Boardwalk Empire (1x11) Paris Green: Siempre nos quedará Houdini

Se puede decir más alto, claro, de manera impactante, directa y simplemente menos sutil que un fuck a tiempo. “Boardwalk Empire” queda ya confirmada como la gran serie que ha devuelto clase, caché y religiosidad manifiesta a aquellos que habían perdido la fe en la HBO. Lo siento “Mad Men”, pero si existe un ser superior que elija los designios de los premios Emmy a la mejor serie dramática… nunca, nunca y un millón de veces ‘nunca’ tendría que nombrar tu nombre el año que viene. ¿La razón? Obvia, alta, clara, impactantemente clara y simplemente directa a un Fuck! si alguien osa cambiar el lanzamiento definitivo de la serie creada por Terence Winter. “Paris Green”, undécimo y penúltimo asalto de esta primera y notable temporada, deja a “Boardwalk Empire” un escalón por encima del resto de la competencia. Más claro, fuerte y alto… imposible.

Allen Coulter, director de episodios de “Los Soprano” o “Roma” entre innumerables joyas de la era dorada de las series de televisión, repite después de “Home”. Coulter dirigió “Hollywoodland” y parece que los ecos de tragedia personal y claroscuros de la cultura del éxito norteamericano le vienen de perlas a “Paris Green”. Como suelen marcar los episodios previos a la ‘final season’ de rigor emergen las dudas, los misterios, las aclaraciones como posos y las tensiones de brutalidad abierta y manifiesta dejan los pelos como escarpias y la respiración cortada durante dos semanas. El 12 de Diciembre de 2010 se resolverá todo y nada. Llega el truco final.

Tiros en la recamara para el último episodio:

a) Arnold Rothstein sigue sumido en los preparativos para afrontar el juicio por amañar la liga de béisbol y tendrá que asomar su cabeza en Chicago…

b) Los hermanos D'Alessio se encuentran en paradero desconocido… pero la madre y hermanas se encuentran en Filadelfia. También un hermano dentista. El hombre de hojalata, es decir, Richard Harrow espera la orden de Jimmy para liquidarles y que los hermanos dieran la cara… y su cabeza al francotirador.

Un pecador judío de la pradera menos

Tiro y desenlace para seguir con el martirio y tortuoso camino de pecados y milagros del genial agente federal Nelson Van Alden. ¡Está loco! O es demasiado rígido y firme en sus creencias. Desde que empieza a estar tentado por el lado oscuro para lograr sus objetivos es más inestable y peligroso. El agente judío Sebso es objeto de sus pesquisas para sacar sus pecados a flote. Nelson sabe que la muerte de su testigo estrella no fue un accidente y que Sebso está detrás de todo. El pobre judío quiere que el río vuelva a su cauce… pero Nelson es una riada de fe y rectitud. Un chivatazo de Nucky les lleva a revisar una ruta para encontrar una destilería ilegal y así comenzar de nuevo una buena relación de confianza. No encuentran alcohol pero sí otra poderosa droga: la religión. Misa negra (pero no satánica) por parte de diácono Cuffy, de la Iglesia Baptista de Shiloh, de Atlantic City. Nelson se deja llamar por sus instintos y quiere lavar pecados. Sebso pide el traslado y el agente torturado le pide una prueba de fe y lealtad. Obviamente el judío no la pasa y es liquidado por el fanatismo de un personaje que se está convirtiendo en una pieza clave de la serie.

Viejo, medio-muerto, descompuesto y sin perro

Y ahora el repaso a las dos dobles grandes tramas del episodio. Son dos tramas para cada personaje principal que les envuelve y les tortura.

Para empezar Jimmy tiene dos frentes: mujer y padre… ¿¡Padre!? Sí, por fin los misterios quedan resueltos pero tampoco nada nos cuadra.

 Como sabemos por el episodio anterior Angela se va a fugar con Tommy y su affaire-novia Mary Dittrich a las praderas verdes de París… Tienen todo pensado: día y hora… pero el cuchicheo, al parecer, es el peor y más vil enemigo femenino. Finalmente Mary se va a París… pero con su Robert (tienda incluida). Ahora son fantasmas… Menos problemas para los guionistas pero más para Angela, que deja carta de su fuga y despedida a Jimmy. No hay sentimentalismo sino frialdad por su vuelta rápida. ¿Sabría algo Jimmy y les invitó a irse?

