jueves, 4 de agosto de 2016

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Mr. Robot (2x05) eps2.3_logic_b0mb.hc: Bomba lógica


Como toda serie, “Mr. Robot” tiene que avanzar y sacrificar algunas parcelas episódicas para crear suficiente material tras una premisa que ha ido posicionado ciertas piezas tras los ataques Cinco/Nueve. En realidad, “eps2.3_logic_b0mb.hc” llega para revelarnos cierta información que había quedado en espera y comenzar a unir todos esos elementos que todavía no habían encontrado un espacio para crecer y dar sentido a la segunda temporada de la serie de USA Network. Esta quinta entrega, por lo tanto, es posiblemente la jugada más medida y completa de todas las que hemos disfrutado a esta el momento debido a su propio control para dominar el ritmo, el tiempo y la información… y, por si fuera poco, ofrecernos en su recta final varios giros de guion. “Mr. Robot” siempre ha bebido del manantial creativo de David Fincher y un comienzo con pantallas divididas nos lleva al plan y maquinación de Elliot Alderson para hackear al FBI bajo el leitmotiv «I hacked the world» pero, no obstante, transformando la épica en un juego de iluminación que transforma el argumento en un objeto íntimo y más anónimo. Esa metáfora del hacktivismo y los nuevos y solitarios justicieros del mundo se amolda al otro planteamiento narrativo de esta temporada. ¿Quién es realmente Ray? ¿A qué se dedica? Todo ese conglomerado también nos lleva a esa revisión contemporánea de ‘El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde’, como si finalmente el personaje que interpreta Craig Robinson estableciera un opuesto a Elliot/Mr.Robot y la doble personalidad englobara el concepto de héroes y villanos el espectáculo. ¿O no resulta una casualidad que Whiterose (conectada al Ejército Oscuro) nos devele que también es Ministro de Seguridad de China? Dentro de ese juego de personalidades, la serie está construyendo un material satisfactorio para posicionar más grupos y elementos en un tablero que pensábamos que era cosa de tres. Y es que “eps2.3_logic_b0mb.hc” nos va a dejar claro que el FBI, fsociety o ‘Evil Corp’ no son los únicos intérpretes de un escenario convulso que bien pudiera obedecer a una gran conspiración global. Pero, ¿con qué motivo desatar el apocalipsis y quemar Roma? ¿Para reconstruir el mundo a una imagen deseada? Si bien Elliot pensaba que podía conseguir plasmar su sueño de un modo pacífico gracias a sus ‘poderes’ de hackeo, nada sucede cómo uno espera en el mundo real. El asesinato de Gideon Goddard fue el comienzo de algo mucho más aterrador que se ha desatado… y, evidentemente, Elliot —y por extensión Mr. Robot— van a estar en medio de todas esas nuevas amenazas. Repasemos “eps2.3_logic_b0mb.hc” y esa bomba lógica que está a punto de explotar… 

