sábado, 3 de diciembre de 2016

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Horace and Pete: Lo nuevo y lo viejo, el pasado y el presente

Serie de TV
“Horace and Pete”
EEUU
2016

Sinopsis (Wikipedia):

Es una serie web estadounidense de género cómico-dramático creada por Louis C.K. y protagonizada por C.K. y Steve Buscemi interpretando a Horace y Pete, dueños de un Irish Pub llamado Horace and Pete's.

Crítica Bastarda:

Existe en “Horace and Pete” una alegoría sobre el enfrentamiento de la sociedad contemporánea contra la tradición y el legado de las generaciones pasadas. Es complicado construir un islote que trata de congelar el tiempo en una era en la que las modas se refuerzan a golpe de trending topic y todo se caracteriza por la mutación y la inmediatez. A Louis C.K. le interesa establecer tal concepto argumental (un pub irlandés amparado en una vieja tradición y completamente anacrónico) para articular otro formal a modo de regresión, sometiéndose a una puesta en escena claramente teatral que, poco a poco, nos conduce a ese tiempo anterior ante la imposibilidad de asimilar el presente. “Horace and Pete” enlaza, por lo tanto, con el espíritu de la sitcom clásica aunque elimina muchos de sus esenciales elementos. No hay risas enlatadas ni público al otro lado del escenario, siendo su formato el de un drama pero convirtiendo a sus personajes en esos caricaturescos bufones y losers que perpetúan la tristeza cómica de Buster Keaton. Louis C.K. se muestra interesado explorando todos esos contrastes, valiéndose de todo tipo de actores veteranos (Steve Buscemi, Edie Falco, Jessica Lange, Alan Alda) para acentuar esa batalla entre lo viejo y lo nuevo, entre el pasado y el presente, remarcada por el concepto y fórmula de distribuirse en la propia web del humorista. 


Aquello que también da la impresión de dejarnos claro la serie es que pueden cambiar los tiempos, los políticos y las personas, pero las conversaciones a la barra de un bar seguirán siendo parte de la sociedad: los mismos temas, las mismas inquietudes, los mismos reflejos que encuentran en tal lugar una vía de exteriorización constante para aquellos que llegan a un espacio donde el alcohol y la interacción social les permitan escapar de su soledad o caer rendidos a sus necesidades etílicas. La catarsis se completa con esa ruptura frente al tabú, exponiendo todo tipo de temas de debate generalmente peliagudos pero que en tal espacio, por el contrario, encuentran un sentido en medida conciliador aunque a veces surja el lado más visceral y violento del ser humano. Ese bloque, respecto a esos invitados que pasan por el lugar a modo de constante y muro de las lamentaciones, se articula en “Horace and Pete" para establecer un contexto y fondo, un espectro sociopolítico que también sirva a Louis C.K. para tratar temas generalmente intocables de un modo esclarecedor. Pero, en realidad, el drama con algún leve conato cómico (que no comedia dramática) sintetiza una mirada nostálgica y melancólica a la desaparición, invitándonos a un viaje vital de sus personajes que ya viven prácticamente en su acto final y que a medida que avanza la serie sentimos que miran al abismo. Es curioso que ese sentimiento de despedida se filtre en la propia realidad del espectáculo al otro lado de la pantalla, siendo posiblemente la crónica de un entierro anunciado de una webserie que no está realmente cancelada porque sus intenciones fueron únicamente conformar una única entrega con posibilidad de realizar una continuación en el futuro. Pero, ¿existe ese tiempo posterior si a veces el pasado resulta tan aplastante?


