La primera parte de la séptima temporada de “The Walking Dead” ha llegado a su fin y podemos empezar a plantearnos si la espera ha merecido o no la pena en una entrega de episodios bastante cuestionada. Todo comenzó con la polémica de un cliffhanger, estrategia comercial y prórroga de una impactante muerte… que finalmente fueron dos. El problema ha sido claro: tras “The Day Will Come When You Won't Be” (7x01) los escritores han dedicado todos sus esfuerzos a desarrollar al nuevo villano de la función (y eje principal del relato) junto a todo ese vasto y extenso escenario que encaja en el nuevo mundo postapocalíptico. Tal sacrificio nos ha llevado a encontrarnos con una práctica totalidad de capítulos generalmente poco apreciados por la mayoría de seguidores de la serie, ávidos de la acción y muertes impactantes habituales de la serie de AMC en sus mejores momentos. Esos clímax evidentemente suelen posicionarse en los episodios que cierran los actos del espectáculo, “Hearts Still Beating”, octavo capítulo y último de esta primera parte de la séptima temporada de “The Walking Dead”, ha quedado encargado de ejercer a tal fin. Si analizamos la ficción que adapta los cómics escritos por Robert Kirkman siempre se ha amparado en diseminar a los protagonistas para repartir los focos de interés y en dosificar a todos los niveles la acción explosiva y las muertes impactantes de personajes principales en esos temidos episodios de transición y de desarrollo dramático. El principal escollo de la serie ha sido que mientras lo primero funciona sobradamente, generando las mejores entregas del conjunto, rara vez la propuesta ha acertado cuando se vuelca totalmente a sus componentes dramáticos. Todo trata sobre el equilibrio y puede que lo hayan conseguido en este midseason finale. En “Hearts Still Beating” la tensión ha ido creciendo hasta la visita de Negan a Alexandria como respuesta la otra propiciada por Carl al Santuario. Los alexandrinos saben que tienen a un monstruo entre sus muros y muchos detalles nos acercan a aquello que nos espera… como esa bala elaborada por Eugene para Rosita que tiene un nombre marcado: Negan. Negan, Negan, Negan… todo pasa por Negan… Repasemos el episodio.
Durante esta temporada se han puestos numerosas tramas en marcha e incluso los escritores desean añadir una nueva modo de epilogo gracias a un nuevo personaje que seguirá a Rick y a Aaron hasta los muros de la Zona Segura de Alexandria… y observará a sus habitantes (en este caso al Padre Gabriel) desde unos binoculares. ¿Quién es ese hombre que luce unas aparentes botas molonas (¿de camuflaje?) que no encajan con su par? ¿Un guiño a los Susurradores? ¿Un nuevo personaje que no aparece en los cómics para revelar que no todas las respuestas están en un cúmulo de viñetas? También queda pendiente de confirmar el destino de Heath… aunque lo mismo muchos espectadores no se dieron cuenta de su ‘pérdida’ ya que se quedaron dormidos durante el odiado “Swear” (7x06) o, lo que es lo mismo, el peor episodio de la historia de “The Walking Dead” según los votantes de Imdb. Vayamos a “Hearts Still Beating”. Los muertos establecen el ciclo de esta primera parte de la temporada, recordando Maggie su presencia en la Colonia Hilltop y usando la gorra de su fallecido esposo como detalle formal en la puesta en escena. Los escritores tampoco se van a olvidar de dotar de sentido y evolución todo ese arco argumental. Gregory ya se sabe el nombre de las alexandrinas aunque sigue siendo un gilipollas integral. Maggie también toma el gusto de su conquista en forma de esa manzana que obliga a Gregory a lanzar debido al su actual estado. Está embarazada, es una luchadora y tiene el mismo carisma que su esposo (siendo su relevo vital y emocional)… así que todos los habitantes de Colonia Hilltop están de su lado y no del de su actual supuesto líder. En realidad, sabemos que esa separación física y emocional entre Rick y Maggie al comienzo de la temporada debería también desarrollarse convenientemente en este capítulo aunque, no obstante, los guionistas saben que tienen muchas más acciones puestas en marcha.