El episodio comienza transformando nuestra visión en ese mundo en el que solamente vemos parcialmente en la oscuridad a Elliot. ¿Y Mr. Robot? ¿Ha alcanzado una comunión o le ha dado acceso a ese control? La serie de USA Network va a manipular en todo momento la perspectiva y punto de vista de los protagonistas, revelándonos realmente los elementos cuando sean necesarios y así los remarquen los entes que los establecen. En “eps2.3_logic_b0mb.hc” todo el mundo mueve ficha y es hora de recopilar viejos errores de los protagonistas para también dejarnos claro que nada ha sido casualidad en la cronología de la ficción. Elliot y Angela siguen atados a su etapa en Allsafe y ese CD que la joven introdujo en uno de los ordenadores de su antigua empresa bien podría dirigir al FBI hasta ellos. ¿Cómo eliminar tal posibilidad? Elliot sabe que su plan pasa por elevarse a un ‘Modo Dios’ en el que puede acceder como administrador a todos los terminales Android de los agentes pero la pieza clave pasa por un personaje que está sirviendo de comodín en esta nueva entrega. Darlene desea utilizar ese CD de la discordia para que Angela colabore y les ayude en su hackeo al FBI mientras que Elliot revela sus reticencias por un plan que sería imposible si su amiga no se une al tren de fsociety también por un interés propio. Mientras tanto, el viaje a China del FBI va a servir a Dominique DiPierro para que haga algunas preguntas incómodas sobre el Ejército Oscuro y obtenga algunas ‘desagradables’ respuestas. La idea remanente en “eps2.3_logic_b0mb.hc” es que las tramas y personajes sean un gran todo y vayamos quitando cabos sueltos del medio. Y hablando de cabos sueltos, esta segunda temporada de “Mr. Robot” está desarrollando a Joanna Wellick, como si a través de ese cuestionado y controvertido personaje pudiéramos llegar a conceptuar esa sombra que forma la ausencia de Tyrell Wellick. Pero, por el contrario, el personaje normalmente atrapado en una cápsula de belleza mientras revela en su interior a una desagradable y oscura mujer, nos revela sus planes inmediatos para ese encargado del aparcamiento que ya no puede ser silenciado por sobornos. Ese escolta, perro de presa y fiel aliado (Mr. Sutherland) drogará a su víctima para que quede paralizada y la dirección de Sam Esmail nos posicione en su punto de vista. Joanna anima a Mr. Sutherland a que relate con todo tipo de detalles cómo asesinó a aquel ya no podía ser sobornado simulando un robo en su apartamento que acabó con un fuego cruzado y una consecuencia mortal y nefasta. Joanna se recrea en ese sentimiento de respuestas ante la vida y la muerte, alegrándose de que la víctima de esa extraña pareja obtuviera respuestas antes de morir, como si tal acto de ‘bondad’ fuera la diferencia entre monstruos despiadados y sibilinos e interesados maquinadores que justifican y se recrean en la belleza de sus crímenes. Ese sonajero inusual y una respiración al otro lado de una conversación telefónica también vuelven a inundar cierto aire conspiraparanoico en la vida de un personaje que sigue sin encontrar las respuestas que necesita. ¿Dónde está su marido? ¿Cuándo regresará?


Elliot sabe que tiene que dar los pasos correctos. El primero es identificar el objeto y sus debilidades y éstos son los terminales Android del FBI. El segundo paso le lleva a crear un malware y preparar un ataque y, el tercero, a que ese ataque de Shell Inversa en dos fases para cargarnos de esa esencia netamente informática y fincheriana de “La red social”. Elliot siempre va sobre seguro creando una bomba lógica que impida al FBI descubrir su truco y golpe de efecto. Y, tras esas deliberaciones discursivas, vamos a ese cuarto paso en el que el script deba ser escrito y el último en el que el ataque sea lanzado. Obviamente Elliot está gestionando su plan desde el ordenador de Ray y también tiene que cumplir con la tarea que le encargó éste. Necesita hablar con el antiguo administrador debido a que hay datos encriptados en el antiguo servidor y todo esto nos va a llevar a que nuestro (anti)héroe descubra que Ray está gestionando una red de mercado negro donde se vende (literalmente) de todo. Y todo (muy) malo, claro. Elliot se posiciona en su propia dicotomía y partición de su psique para tratar de lidiar con ese nuevo villano que ha surgido de la nada. Y nuestro justiciero ha de impartir justicia aparte de salvar el mundo… El problema es que Ray ya avisó que husmear en sus negocios tenía un precio y el antiguo y golpeado administrador es una rata que perderá su ‘cola’ para dar toda la información que necesitan los hombres de ese criminal siempre agradable y preocupado por aquellos que le rodean. Elliot será sacado de su cama, secuestrado y golpeado brutalmente como castigo por indagar donde no debía… El problema de Ray es que no sabe que está lidiando indirectamente con el hombre que hackeó al mundo y que éste ha establecido su base de operaciones en ese ordenador que podría conectarlo con sus turbios negocios. Veremos el movimiento de Elliot, condenado a recibir castigos por tratar de ser ese vigilante y justiciero que la sociedad necesita. 