Y es que el espíritu de “Horace and Pete” es el de plasmar la atemporalidad de un espacio junto a viejos compañeros de Louis C.K. y algunas estrellas que vagan por el lugar bajo ese mandato funesto y teatral. Tal tragedia establece, en cierto modo, esa capacidad tanto del autor por convertir la desdicha (o la torpeza o la desesperación) en un elemento característico de su humor junto a la del propio esquema de la comedia clásica, amplificando esas tonalidades dramáticas en las mecánicas familiares que acaban absorbiendo todo el conjunto. “Horace and Pete” supone un choque frontal respecto tanto al drama teatral como a la comedia de situación como, por ejemplo, en el tercer episodio abriendo con un primer plano de una espectacular Laurie Metcalf relatando sus peripecias sexuales cerca de diez minutos para seguir avanzado en una conversación que delimita la totalidad del capítulo. No existe tampoco un patrón con episodios cuyo metraje oscila entre la media hora o la hora completa. Esos planos y secuencias, además, generalmente largos y desabrigados de ritmo, tratan de respirar aquello que simbolizan las vidas reales en la pequeña pantalla, tratando de aferrarse a una limitación de artificios que permitan indagar en esas convenciones sociales que hemos aceptado por ser una simple tradición, por absurdas que parezcan. Tras esa comunión formal con el propio discurso de la apuesta, tampoco Louis C.K. trata de centrarse en un simple espectro televisivo que beba de un formato teatral al renegar incluso puntualmente de la música diegética, simplemente desea llevar la comedia de situación a la propia disposición y la crudeza del drama que lo genera. Imagínese, por lo tanto, que a “Cheers” se le despoja de sus chistes y risas enlatadas, de cierta espontaneidad para desarrollar la soledad y oscuridad interior de sus personajes y centrarse en el contexto emocional en que tratan desesperadamente de mantenerse a flote. Tal vez aquello que desprenda “Horace and Pete” es que EEUU se encuentre atrapado en una resaca donde la comedia creada por James Burrows fue una noche de fiesta pasada cada vez más lejana. Evocarla cuesta, destraba esos sacrificios que el tiempo arrastró y que transformó en pesadas losas donde las familias siguen siendo constantes ya rotas y fragmentadas, donde las risas son ecos de una tristeza que rellena los espacios ocupados por el silencio y soliloquios que chocan contra esa barra de bar. A medida que avanza la temporada la tragedia comienza a aparecer junto a ese sentimiento funesto del olor a muerte y desesperanza, como si los protagonistas fueran ya fantasmas encerrados en ese lugar que nos trasporta en su acto final al propio pasado que engendró todo y, al mismo tiempo, visualicemos esas diferencias y matices que definen una época a través de otro tipo de pequeñas constantes y visibles elementos. Esa locura que conformó el hogar Horace y Pete es retratado en un primer acto para que, posteriormente, regresemos a ese presente en el que tradición revela más su perfil incorrecto para reflejar su inutilidad y enfermedad. Pero “Horace and Pete”, no obstante, desea plasmar esa asimilación ante un mundo despreocupado y atronador en el que resulta complicado sobrevivir y en el que no existe un camino simple o sencillo… salvo esa esperanza que bien pudiera marcar la llegada del peculiar personaje de Amy Sedaris. ¿Se aferra Louis C.K. desesperadamente a la comedia y la premisa de lo que pudiera ser una sitcom como una única medida para sobrevivir ante esa ‘banda sonora’ que envuelve completamente nuestra vida? Pese a todo, el peso aplastante del drama y ese tono teatral provoca que ese pub irlandés viva otra de sus crónicas negras y apenas nos quede ya nada al otro de la pantalla salvo la desesperación y el llanto de un último fundido negro en el que se nos recalca la idea de que todo es complicado, que el futuro es tan difuso como la más profunda de las nieblas. Seguramente el tema de compuesto por Paul Simon y la despedida del equipo artístico como epílogo sirvan para plasmar ese choque frontal de sentimientos y relevo generacional que queda tan en el aire como su atmósfera trágica y espíritu conclusivo, como si la propia serie deseara volver a comenzar de nuevo perdiendo su propio entendimiento y aquel significado de su título. Ya nada tiene sentido, todo se ha perdido y la esperanza es cada vez tan minúscula como la creencia de que lamento va ser el último.


♪ Hell no ♪
♪ I can't complain about my problems ♪
♪ I'm okay the way things are ♪
♪ I pull my stool up to the bar ♪
♪ At Horace and Pete's ♪
♪ Sometimes I wonder ♪
♪ Why do we tear ourselves to pieces? ♪
♪ I just need some time
to think ♪
♪ Or maybe I just need a drink ♪
♪ At Horace and Pete's ♪

♪ Horace and Pete ♪♪

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