lunes, 31 de octubre de 2016

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The Walking Dead (7x02) The Well: Sobre cuentos de hadas y farsas


Llegados a “The Well”, segundo episodio de la séptima temporada de “The Walking Dead”, había dudas si existiría cierta alternancia en las tramas para esta nueva entrega y el capítulo viene a confirmar que si los escritores han separado a los protagonistas en distintos frentes es para dotar a cada uno de los mismos del debido sentido. De este modo, nos hallamos ante la historia alrededor de Morgan y Carol, junto a sus nuevos compañeros de camino, por encima de saber qué ocurrirá en Alexandria tras la matanza de Negan o del destino de Daryl en manos de Dwight siendo la moneda de cambio por parte del nuevo villano de la función. Entendemos que en esos tres frentes se desarrollará todo el arco argumental en líneas generales de esta temporada debido, ciertamente, a la necesidad de que alguien pueda plantar cara al futuro Premio Nobel de la Paz 2017. En “The Well” veremos nuevas posibilidades de ese nuevo mundo en el que nos prometieron adentrarnos tiempo atrás. Si bien los alexandrinos descubrieron que no estaban tan solos como pensaban, podemos entender que tanto la Colonia Hilltop como ahora El Reino (junto a la ya conocida Alexandria) conforman un nuevo mapa en el que Los Salvadores (y sus asentamientos) subyugan al resto de colonias bajo el influjo de Negan. ¿Podrá alguien cambiar tal mecánica y plantar cara al personaje más simpático, amable y carismático (junto a Judith) de la serie? La idea es también que Carol y Morgan proyecten una línea de evolución e historia personal con Los Salvadores respecto a sus propios conflictos. Carol (pese a matar a decenas de personas) deseaba escapar de ese ciclo que debía repetir para sobrevivir mientras que, por el contrario, Morgan reveló que estaba dispuesto a volver a asesinar si tenía que salvar a su compañera de viaje. Vamos a olvidarnos de Luille o Negan —y de su nueva ‘putita’ llamada Rick (en cuadrupedia) junto a su mirada perdida al infinito— para que la serie de AMC revele que tiene otros focos de interés alejados del mundanal ruido (de un bate de béisbol sediento de sangre y asesino rompiendo cráneos hasta triturarlos). Repasemos de “The Well”

Carol va a ser perseguida de nuevo por sus demonios, atrapada por esos vivos que son muertos (y viceversa), condenada a sus visiones de dotar de realidad y palpitante carnalidad a esos caminantes que ahora rodean su existencia. Carol todavía está convaleciente: sus heridas sangran y recientemente tuvo tal encuentro cuando era transportada en un carro tirado por corceles, como si su despertar fuera un extraño cruce de sueño y pesadilla. Sus intentos de escapar, mientras Morgan y esos hombres a caballo combatían con los muertos vivientes, se topan con nuevos ‘caballeros’ que ofrecieron a la protagonista esa visión que estamos seguros sellará su nuevo camino. Tras el (re)encuentro Morgan marca un buzón de esa casa en la carretera como un guiño profético a aquello que veremos al final del episodio cerca de ese cementerio. En realidad, se trata de una perfecta metáfora de Carol, ese personaje que cabalga entre la vida y la muerte y que vuelve a caer dormido tras ese estado alucinatorio entre la realidad y la pesadilla confundiendo los vivos y los muertos, como si compartiera la enfermedad de Lizzie Samuels en esa casa que nos remite al sobresalienteThe Grove” (4x14). Carol es un personaje que sigue huyendo hacia delante y los escritores han pensado en otorgar a la misma un respiro en “The Well” no exento de un sufrimiento previo. Su aflicción hace que tenga que escapar y enfrentarse a ese lugar alegórico (y terrenal) en el que una mujer mayor se encuentra en el interior, proyectando a través de la venta su propio retrato respecto a la protagonista. Carol ha de elegir si seguir en el reino de los vivos u ocupar el lugar en ese cementerio que tiene delante. La aparición de esos caballeros (junto a originales decapitaciones de caminantes) facilita a la dirección de Greg Nicotero que aporte un comienzo onírico al propio espectro existencial de esa antiheroína que no sabemos cómo nos sorprenderá esta temporada. Que Morgan levante la bandera del buzón de esa casa ofrece ciertas pistas junto a otros retazos del contexto y la puesta en escena… 


