“Un método peligroso”
(2011)
EEUU
Director: David Cronenberg
Título original: “A
Dangerous Method”
Sinopsis (Página Oficial):
En vísperas de la I
Guerra Mundial, Zúrich y Viena son el marco de una oscura historia con
trasfondo sexual e intelectual. “Un
método peligroso”, basada en acontecimientos reales, sigue las turbulentas
relaciones entre el incipiente psiquiatra Carl
Jung, su mentor Sigmund Freud y Sabina
Spielrein, la inquieta y preciosa mujer que les separa. A este trío se
añade Otto Gross (Vincent Cassel),
un paciente libertino, decidido a traspasar todos los límites. Esta exploración
de la sensualidad, de la ambición y del engaño llega a su momento cumbre cuando
Jung, Freud y Sabina se reúnen
antes de separarse definitivamente y cambiar la dirección del pensamiento
moderno.
Antes de aparecer los
títulos de crédito finales de “Un método
peligroso” se nos indica lo que ocurrió con sus protagonistas a modo de
retazo histórico pero también de moraleja de la historia que nos ha narrado David Cronenberg
anteriormente. A esas alturas posiblemente muchos espectadores estén dormidos y
siendo levantados por el codazo y/o sacudida de sus acompañantes e incluso
pueden que ya se encontraran en el exterior al haber abandonado la sala muchos
minutos antes. Sentarse en el diván puede pasar factura a muchos, contemplar un
filme inteligente que le psicoanaliza puede que sea agradecido por pocos. ¿Había que masturbarse durante la proyección para disfrutarla en plenitud?, se preguntarán aquellos decepcionados.
La película está
construida desde el viaje inicial de una enloquecida Sabina Spielrein en un carruaje a la clínica de Suiza en Agosto de
1904 hasta su regreso final en el mismo medio como separación final y quiebro con
la historia venidera en 1913. Aunque está basada en hechos reales, tiene citas (y citas y señoras encinta) y toda la puesta en escena
queda rodeada de academicismo la película de Cronenberg se aparta de la línea clásica, con
elipsis donde el director parece obcecarse en el triangulo psicológico que
establecen las relaciones de sus protagonistas. Sobre todo entre la relación
médica y sexual con cierta tensión dramática envuelta en un anti-folletín con
escenarios y personajes históricos del Siglo XX.
Padre e Hijo (de la Psicología) |
¿El pezón de una andrógina Keira es siempre pezón? |
David Cronenberg siempre dice que cuando rueda una nueva
película pretende superar a todas las anteriores. Muchos la han vinculado con “Inseparables” o “M. Butterfly” pero a mí me recuerda
a “Crash” envuelta en la época y
contexto que retrata. La película tiene varias capas sociales, políticas y
psicológicas. Habla de la raza aria y de los judíos desde un prisma futuro, de la relación paterno-filial de Freud y Jung, de los límites que no debe traspasar un psicólogo y de que el deseo de represión sexual alberga a un nuevo ser y carne pero también muerte interior. Freud ve que su ‘compañero’
(e hijo que debería mantener su legado) es un abusón privilegiado que coge todo
lo que quiere (comida incluida), va en primera clase, tiene una mujer rica… y,
para colmo, puede romper las reglas paciente-médico que deberían ser
inquebrantables en la profesión. Tal vez su unión y ruptura quede reflejado en ese cuerpo del
deseo llamado Sabina Spielrein. Está
claro que “Un método peligroso” es el triangulo
romántico más raro visto en la gran pantalla porque habla de mentes por encima
de cuerpos y doctores que son tratados por sus propios pacientes pero también de ‘hacer algo imperdonable para seguir viviendo…’ y, sobre todo, de
cuerpos impuestos atrapados en mentes, ¿o es al revés? Si la noche o el psicoánalis te confunde, esta es tu película. ¿O no pensó también usted que cuando esa andrógina Sabina se agacha delante de Jung va a hacerle un francés al estilo ensalada rusa?
Para aquellos que se aburran viéndola pueden ser coherentes a lo que les muestra la película y masturbarse en la sala para buscar algún tipo de placer y dejar su represión cronenbergiana (y por lo tanto sexual) aparte. Piensen que eso sí que será un método (de entretenimiento) peligroso.
Para aquellos que se aburran viéndola pueden ser coherentes a lo que les muestra la película y masturbarse en la sala para buscar algún tipo de placer y dejar su represión cronenbergiana (y por lo tanto sexual) aparte. Piensen que eso sí que será un método (de entretenimiento) peligroso.
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