“Líbranos del mal”
Título original: “Deliver Us From Evil”
Director: Scott Derrickson
EEUU
2014
Sinopsis (Página Oficial):
En “Líbranos del mal” el agente de policía de Nueva York Ralph Sarchie (Eric Bana), quién pasa por una complicada etapa personal, comienza a investigar una serie de inexplicables y extraños crímenes. Para resolverlos se le une un sacerdote poco convencional (Edgar Ramirez) experto en rituales en exorcismo, que combate las aterradoras posesiones demoníacas que están atemorizando a la ciudad. La película está inspirada en el libro sobre los espeluznantes casos reales de Ralph Sarchie.
Estoy harto de desacreditar estas producciones sobre cuestiones en las que sus guionistas no tienen ni pajolera idea de lo que hablan. Como ya deberían saber y no estoy escribiendo nada de esto sino el demonio de alto rango que actualmente está poseyendo mi cuerpo. En ese grado de absoluto conocimiento de la materia a tratar, todo lo que van a leer a continuación viene de una fuente fiable. O sea, yo, el demonio que está en posesión de este desgraciado mortal. “Líbranos del mal” hace honor a su título: es tan M-A-L-A que estamos deseando que acabe para librarnos de ella. Y es que según afirman con descaro y vergüenza ajena está inspirada en la historia real del Sargento Ralph Sarchie… Sí, sí… basada los mismos hechos reales de los creadores de que «si te tragas un chicle tardas siete años en digerirlo» y «si todos los chinos saltasen a la vez se alteraría el eje de rotación de la Tierra». Sí, sí… Déjeme informarles, para empezar, que todos los demonios de alto rango estamos poseyendo en este mismo momento a toda la lista Forbes de multimillonarios e incluso a cualquier ser humano con gran influencia y poder en todo el mundo. Cierto es que el guion de esta indecorosa y estúpida película no está tan descarriado. Y es que los demonios iraquíes son conocidos por ser bastante torpes y primitivos y así solamente se pudiera explicar semejante delirio argumental y viaje de un soldado poseso (y su club de fans) de vuelta a EEUU.
Vayamos por partes para que lo entiendan uno seres inferiores como ustedes. No hay demonios en Oriente Medio salvo en Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait. Algunos menos en Arabia Saudí. Y es que, para que se hagan una idea, las películas que mejor reflejan en los últimos años el subgénero de posesiones han sido “El lobo de Wall Street” y “Margin Call”. Nosotros, la horda de demonios, estamos aquí para robarles su dinero. Si han avanzado y evolucionado es porque así lo hemos querido nosotros. Queremos que consigan capital para arrebatárselo todo, deseamos endeudar a todos ustedes y que sus nietos nos sigan pagando intereses. ÉSE es nuestro plan y, como pueden comprobar, se nos está dando muy bien… como borregos como ustedes. Explico lo anterior, vayamos con “Deliver Us From Evil” que es, en resumidas cuentas, un policíaco con exorcismos… Bueno, con un exorcismo de mierda como un templo (presumiblemente impartido en un curso del CEAC) y perpetrado por un tipo que se pone a hacer un mash-up de una de Ricky Martin con cantos gregorianos. Ese tipo es un sacerdote jesuita putero y ex drogadicto. Pero yo no quiero decir nada… Si consiguió llevar a cabo el exorcismo fue porque el demonio iraquí tuvo que salir del cuerpo a descojonarse en su cara… y no regresó al ver el cuerpo del marine con la frente más abierta que las entradas de Bruce Willis, el culo más estirado que una jirafa y con el resto de sus extremidades completamente destrozadas y tullidas. Vamos, lo que se denomina un ‘fistro’ en toda plenitud. Normal que el demonio primitivo y salvaje no regresara allí… aunque, ciertamente, hay que confirmarles que los exorcismos no funcionan con nosotros. Para sacarnos de un cuerpo poseído simplemente hay que pedirlo por favor y, después, arruinar completamente a la persona que se encuentra bajo nuestro yugo y control. Solamente así abandonamos el cuerpo. También si el sujeto bajo posesión va a chirona por fraude fiscal u otros delitos económicos. Así que no digan exorcismo sino bancarrota y déjense de gilipolleces.
Analizando la “Líbranos del mal” como película también es un insulto en plenitud. Se nota que han contratado a Joel McHale de “Community” para que haga los chistes… hasta que la cosa se quiere poner serie. Y a Eric Bana le aceptaron al declinar Mark Wahlberg ser el animal de compañía de los productores. Luego está la parte chorra de sustos gatunos y caninos cada diez minutos de película. Por no mencionar gatos crucificados, cucarachas y cadáveres para achantar para dar ‘ascopena’. Pero lo peor de todo es utiliza las canciones de The Doors como alegoría de la entrada a lo demoníaco. Vamos a ver, satánico son las canciones de Lucía Parreño, Steisy, Yleina, Rafa Mora, Karmele, Kiko Rivera, Víctor Sandoval, Sonia Monroy y un largo etcétera. Si todos ellos cantaran a la vez sí que se abría una puerta al infierno y comenzaba el Fin del Mundo… Lo crean o no, los demonios al contrario que ustedes nos queremos. La cuestión es que esta película es un absoluto desastre se mire por donde se mire… aunque se lo perdonamos porque somos los productores de la misma junto a toda la filmografía de Scott Derrickson. No nos importa que ustedes piensen que los exorcismos son ‘puta bida’ y a que a los demonios se nos puede sacar de un cuerpo recitando pasajes de un libro que nosotros mismos escribimos. En fin, si el mundo es idiota es porque nosotros así lo queremos. Y no se olviden de comprar la película en Blu-ray o DVD. Gracias.
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