‘Juraría que pensaba que había parón’, le diría sin rechistar y mirando directamente a los ojos al gran jurado. Había cometido un crimen y tenía que aceptar las consecuencias pero es cierto, como que la sangre salpicada es una huella más del delito, que existen ciertos atenuantes. Tal vez no me liberen de una condena que parece obvia y establecida pero, al menos, me sirven para desprenderme de cierta carga moral. Sí, me he perdido el séptimo episodio de “Dexter” y creía que no tocaba. Tocaba y la review (o recap) de rigor no hizo acto de presencia en este bastardo blog. Todo crimen tiene castigo y todo criminal se castiga volviendo al lugar del delito. He vuelto. Dexter Morgan ha vuelto.
Parece mentira que estemos en el séptimo episodio y que prácticamente vayamos a encarar la recta final de una temporada que se ha ido como sangre por un desagüe. Como si de un guión resuelto a modo de matrioskas el asesinato de su mujer llevó a descubrir, en una furgoneta de mudanza, sangre que condujo a Dexter a Boyd Fowler. Éste no mitigó al pasajero oscuro pero abrió una nueva caja de los resortes personales del personaje: ahora ha salvado a una doncella herida de muerte. Se llama Lumen y exige venganza y asociación inmediata con Dexter. Más ayuda para la iniciación de una víctima a la que no le vale apaciguar su dolor con un arresto, juicio y encarcelamiento. Si Neil Jordan se metía en unos terrenos farragosos y pantanosos sobre la moralidad del justiciero en “La extraña que hay en ti” en “Dexter” no se justifican los actos y los asesinatos sino que los asesinos en serie, como Dexter Morgan y Lumen Ann Pierce, son retratados como enfermos con traumas incurables del pasado y víctimas de una extraña adicción que les encadena a cometer sus atrocidades. Han elegido una senda tenebrosa y un bando que no les corresponde pero que prefieren frente al orden natural: matar por placer. Pero ambos necesitan una doble vida que equilibre su mente y moralidad. Dexter la tiene en forma de Harrison, pero Lumen no tiene nada…
Ahora toca volver abrir nuevas cajas e iniciar la cacería. Dexter y Lumen cazaron y asesinaron a uno de los torturares y asesinos de doncellas, Dan Mondale, pero han provocado que las gacelas sientas las presencia de los leones. Esas gacelas son asesinos en serie, leones disfrazados que ahora conocen el peso del terror sobre ellos, tal y como lo sentían sus víctimas. Pero todo ha llegado a un callejón sin salida. Toca recapitular. Ha pasado un mes desde que Dexter liberó a Lumen pero el chico quiere ir en solitario y no empapar con su ‘oficio’ a Lumen. Ojos que no ven, corazón que no siente. Pero Lumen, pese a estar vendada y permanecer en las tinieblas del terror, reconoce a dos de sus captores: uno por un reloj que colocaba en su oreja (‘Tic, tic, tic,… ése es el sonido de tu vida acabándose’) y otro por verle y tener la costumbre metódica de dobla su camisa.
“Dexter” es conocida por no andarse por las ramas así que corta directamente a ese pantano donde Boyd guardaba en bidones los trofeos de cazas anteriores. Llega allí el Sr. De la Camisa Doblada en una furgoneta y ordena a hispanos que recojan los barriles en mitad de la noche. ¿Sería él aquel al que llama ese desesperado Dan, el dentista, antes de morir? Puede… pero tampoco tenemos tiempo de pensarlo porque, en medio de la gran ciudad, la furgoneta del Sr. De la Camisa Doblada es embestida. Nueva matrioska: ahora todo el cuerpo de policía de Miami tiene un nuevo caso, cuatro nuevos… uno por bidón. Obviamente todo se dirige al el Sr. De la Camisa Doblada que ha huido del coche siniestrado… pero, no, porque de nuevo tenemos una matrioska que cierra el círculo: ¿recuerdan esas cintas de autoayuda que escuchaba Boyd Fowler? Ahora todo conduce directamente a su millonario autor, a cerrar un círculo que comenzó con el asesinato de Rita en una ensangrentada bañera.
Jefes de Final de Temporada |
‘Jordan Chase es un tipo muy inteligente. Su primer libro me hizo darme cuenta de cómo me había estado poniendo todas estas autolimitaciones. Quiero decir, he estado escuchando todos estos CD.’
Vince Masuka
Ahora descubrimos que la que parece la última matrioska nos conduce a un personaje mediático que se encuentra asociado con otros asesinos en serie y que captura a chicas inocentes, dadas por desaparecidas, para torturarlas y asesinarlas. Pero el Sr. De la Camisa Doblada no es Jordan Chase. Es su jefe de seguridad y se llama Cole Harmon aunque el reloj de Jordan indica que era el Sr. Del Reloj. Obviamente utilizan el viejo truco del robo de la furgoneta para salir del paso… por el momento. Tenemos a los objetivos y a esos leones disfrazados de gacelas… pero Dexter y Lumen saben perfectamente que si la policía les coge se acabó toda venganza posible. Toca poner una cortina de humo en medio y ésta se llama Boyd Fowler. Dexter dirige a la policía a la casa de Boyd aunque Lumen tiene que ayudarle a limpiar pruebas que le involucren y superar viejos traumas y heridas. Con Boyd por medio del caso y auténtico inculpado toca dirigir la venganza a casa de Cole Harmon.
Red de mentiras |
Pero la policía, ante la presión del capitán del cuerpo, tiene que solventar el caso de Santa Muerte cuánto antes. Tienen a los hermanos fuentes de la mano de Yasmin Aragon. La operación, por culpa de Laguerta se convierte en un fracaso al ordenar a la oficial Monzón que distraiga a uno de los hermanos. Al descubrirse el pastel, en forma de pistola en la entrepierna, comienza un tiroteo: la informante Yasmin Aragon y un civil muertos, tres transeúntes heridos; aunque Debra consigue liquidar con un tiro entre ceja y ceja a aquel que se le escapó y que provocó ciertos seísmos en su moral policial. Adiós Carlos Fuentes.
Pero Laguerta no admite sus errores de peso. Problemas a la vista. Como los que tienen Quinn y Debra. Afianzan su relación pero ella, al contrario que hiciera con el agente del FBI Frank Lundy, no quiere hacerla oficial ni que les vean juntos. El chico quiere ir en serio e incluso piensa dar boleto a Stan Liddy... pero ‘robocop’ ha descubierto que Dexter aloja en su antiguo piso de casado a una chica. Seguirá informando pero a cambio de dinero según el Estatuto de los Policías Corruptos.
El traje choni de Laguerta se las trae... |
Sonya es fan de Santa Brígida hasta en el facebook y quiere que proteja al pequeño Harrison. No es un punto de encuentro entre Dexter y la niñera pero hay cosas en la vida en las que hay que ceder. Eso es que la oposición de Dexter para dejar fuera a Lumen hace que la chica se convierta en salvadora mientras estaba infiltrado en casa de Cole. La excitación por la venganza es amplía y Lumen obtiene como recompensa formar parte de la vida de Dexter. Ambos obtienen también como premio una foto de adolescentes donde aparecen Boyd, Jordan y Dan el dentista y otras dos personas sin identificar. Compañeros al fin y al cabo. ‘A veces los compañeros nos encuentran, y por mucho que intentemos alejarlos, se abren camino en nuestras vidas pese a quien pese, hasta que finalmente nos damos cuenta cuánto los necesitamos’. Comienza la recta final de “Dexter”.
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