El foco principal de interés sigue siendo Negan y su posicionamiento actual como figura paternal para Carl y Judith no deja de marcar los tiempos del episodio. Al fin y al cabo, el nuevo villano de “The Walking Dead” tiene que ganarse a todos con su maléfico carisma mientras va revelando el aprecio que tiene por Rick y su familia. Siempre a contra pelo, nos recuerda mientras se afeita… La lección de afeitado de Negan con Carl y Judith confirma ese oscuro patrón familiar ya presente en la serie aunque ahora perfilado por la presencia de un antagonista con clase al que le excita tener el poder frente a otros supervivientes con pelotas y tripas que no se amedrantan… Otra de las connotaciones de esa comida que prepara Negan pudiera ser la ‘sangrienta’ pasta para los espaguetis que está preparando… haciendo que Carl obedezca sin rechistar y ayude y colabore en la elaboración de una mesa en la que falta un invitado… Mientras que ese villano espera pacientemente, que toma limonada y sonríe, nos recuerda que Lucille tiene ‘hambre’ (y también Negan) y es hora de empezar a comer… como esa manzana devorada por Maggie… Otra de las cuestiones pendientes era el escape de Daryl del complejo de los Salvadores y acabará en el apartamento de Dwight devolviendo al personaje su robo de personalidad comiéndose su comida y poniéndose de nuevo la ropa de éste. ¿Hay algo en esas miniaturas y figuras talladas por Dwight sobre una mesa que haga reaccionar a Daryl y redirigir todo su odio frente a aquellos nuevos indignos y miserables supervivientes que tratan de conseguirlo todo? Ese drenaje total y existencial forma parte del modus operandi de los Salvadores y Daryl desea hacer que corra la sangre empezando por el trabajo de Dwight y cogiendo una tubería con la que se transformará en monstruo para reventar la cabeza de Gordo Joe. No sabemos si toda esa ira viene de su nombre (recordemos que Joe era el líder de ese grupo de bandidos que trató de captar a Daryl tiempo atrás) o como parte de una venganza en la que desconocemos si el Gordo Joe era el candidato ideal. Al fin y al cabo, el tipo simplemente quería sobrevivir… para comerse todo. De hecho, existe una oscura y macabra conexión con otra de las víctimas en Alexandria en tal concepto… Daryl se dará cuenta que el tipo tenía la pistola de Rick y podemos establecer que la llegada de Jesus al lugar era parte de la estrategia argumental para facilitar una huida a ambos como para que Daryl recuperar la humanidad (y su personalidad) que le fue arrebatada en su estancia en el Santuario.
“Hearts Still Beating” también nos habla de que no todo es color de rosas si uno quiere formar parte de Los Salvadores. Si usted es un asesino en serie o un psicópata al que le canta provocar daño a otros inocentes estará encantando de formar parte de la troupe de Negan y decir aquello de que «Todos somos Negan». El problema es que hay que tener tripas ilimitadas para tener que lidiar con las innumerables fechorías y órdenes a seguir y puede que así entendamos a personajes como Gordo Joe, a ese amigo de Dwight que escapó del Santuario o esa mujer que Michonne ha tomado como rehén. Michonne no quiere matar a Negan sino conseguir un movimiento que les permita ganar… pero va a ver que el reino de los Salvadores es demasiado inabarcable. En realidad, aquí nos dejan caer que esa mujer trató seguramente de escapar y que el destino le devolvió su jugada con su encuentro con Michonne. La protagonista verá que cientos de Salvadores están a la distancia marcando toda una declaración formal de poder y que ese «todos somos Negan» encierra otro oscuro concepto en el que se encuentran atrapados. ¿Similar a una secta? ¿Negan ha impuesto una nueva religión en la que él es dios supremo? Esa miembro de los Salvadores ofrece a Michonne otro tipo de respuestas para salir del paso, utilizando el silenciador que tiene en su vehículo y deshaciéndose tanto de mismo como de su cadáver… ¿Mejor morir que no vivir? Al fin y al cabo, esa mujer acepta su destino sin escapatoria ni salida, esperando que al menos la tenga Michonne. Aquel que personaje que sigue obcecado con obedecer sin rechistar y tragarse sus lágrimas es Rick y “Hearts Still Beating” le reserva de nuevo otro oscuro golpe del destino. Por mucho que trate de seguir ese nuevo orden, Negan quebrará el mismo como parte de ese macabro juego y obsesión del líder de los Salvadores sobre su persona. Esa domesticación de una bestia (similar a la propiciada por Ezekiel con Shiva) nos lleva a un territorio en el que veremos que los intentos de Rick por mantener a los suyos fuera de la violencia de Negan van a ser en mano. La sangre va a llegar a Alexandria siguiendo incluso el pacto que tenían con los Salvadores… Es cuestión de tiempo, algo que nos dejará claro Richard. Por parte de la misión para conseguir suministros de Rick y Aaron veremos que ese cartel de ‘assholes’ no es casualidad sino que la crónica de ese par de gilipollas desemboca en diferentes fases. La idea inicial es que veamos que Aaron y Rick están en el mismo barco (en el sentido emocional y físico). Evidentemente Aaron estuvo en la masacre que se cobró la vida de Glenn y Abraham y presenció cómo Negan quebró con Lucille todo lo que creían… estableciendo un nuevo modo de vida en el que también se ha sumado. Ambos conseguirán su misión pero cometerán dos errores: se llevarán la hoja con una felicitación y una higa que les dejó el habitante de la casa flotante y en la distancia fueron observados por esa persona con esas botas peculiares. La pleitesía de Aaron será recompensada al llegar a Alexandria con una soberana paliza mientras que a Rick se le reprochará su tardanza… dándose ya cuenta de que lidiar con los Salvadores es encontrarse con un «nunca es suficiente». El título del capítulo ya nos avecina que mientras haya vida hay esperanza y el cuestionamiento de liderazgo de Rick va a ser afrontado desde diferentes puntos de vista. Uno es el que propician Maggie o Michonne y otro bien distinto es aquel que desea protagonizar Spencer.