Buscando fantasmas

El otro misterio (no)resuelto es la paternidad de Jimmy. Hemos visto, oído y leído entre líneas que Nucky tenía todas las papeletas. Parece que el nombre es otro pero nadie se lo cree. El comodoro Louis Kaestner tenía cincuenta y cuatro años. Gillian trece. Se conocieron en el Día del Trabajo de 1897. Ella era una de las consortes del rey Neptuno… y el flechazo fue instantáneo. Por aquel entonces, Nucky, era el sheriff y trabajaba para el comodoro. Él era quién ejercía de ‘chulo’ y enlace entre ambos. Sinceramente no me lo creo… y creo que Jimmy tampoco. Nucky estaba casado con la iconizada y sacralizada Mabel y siempre se ha portado demasiado bien con ellos… En fin, esta trama episódica esconde las oscuras intenciones de una persona. No del moribundo Louis Kaestner, ni tampoco de su amado perro metido en ataúd para ricachones… sino de pistas que se sucedían anteriormente hasta ahora. Unas pruebas médicas descubren que el ‘padre’ de Jimmy está siendo envenenado por arsénico y ahora entendemos de su enfermedad y muerte del chucho. La lógica se impone y la pregunta ‘¿A quién más le beneficiaría la muerte de su Louis Kaestner?’ se impone. Jimmy recuerda el día que tomó una galleta en casa de su ‘padre’ y su vómito frente a un espejo. Las piezas encajan y se dirigen a… su madre. Parece que Louis Kaestner vivirá.

Paris Green de venta en estancos

Nucky tiene también dos grandes frentes con su ‘mujer’ e ‘hijos’.

Son malos tiempos para Annabelle y el consorte que le da de comer (aparte de sus miles de caprichos). Un mal negocio ha hecho que su ‘gordo’ sea un mal negocio. Encima se ha fugado con el dinero que ella le había ‘robado’. Toca pasar por Nucky (o sea por caja) el problema que se ha equivocado de cajera. Margaret Schroeder le comunica que ‘La liga de las mujeres votantes’ va a apoyar formalmente al Sr. Bader, el candidato formal para alcalde de Nucky pero les pilla en gesto cariñoso porque recordemos que Annabelle vendería su alma por un puñado de dólares. Hay movida, una brutal movida que veíamos venir pero cuya tormenta se nos antojaba lejana. Todo estalla y se hace mil pedazos pero pare resumir tal evento y discusión mejor es hacerlo por partes y que cada uno saque sus conclusiones:

— Annabelle fue la concubina de Nucky hace años.

— Margaret tiene dudas morales sobre todo aquello en lo que está envuelta. 

— Margaret sabe perfectamente que Nucky tiene negocios turbios.

— Margaret sabe perfectamente que Nucky ordenó asesinar a su esposo y que Eli intentó comprar su silencio.

— Nucky sabe que Margaret no quiere quedarse en estado y se ‘refriega’ el refajo.

— Nucky desea tener descendencia y heredero.

— Margaret quiere que Nucky se case con ella. 

— Margaret sabe utilizar el verbo to fuck.

Miradas en diferentes puntos

Todo acaba fatal y Margaret (e hijos) abandonan a Nucky. Eli le recuerda a su hermano lo peligrosa que puede ser y convertirse Margaret. Nucky le recuerda que él es simplemente como el hermano de Houdini. Poco o nada más que el apéndice de un nombre. Nucky es bastante vengativo en los asuntos familiares y la casa chamuscada de su padre da fe. Ante la guasa de cómo puede hundirse la carrera electoral de su candidato a alcalde hay que dar un toque y tocan cambios: Halloran será en nuevo sheriff. Sus ‘hijos’ tendrán que hacer los deberes o… pero, ¿qué es Nucky sin su Margaret? Sólo queda ponerse en las manos del futuro y Lady Jean, la vidente… esperando ese truco final del destino que ya quisiera Houdini.