“The Well” es uno de esos episodios necesarios e informativos que no suelen tener demasiada aceptación general entre el público general de la serie, más proclive al impacto y las muertes sorpresivas. Y es que nos encontramos ante un capítulo en el que no van a existir víctimas humanas, como si los propios escritores desearan afianzar el conflicto latente entre Carol y Morgan a modo de catarsis. Carol, después de dos días, despertará y Morgan hará las presentaciones conduciendo a la ‘experta asesina’ en una silla de ruedas por esa comunidad llamada El Reino. Carol sabe que se trata de una farsa similar a la propiciada en Alexandria e incluso al conocer al rey Ezekiel y su tigresa Shiva no puede esconder esa sonrisa burlesca ante la mascarada que tiene delante. En cierto sentido, esos encuentros sobre Carol funcionan como proyecciones de sus necesidades ya que ella misma ha vivido atrapada en otra mentira toda su vida, antes y después del apocalipsis zombie. Ese ‘fruto’, a modo de granada, también es otro apunte alegórico que tomará sentido en la evolución de la trama. Carol inicialmente declinará, en su habitual amabilidad, de aceptar el mismo… “The Well” sirve, además, como la introducción del rey Ezekiel y del Reino y esos nuevos personajes que entendemos ocuparán un espacio y lugar en “The Walking Dead” a partir de ahora, dejando algunas notas en ese discurso el episodio. ¿Es todo ese sitio un espejismo? ¿Qué opina realmente Carol del Reino y de su rey? Todo se trata posiblemente sobre ese pozo que nunca puede permitirse que quede seco y condenado y el episodio sirve para potenciar a Carol y a Morgan, trazando esos ecos ‘medievales’ en la banda sonora para que nos introduzcan cómo esa comunidad (su rey, vástagos y aquellos miembros de su corte) sobreviven. ¿Guardan algún secreto? ¿Quién es el peluquero de Ezekiel?