Spencer da la impresión de aceptar ese nuevo rol y agradecer los beneficios de la pleitesía. ¿Adiós a que te inviten a una copa en el Apocalipsis Zombie sino que los sándwiches lo son todo? Por parte de Morgan y Carol, ambos continúan desarrollando una relación que ahora pasa por una fase de respeto mutuo. Richard aterriza en el lugar para recordar que la mayoría de las comunidades y campamentos ya no existen y existe una tregua con Los Salvadores pero es una situación que se está tensando a unos niveles que en el momento en que algo mínimo haga explotar la situación… el Reino caerá. Nadie puede confiar en los Salvadores y la paz es una farsa. Carol y Morgan parece vivir un déjà vu con las intenciones de Richard de atacar primero antes de recibir un golpe letal… ¿No es aquello que exactamente llevó a los personajes aquí? Carol solamente necesita soledad y vivir en paz y la filosofía de Morgan impide que pueda actuar en una posible matanza de inocentes (por las víctimas que generaría dentro del Reino). El problema es el mismo conflicto que se establecía previamente: no hacer nada también conlleva que uno se manche las manos de sangre. Richard esconde sus secretos en una autocaravana en la que seguramente habitó junto a una familia que perdió. ¿Es tal vez un superviviente de Oceanside? Enid también cuestiona a Sasha por querer matar a Negan sin contar nada a nadie… incluyendo a Maggie. La revolución puede que se esté construyendo porque hay más habitantes de la colonia que desean sublevarse contra la tiranía de Negan y el capítulo se centra en ese cúmulo de sensaciones que van creciendo hasta un sangriento clímax. ¿Sucederá algo para que una guerrera como Carol, actualmente ejerciendo como una exiliada samurái, se levanté de nuevo y coja su arma? Rosita, por su parte, mira su bala. ¿Es para ella o para Negan? ¿Cómo lo hará? El Padre Gabriel cuestiona el propio sacrificio. Si Abraham estuviera vivo podrían luchar y todo consiste en una motivación. Michonne y Carl pueden combatir porque tienen a Rick… y, así, todos en Alexandria tienen una razón. El problema es que Rosita no tiene nada por lo que hacerlo y aquí estamos viviendo la crónica de una autodestrucción. Gabriel sabe que la unión hace la fuerza y, entre todos, han de buscar el momento oportuno para atacar. Alexandria necesita a Rosita (y que deje de llorar en cada esquina) y ésta necesita activarse para conseguir iniciar una revolución. ¿Qué lo hará? No es casualidad que para todo este arco argumental los escritores hayan unido al personaje con Spencer Monroe, que trata de ganarse la confianza de Negan y hacer honor a su apellido como buen diplomático. Se atreverá a lidiar con el monstruo ofreciendo buenas formas, educación y una partida de billar en plena calle de Alexandria. El problema es que las intenciones de Spencer son utilizar ese viento favorable para reemplazar a Rick sin que sepamos qué parte de estrategia hay en sus acciones o, por el contrario, todo trata sobre una venganza. Recordemos que todos los alexandrinos que quisieron acabar con Rick Grimes o focalizaron su odio en él acabaron como los Anderson… Y los Monroe van a unirse a la lista de familias extinguidas por tal motivo. Y es que Negan tiene su propio código que consiste en respetar a todos aquellos que tragan su odio y hacen las cosas que él quiere. Spencer es el hombre que no hace nada (tipo Gregory) pero desea manejar el cotarro y aquí podemos entender por qué Negan quiso quitarse del medio al líder de la Colonia Hilltop. En realidad, Negan quiere a gente con valor y con suficientes tripas y nos regalará uno de sus chistes negros destripando a Spencer con su machete delante de todos los alexandrinos. ¿Quién tendrá valor de alzarse contra el villano? Rosita hará uso de su pistola y bala para dejarnos en ascuas hasta después de la publicidad utilizando aquí un hábil cliffhanger que muchos nos temíamos volviera a durar varios meses… Esta vez se han tomado en serio los escritores su trabajo y la matanza comienza una vez que vemos que Lucille, cual arma de Los Vengadores, frenó la bala con nombre propio… aunque será Olivia aquella que muera a manos de la elección de Arat como parte de una cadena de respuestas. Negan aprecia el trabajo de orfebre de esa bala y desea llevarse a su autor…