Uno de los espacios de mayor interés de “eps2.3_logic_b0mb.hc” surge en el viaje del FBI a China en su investigación respecto a las instalaciones de ‘Evil Corp’ en el gigante asiático, que llevará a conocer a Dominique DiPierro al mismísimo Ministro de Seguridad que no es otro que nuestra Whiterose en su faceta masculina. Zhang explica su fascinación por los relojes y esa hastío de perder su tiempo utilizando un soliloquio de Macbeth pero, al mismo tiempo, aterriza un intercambio de secretos personales de DiPierro en el proceso y que conozcamos en mayor medida a un personaje que da la impresión de vivir en contradicciones como el resto del reparto. La brutalidad egoísta del mundo ha de ser combatida pero no por ello se puede revelar cierta fascinación por cómo orquesta sus detalles. La idea es que ambos personajes se abran para, posteriormente, lanzarnos un perturbador golpe de efecto y giro de guion. DiPierro es conocedora que el Ministro Zhang no tiene una hermana y desconoce todavía que esos trajes maravillosos que la enseñó la noche anterior son su mascarada para pasar al lado oscuro. Pero, en realidad, poco o nada sabemos de las maquinaciones de Whiterose aunque posiblemente tengamos pistas en esa muestra de arte que nos revela que la revolución puede ser tan hermosa y destructiva… ¿Y qué pintan Tyrell y Elliot en el asunto? ¿Son los destructores y armas utilizados por Whiterose para cronometrar su plan maestro? Si algo nos deja claro el episodio es que nadie quiere dejar cabos sueltos. Angela, por ejemplo y tras ver que será traicionada (de nuevo) por su ex novio, decide atravesar la madriguera de ese Conejo Blanco llamado fsociety y, a partir de ahora, colaborará con Darlene, Trenton y Mobley. ¿Bienvenida al club? Tal vez la negativa de Phillip Price en el pasado episodio también nos revele que Angela sea capaz de descubrir una vía para matar a dos pájaros de un tiro: destapar la conspiración, borrar las huellas que la implican en los ataques Cinco/Nueve. Aquello que sí desconocemos es esa explosiva resolución en la que unos encapuchados asaltan el lugar donde se encuentra instalado el FBI para disparar a todo aquel ser que se mueva. Esmail vuelve a utilizar un recurso de guion habitual en el presente episodio: ‘ensombrecer’ el escenario para ceñirnos al protagonista. Y aquí seguiremos a la realista supervivencia de DiPierro que conseguirá un arma de uno de los agentes caídos para iniciar un contragolpe frente a esos asesinos y sanguinarios asaltantes, que no dudarán en quitarse la vida si es necesario para seguir con ese concepto de que no existirán cabos sueltos en el proceso. Detrás de un mostrador y sintiendo sus tímpanos como los nuestros, esa violencia desmedida final es un emocionante artimaña para revelar que ese juego de hackers no es en absoluto inocente y que las víctimas están comenzando a sucederse… Tal vez el propio discurso de la serie se amolde al de las intenciones formales de ese conflicto de uno de los villanos del espectáculo: las revoluciones están plagadas de un lado oscuro, tan bello como hermoso, y el arte describe y enmascara tal abominación y caos. ¿Sobrevivirá nuestra agente que se unió al cuerpo tras dejar a su ex novio plantando ante su pedida de mano y se siente atraída por el misterio que rodea a Zhang? 

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3 comentarios:

  1. Mr. Robot de las mejores series lejos y de las que mas me atraparon sobretodo el personaje de Eliot cuando habla con si mismo en la primer temporada. Ando de paseo por Uruguay y por suerte en el Hotel Bahamas cuento con todo para poder mirarlo comodamente desde la cama jaja!

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  2. Excelente destripe igual que la serie. Elliot me recuerda Dexter con esos monólogos mentales

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  3. Me divirtió ver en el ordenador de Ray
    esa referencia a Dread Pirate Roberts ,
    el misterioso administrador
    de la famosa red de mercado negro "Silk Road" ,
    donde se puede comprar ... cualquier cosa .

    Sin duda , los artífices de esta magnífica serie
    hacen los deberes ...

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