Carol considera que el Reino es un circo no está dispuesta a permanecer en tal lugar mientras que veremos cómo Morgan acompaña a Ezequiel y un pequeño equipo en una expedición con un par de camiones, donde se dedican a dar caza a cerdos en una ciudad cercana para dejarlos en el interior de un lugar donde yace un caminante atado. Uno de los hombres de confianza de Ezekiel, Richard, desea que esos cerdos lleguen sus estómagos de esa carne podrida y entendemos que el secreto que desea mantener el rey de sus ciudadanos es que esos animales son el pago a Los Salvadores. Ha de ser exacto o algún habitante del Reino morirá… Los guionistas aprovechan para que Morgan tenga que enfrentarse también a sus demonios al apuntar de nuevo con su arma aunque, no obstante, Ezekiel parece leer a esos nuevos habitantes del Reino, llevando precisamente a Morgan porque conoce tanto a los Salvadores, del mismo modo que no volverá a apretar el gatillo. En el episodio Morgan, por intervención de Ezekiel, comienza a instruir a Benjamin en la lucha con el palo. Se trata de un adolescente que va a protagonizar algunas secuencias con Morgan para que también veamos su evolución como nuevo discípulo que querrá leer ‘El arte de la paz’. Benjamin, que tiene un hermano menor llamado Henry), también explica a Morgan que ese trato con los Salvadores viene de la idea de que los residentes del Reino quieran luchar frente a los mismos. ¿Se encontrará de nuevo Morgan en la tesitura de defender a inocentes de una amenaza mayor e imparable por un modo que no sea su exterminación? ¿Le servirá su filosofía? Mientras tanto, Carol sigue liada en sus ‘caroladas’, dejando que todo esa música (en el sentido literal) que trata de filtrarse por su corazón no impida que siga la farsa para hacerse con su cuchillo de vuelta e incluso algo de ropa. Sabemos que Carol prepara su huida cuando sea capaz de andar por su propio pie y, precisamente, en la misma se topa con Ezekiel y su fiel mayordomo mientras recogía ese fruto prohibido que la protagonista se negaba a tomar. ¿La contradicción puede ser la clave? ¿Vender un mundo de hadas es lo correcto cuando la naturaleza humana viene marcada por la seguridad de tener a alguien que ejerza el liderazgo? La idea es que Carol y Ezekiel conecten, ya que ambos viven atrapados en farsas y Carol bien pudiera representar esa nueva tigresa que se ha cruzado en la vida de aquel que era un empleado de un zoológico. La historia personal, sin máscaras ni representaciones teatrales, lleva a Carol a ese enfrentamiento alegórico inicial de elegir entre la vida y la muerte y buscar un espacio propio que sea ambivalente. Puede irse… pero, al mismo tiempo, puede quedarse para sentirse bien sobre las personas a las que puede ayudar. Y esa nueva persona a la que auxiliar desde un plano existencial, de la reformada Carol es precisamente a aquel que sacrificó su propia filosofía por ella. Se trata de un concepto sobre un relevo que se establece también entre Morgan y Carol, como si ese bastón que pasa de una mano a otra (y regresa) fuera una gran conexión entre dos personajes que están condenados a entenderse. Carol decide ocupar una casa que bien pudiera ser aquella en la que trató de empezar de nuevo tiempo atrás con Tyreese Williams, Judith y las hermanas Samuels. Ahora está sola… y ha de volver a enterrar a sus demonios personales y a esa proyección de ella misma en esa provecta y ya difunta caminante. La bandera del buzón es bajada por Morgan y Carol, de este modo, ha encontrado su propio espacio y hogar en ese cementerio, entre la vida y la muerte. Y no hay nada como el rugido de un tigre a modo de timbre para llamar a la puerta de otra tigresa por parte de Ezekiel, que no sabemos si también está interesado a nivel romántico en esa nueva fiera que se ha cruzado en su vida. De nuevo, surge el fruto prohibido sin que sepamos si Carol aceptará la granada más allá de una sincera sonrisa. Ya no hay fingimientos ni farsas, Carol puede ser ella misma. 

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Historias Bastardas Extraordinarias by Maldito Bastardo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

3 comentarios:

  1. Carol, el personaje mas importante de walking, veremos adonde la llevan los guionistas.

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  2. Carol me da una pereza, es taaan aburrida, es hora de que la maten, a ver si esta temporada se la quitan de encima. Para que así puedan brillar más Michonne y Maggie. Ah y ya que estamos que se carguen también a Sasha sin su zanahorio, ni su hermano ni perro que le ladre no pinta nada aquí.

    Saludos!

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  3. Ni tanto,ni tan calvo. Ni es el personaje más importante de la serie. Evidentemente lo son los protagonistas. Y, como emblemático, como Glenn (RIP) ninguno. El mejor superviviente y quien menos había perdido su humanidad, sin ser por ello un pardillo. ¡Cómo le voy a echar de menos!

    Carol desconcierta pero es fruto de sus propias contradicciones. ¿Quién no cambiaría, perdería un poco la olla o las dos cosas viviendo en un mundo así? Cada personaje evoluciona a su manera (aunque a algunos no les dan ni opción.) Pero, desde luego, un personaje plano no es.

    Me da que su relación con Ezequiel (me está gustando de momento) va a dar mucho de sí. Estoy deseando ver que ocurre en las otras comunidades.

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