Rick se encontrará que todos sus esfuerzos han sido en vano. Aaron recibió una paliza y Spencer y Olivia han muerto dentro de los muros de Alexandria. Eugene ha sido secuestrado. Todo vuelve al mismo lugar siguiendo las nuevas reglas impuestas. Nada tiene sentido. De nuevo, dos cadáveres más sobre su conciencia… Negan, como buen diablo, voltea la situación vendiendo su perdón sobre Carl (¡encima le ha dado de comer espagueti!) y su favor de quitarle del medio a aquel que deseaba relevarlo. Amén de que quitarle una boca menos que alimentar… ¡Y vaya boca, claro! Una dama como Lucille fue dañada por la bala de Rosita y ésta será marcada igualmente… ¿Todo justo según su punto de vista? Esa mesa de billar ensangrentada será el escenario que tendrá que limpiar Rick… junto a una cocina también seguramente ensuciada por ese tono rojo de la preparación de unos espaguetis (y su salsa) que dejó allí Negan. Spencer irónicamente al final tomó el camino de su madre… dejándonos clara esa sensación de que el destino ha dejado una vía oscura y contradictoria a todos los protagonistas. ¿A todos? Como “Hearts Still Beating” (7x08) no desea acabar en una completa oscuridad, más allá de la inicial y formal, Michonne encuentra una ruta para llegar al corazón palpitante y con vida de Rick. ¿Cómo consiguirán que todo lo que han construido tenga significado? Solamente luchando por los suyos y ambos pueden encontrar un modo de vencerlos… No están solos. El episodio decide acabar como comenzó, reflejándose en la luz y nuevo amanecer con Maggie asomándose a las murallas y comprobando un rayo de esperanza con la llegada de Rick y los suyos para abrazarla y curar las heridas del grupo que quedó fragmentado al comienzo de esta séptima temporada. Todos están bien… y Maggie tenía razón desde el principio… Ahora Rick está preparado para luchar y descubrirá que también el destino aporta una respuesta con la llegada de Daryl (por obra milagrosa de Jesus). La conexión entre Sasha y Rosita, además, sirve para unir a ambas mujeres con Abraham. Daryl tiene una sorpresa que no es otra que el revólver de Rick y ahora el protagonista está completo para comenzar su cruzada. Ese cambio de planos con las diferentes caras de los protagonistas desea formular un contraplano al oscuro juego iniciado por Negan y su halo de muerte. Ahora hay vida, hay esperanza… y es hora de construir una revolución… que no comenzaremos a ver hasta 2017.
A continuación, las reviews de la la primera parte de la séptima temporada de “The Walking Dead”:
7x01 “The Day Will Come When You Won't Be”
7x02 “The Well”
7x03 “The Cell”
7x04 “Service”
7x05 “Go Getters”
7x06 “Swear”
7x07 “Sing Me a Song”
Y por petición popular el momento más moja-bragas del episodio...
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Fue un episodio que empezó algo lento, pero fue aumentando en tensión de menos a más, ya se están acabando los targets de personajes de relleno en Alexandria, los próximos en morir serán importantes. Apuesto por Aaron o quizás Enid/Sasha. El reunir a todo el grupo tiene su valor, a diferencia de lo que dice la audiencia (y el cap de Daryl encerrado) este primer arco fue interesante, desarrollo diferentes visiones del miedo y control a través de los personajes.
ResponderEliminarComo siempre brutal trabajo de recap.
Saludos.
Chuck
The Cell fue un gran episodio, ningun episodio fue malo , solo que el publico malo quiere lo frenetico y que impacte, no desea ir moldeando un argumento y situacion, como siempre Historias BAstardas nos amplia y describe el "panorama para verlo con claridad y apreciar mucho mejor el paisaje"
Eliminarfaltó un gif del abrazo entre Rick y Daryl..no creo ser el único al que se le salió una lágrima con ese momento..
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