“The Age of
Reason” es el
sexto episodio de la segunda temporada de “Boardwalk
Empire” y vuelve a demostrar que su jugada por la diversidad en los
personajes y tramas hace que la serie de Terence
Winter siga siendo una de las mejores apuestas televisivas. La HBO
ha confirmado ya una tercera temporada y esperemos que los nuevos premios la afiancen
en su posición elitista. Ahora mismo es todo un referente en esa duradera época
de oro de las series de televisión y, poco a poco, va dando muestras de ser una
serie que quiere hablar del nacimiento del crimen organizado estadounidense en
un reflejo de esa ley seca en Atlantic City como punto de partida. Con el meridiano y el punto de mira de esta
segunda temporada en este episodio los horizontes son posibles y
contradictorios: el relevo generacional se va imponiendo frente al régimen
político anterior.
El
parto de Lucy Danziger y el encargo de
limones al padre de su hijo, el agente Nelson
Van Alden, parecen ser uno de los motores del episodio. El agente está
afectado por las graves heridas que sufre su compañero, el agente Clarkson. Pero sus delirios en la cama
por las quemaduras y la fe de Nelson
parecen juzgarle una mala pasada y juicio divino. Nelson va a confesar ante su superior y ante su mujer aunque
finalmente una enfermera salvadora le indica que Clarkson delira y dice a todo el mundo lo mismo. Cuando Nelson regresa al hogar Lucy
ha tenido que dar a luz por sus propios medios pero también ha alertado a su
mujer lo suficiente como para que se persone allí y descubra el pastel y los
limones.
“The Age of
Reason” se
centra en la comunión del pequeño Teddy,
el hijo de Margaret Schroeder… pero
también sobre la confesión que hace al cura y a nosotros. Ya lo sabíamos pero
nos confirma que tiene pensamientos impuros sobre Owen Sleater, que actualmente se ha fijado
sexualmente en Katy,
su criada. ¿Celos? ¿Pasión? ¿Se avecina tragedia?
Los
zapatos de Charles Thorogood, el
abogado y futuro fiscal que le ha dejado ‘prestado’ a Nucky el Fiscal General de
EEUU, Harry M.
Daugherty, son también protagonistas del episodio. Charles consigue la
transferencia del caso de
fraude electoral contra Enoch Thompson
a nivel federal gracias a la Ley Mann. El problema de Nucky es que tiene tantos enemigos resentidos que harán lo posible
para que caiga al infierno lo más fuerte posible. Uno de ellos es el Senador Harry Daugherty que intercede para que el fiscal del caso sea lo
más complicado posible y que el niño diga adiós a Atlantic City y sus vicios
carnales. El alcohol sigue siendo la clave y Nucky quiere hacer negocios con
George Remus, por la intervención de Jess
Smith. Intento telefónico fallido. De momento, el eje de negocios del tesorero
de Atlantic City lo forman Arnold
Rothstein y Waxey Gordon pero
parece que su plan para llevar el alcohol ha sido descubierto por Jimmy.
Leander Cephas
Whitlock recrimina
la reacción violenta de Jimmy Darmody sobre Jackson Parkhurst en el anterior
episodio y le insta a fijarse en la prudencia e inteligencia de su enemigo, Nucky Thompson. Jimmy empieza a conspirar correctamente y por casualidad
descubre que un hombre de Manny Horvitz,
Hernan, está trabajando con su enemigo Waxey
Gordon. Aclarado todo con Manny
y el cuello de Hernan el plan es
detener ese alcohol aunque allí se encuentran los hombres de confianza de Rothstein: Lucky Luciano y Meyer Lansky.
Es momento de replantearse alianzas y ver ese nuevo mercado emergente: la heroína.
Parece que el tiempo de Rothstein y Thompson llega a su fin por el hincapié
de las nuevas generaciones del crimen organizado.
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