Con “Piggy Piggy” “American
Horror Story” llega a su séptimo episodio y con un buen
trecho recorrido para poder dar ya opiniones con una cierta base.
La serie de Ryan Murphy está siendo todo un éxito de
audiencia y obteniendo buenas puntuaciones en las webs donde vota el público. Eso
sí, las valoraciones de la crítica norteamericana han sido discretas aunque la
serie aprueba… Ahora queda el siguiente paso como espectador al que no le
convence “American Horror Story”: ¿merece la pena seguir viéndola?
Cierto es que su éxito se basa en la nula competencia e incluso el día de su
emisión no rivaliza con otra serie que siga en la actualidad. Será la pereza o
alguna extraña ley del ultramundo pero, de momento, intentaremos dar un resumen
de cada episodio más objetivo (e incluso irónico) de una serie condenada a
mandarnos al otro barrio.
1994. Los SWAT de la policía de Los Ángeles llegan a la morada del terror
para arrestar a Tate por los crímenes que ha cometido en Westfield High. Constance está consternada
y Tate parece no ofrecer resistencia salvo por el gesto con los dedos de
su mano que hace y nos indica que quiere suicidarse… En el anterior capítulo, “Halloween:
Part 2”, descubrimos a las víctimas que perseguían a Tate buscando
una explicación a sus actos. Seguramente la casa tenga que ver con todo aquello
pero ahora mismo el eterno adolescente se encuentra perdido… Y precisamente la
única teoría que encajaba la semana pasada es la que se ha producido en el
episodio de la presente: Tate está muerto, pero murió en la casa… Ahora
está colado por Violet y parece estar perdido y no recordar ni siquiera
quién es su madre. Violet no parece encajar tan duro y paranormal golpe
aunque es avisada por su suegra no ectoplásmica y una médium (Harriet de
“Studio 60”) que debe conducirlo a la luz… ¡Qué fuerte, tía! No obstante,
Leah le avisa que está lidiando con el mismísimo diablo y parece que en
la despedida, a través de la médium, de Constance y Addy ésta última deja claro (ahora allí
lo entiende todo pero no suelta prenda la cacho-perra) que Tate es peligroso…
¡Estoy L-O-C-O! |
En “American Horror Story” los
fantasmas pueden ser asistentas del hogar, porno-chachas, se pueden enamorar y
salvar del suicidio por pastillas a sus amadas. ¿Salvará el amor a Tate
de caer de nuevo en el lado oscuro? Al menos esta vez no podrá ser tiroteado
por la policía en su propio cuarto. Otro de los planteamientos del episodio es
saber quién es padre del hijo que lleva en su vientre Vivien. De momento le pide casquería y entrañas crudas y una extraña pesadilla,
retomando uno de sus referentes en “La semilla del diablo”, le hace
contactar con esa enfermera que se desmayó al hacerle una ecografía en el
hospital. Ella ha dejado su trabajo y se ha hecho ultra-religiosa. De hecho se
encuentran en una iglesia donde se puede sentir segura y le suelta la bomba que
sabíamos desde que vimos el cartel de la serie: en sus entrañas lleva al mismísimo
anticristo. ¿Por qué lo sabíamos? ¿Será por qué “American Horror Story”
es una suma de clichés? Vivien, como siempre, se hace la tonta y ahora
que le pica el ‘farolillo’ todavía más. Esperemos que su guardia de seguridad afroamericano
la saque de su crisis sexual aunque lo mismo el bebé satánico le pega un bocado al prepucio...
My evil-baby |
Está claro que con los pacientes de
Ben que se mueren en cada episodio no van hacerle salir de su crisis económica.
De la matrimonial mucho menos. Moira hace campaña en su contra y en
la de su pito y su nuevo cliente nos ofrece una ración de humor negro. Ben,
al no tener cash, tiene que recibir a sus pacientes en lo que el antiguo hogar
conyugal. Vivien le deja claro que sólo le quiere allí por trabajo. Derek,
su paciente, está obsesionado con las leyendas urbanas y en especial con la del
hombre cerdo:
“El hombre cerdo era carnicero en Chicago durante la Feria del Mundo del 1893. Y antes de entrar en el corral de matanza se ponía una máscara: la máscara de cerdo que hizo para una de sus matanzas anteriores, y resoplaba… como un cerdo… haciendo creer que era uno de ellos.Entonces un día, se resbaló y se cayó. Los cerdos lo despedazaron. Y no encontraron ni un trozo de él en ningún sitio. Así que todo el mundo lo asumió. Porque no mucho más tarde, sus antiguos clientes, comenzaron a aparecer muertos; destripados, despellejados y colgados boca abajo en la tina de drenaje, como los cerdos en su tienda. Y dicen que si te paras delante de un espejo y dices… Aquí, cerdito cerdo, cerdo. ‘Aquí, cerdito cerdo, cerdo’ él volverá para hacer una matanza.
El pobre Derek no se puede
poner delante de un espejo y Ben tiene la solución: que lo haga a
oscuras en su casa; pero hay un pequeño inconveniente: ¡está llena de
fantasmas! Derek sale peor de allí y lo intenta en su casa por
recomendación de Ben… pero el hombre cerdo sale de detrás de las
cortinas de la bañera tal y como se imaginaba en sus pesadillas. Esta vez no
tiene máscara de cerdo sino gorra y va armado con una pistola en vez de
cuchillo. Ha cambiado su profesión de carnicero por ladrón y su compañero, una
vez que ha pegado un tiro entre ceja-y-ceja a Derek, le recrimina su comportamiento.
«¡Me ha llamado cerdo!», contesta. Veremos cuál es la próxima ‘cerdada’ que nos
cuenta “American Horror Story”.
Vamos que lo mejor del episodio es que salga el actor de Modern Family haciendo de otra cosa y que te avanza otra serie de cliches que se verán en los siguientes episodios.
ResponderEliminarConstance, mujer, haberte casado con un feo y gordo, a lo mejor tus niños hubieran salido normales. Ay, sí es que la belleza no lo es todo!!!!
Hola namusi!
EliminarYo creo que la culpa de que los niños le salgan así a Constance es de ella misma. ¡Por mala!
¡Los actores de Modern Family tienen derechos! jajaja
Saludos y gracias por el comentario,