo… pero queda un pronto cadáver para colocar en la mesa de catarsis personal del asesino…

…Y ese nombre Jordan Chase. Dexter va a su extraña terapia, con ejercicio incluido, para ver si encuentra alguna pista que le confirme la autoría del los crímenes del fan número uno de Platón. ‘El ejercicio intenso funciona. Rompe tus defensas y aflora tus sentimientos’, al menos es lo que cuenta Jordan Chase que se ha convertido como el gran villano de la temporada. Es la primera vez que Dexter tiene que liquidar a un personaje mediático que no es para nada tonto. El código requiere certeza y la prueba puede estar en un colgante de Jordan que contiene sangre… pero conseguirla es otro cantar. Jordan Chase sabe que Lumen quiere vendetta y ha aumentado su seguridad e incluso ha cambiado de recepcionista. No se fía de nada ni de nadie… aunque Dexter no es nadie y tendrá una nueva oportunidad al día siguiente para tomar una muestra de sangre. Como siempre, los problemas se amontonan pero inteligentemente hacen aflorar los conflictos y motivaciones del personaje.

En paralelo

Astor y una amiga, Olivia, se presentan borrachas y con botella en mano. 347 kilómetros les separan de su hogar y todo parece indicar fuga de adolescentes. Obviamente ni los abuelos de Astor ni la madre de Olivia piensan que se encuentran en casa de un asesino en serie padrastro de la primera. Toca presentaciones y recelos. Lumen tiene que darse a conocer a toda la humanidad y Astor no perdona a Dexter que tenga tan pronto una nueva ‘inquilina’. Todo se complica aún más con la aparición de Harrison que parece cerrar un nuevo círculo familiar con madre ‘postiza’ y futura asesina en serie. Más aún cuando el vástago de Dexter llama mamá a Lumen delante de Astor. Es el menor de los problemas porque las chicas desaparecen de la casa y ¡sin móvil! Elliot, el vecino, ha visto una furgoneta blanca y a un hombre husmeando. Tocan más presentaciones ya que Lumen se implica y por supuesto comunicar el posible secuestro a la policía.

Nuevos objetivos

“Dexter” ahora funciona inteligentemente fusionando y acoplando todas las tramas de cara al desenlace de temporada. Lumen queda al descubierto y es presentada también a Debra como una ‘inquilina sin derecho a roce’. El departamento va a investigar el posible secuestro e intentar localizar la furgoneta con matrícula tomada por Elliot. Las tramas que parecían olvidadas en casos prácticamente cerrados toman nuevas dimensiones por las circunstancias. Debra ha quedado castigada en el archivo por el caso Fuentes pero eso no implica que haya olvidado su auténtica profesión. Investiga el caso archivado de las chicas de los barriles y descubre que no sólo hay ADN de Boyd Fowler. Hay coincidencias con el de Cole Harmon e incluso aparecen el de cuatro personas más… Toca pedir a Laguerta abrir el caso pero se niega en redonda y en redondo. ¿Trabaja por el departamento o por ella misma? Laguerta piensa que Debra quiere vengarse de ella pero dejan las cosas claras… tan claras que abre la caja de Pandora y remite a la joven detective a Quinn sobre sus ‘vacaciones’ y el intento de proteger a su hermano. El caso queda abierto pero Debra pierde el contacto con su ‘novio’ y deja de ser ‘inquilina’. Parece que va a volver al piso de soltero de Dexter y que éste se va instaurar de nuevo y como patriarca de una nueva y extraña familia en su antiguo piso.

Archivando

Quinn explica todo a Debra y pese a sus disculpas ésta le da boleto. Quinn está enamorado de la señorita Morgan y quiere que ese grano en el culo llamado Stan Liddy deje de investigar a Dexter Morgan. Dudo que las serias amenazas de Quinn hagan mella en un tipo listo y vengativo que quiere dar en la boca de homicidios con un caso grande. Recordemos que tiene fotos comprometidas de Dexter y Lumen tirando bolsas de basuras en alta mar. ¿Droga o cuerpo? Por supuesto, delito.

Amenazada

La furgoneta blanca que ansia Dexter es encontrada y esconde a Barry, el novio de la madre de Olivia. Hay más sorpresas: las chicas son pilladas robando un anillo y puestas a disposición paternal pero Lumen ve moratones en el cuerpo de Olivia. Autoría de Barry, of course. Al igual que Astor se sacrifica por su amiga éste lo hace para que Barry se aleje de la madre de Olivia con una espectacular paliza y recupera a Astor al decirle que le quiere antes de dejarle en casa de los abuelos. El padre vuelve a ser padre y quiere ser padre. Realización y catarsis de sentimientos que hacen más humano al que parecía ser un monstruo de la sociedad condenado a la clandestinidad.

Amenazador

Parece que el día donuts sale al final redondo… Dexter robó con facilidad la sangre del colgante de Jordan Chase pero el análisis de ADN lleva ese aparente botín y trofeo a una mujer ¡viva! Nuevas pistas porque recordemos que los donuts de “Dexter” suelen estar envenenados y Jordan Chase ha descubierto el glaseado pastel. Una llamada a casa de Dexter Morgan y una conversación con Lumen: ‘Tic, tic, tic. Es el sonido de su vida agotándose. ¿Puedes asegurarte de decirle eso? Cuídate, Lumen’. Comienza la recta final de la quinta temporada de “Dexter”.