Guardianes de la galaxia Vol. 2: Awesome Mix Vol. 2

“Guardianes de la galaxia Vol. 2”

Título original: “Guardians of the Galaxy Vol. 2”

Director: James Gunn

EEUU

2017

Sinopsis (Oficial):

Mezcla Alucinante Vol. 2 es el nuevo telón de fondo sonoro de “Guardianes de la Galaxia Vol. 2” de Marvel que narra las aventuras del equipo mientras atraviesan los confines del cosmos. Los Guardianes deben luchar para mantener unida a su nueva familia mientras desentrañan el misterio de la verdadera filiación de Peter Quill. Los viejos enemigos se convierten en nuevos aliados y los personajes favoritos de los fans provenientes de los cómics clásicos acudirán en ayuda de nuestros héroes mientras el Universo Cinematográfico Marvel sigue expandiéndose.

Crítica Bastarda (con spoilers):

Para adentrarse en el contrapeso, que nivela toda balanza, basta con tomar las críticas negativas y positivas de “Guardianes de la galaxia Vol. 2”. Acusada de falta se sentido, de calculado sentimentalismo extremo y de ser una simple réplica con la pirotecnia y épica medida para la ocasión sin el factor sorpresa, el filme de James Gunn ha posicionado esos dos platos que cuelgan de una barra horizontal: aquello que para algunos es la mayor debilidad de la cinta para otros, por el contrario, supone su mejor virtud. Tal vez el gran mérito de la película del director de “Slither: La plaga” sea su capacidad de no necesitar apenas nuevos elementos para construir una secuela. Seguramente Gunn haya querido corregir los problemas de “Vengadores: La era de Ultrón” por incluir a un nuevo villano cuando, no obstante, la lectura más satisfactoria del filme de Joss Whedon la propiciaba entender a Tony Stark como el gran antagonista de la historia; siendo Ultrón una extensión de ese lado oscuro que también se posicionó al personaje en “Capitán América: Civil War”. En la continuación de “Guardians of the Galaxy” se establece un sentido y sentimiento de trilogía y segundo acto en el que los conflictos latentes del largometraje inaugural son suficiente material para rentabilizar el libreto de James Gunn. De nuevo, el icónico lado de los ochenta (o de cualquier estela previa) conforma la esencia de esa puesta en escena colorista en la que “Cheers”, Mary Poppins o David Hasselhoff pueden ofrecer soluciones de guion junto a la selección musical. Y si a eso sumamos los fichajes de Sylvester Stallone y Kurt Russell, para invocar el espíritu de la década de los arcades y las cintas de cassette, bienvenido sea tal pintoresco aquelarre en el actual reino digital. En cierto modo, Peter Quill (Star-Lord) vive atrapado en una infancia terrícola y escarpada en la que la trágica muerte de su madre y una marcada ausencia paternal llevó a un pequeño niño a crecer en un universo inhóspito repleto de peligros. Gunn ha entendido el enlace de Baby Groot como ese hijo alrededor de familiar que quedó conceptuada en la primera parte y desde los títulos de créditos de “Guardianes de la galaxia Vol. 2” el pequeño nuevo superhéroe en proceso se suma al baile preliminar. Poco o nada importa el fondo y la acción del escenario hasta el momento oportuno sino que la idea es ceder, evidentemente, al recital de la banda sonora para formular el tono nostálgico, gamberro y humorístico. Y olvídese de la sencillez implícita en el ya recurrente «Yo soy Groot» porque hay más contenido bajo esas réplicas que parecen siempre iguales…

En “Guardianes de la galaxia Vol. 2” la carcasa sigue siendo un blockbuster al uso pero existe más profundidad en unos personajes que todavía arrastran conflictos sin resolver. «Hay dos tipos de seres en el universo, los que bailan y los que no lo hacen». La frase de Drax confirma esa tónica impuesta pero, al mismo tiempo, ratifica ese cambio de roles en los que los personajes más serios pueden ser los más divertidos. Prueba de ello es el propio Drax con algunas de la mayoría de perlas cómicas del conjunto aunque evidentemente hay un drama interior latente en cada protagonista y el recurso del guion es quebrar con un golpe de efecto humorístico dentro de su profundidad trágica. El fichaje de Mantis sirve para explorar ese corazón rodeado por cuantiosas y sólidas armaduras donde la sinceridad más brutal es marca de la casa y su aportación es necesaria para acelerar los mecanismos y disputas de esa familia que no se hay dicho todo a la cara. Tal vez los pezones sensibles de Drax ayuden a entender esa dicotomía entre la puesta en escena que rige el exterior y las posibilidades sentimentales que subyacen en el interior. Las lágrimas finales de Rocket,  ante la despedida de uno de los pocos amigos que le entendían, confirman que hay sentimientos bajo ese manto de tono macabra, despreocupación y adorno digital. En realidad, ese conjunto de outsiders, exiliados y solitarios están repletos de un gran vacío interior y Gunn necesita un aluvión de confesiones para reajustar los conflictos existentes y que todos se den cuenta de que se necesitan los unos a los otros (y harán todo lo posible por mantener tal unidad). La llegada de Ego (Kurt Russell) sirve al libreto para plantear una ruptura en esa familia generalmente histriónica y de nuevo en apuros. Ego buscaba un significado y un propósito… como moldear el universo a su imagen y su semejanza y ese ser Celestial queda sintetizado en un cerebro siendo Peter Quill puro corazón. Ego vuelve a reincidir en ese conflicto respecto a la soledad y la necesidad de todo ser de no encontrarse vacío en la inmensidad del universo. No obstante, Ego rechazó el amor de Meredith Quill en pos de completar su propósito y significado siendo su ‘expansión’ la razón para incluso colocar un tumor en la madre de Peter y así evitar ceder a sus sentimientos. Tal enfrentamiento entre cerebro y corazón condena las terribles y ‘egocéntricas’ acciones para hallar en su larga lista de descendientes a otro ser con su herencia genética de Celestial. Sabíamos que Star-Lord era el elegido, tras poder sujetar con sus propia manos una de las Gemas del Infinito, y Ego iba a localizar a su hijo fácilmente. “Guardianes de la galaxia Vol. 2” no necesita mucho más que explorar esos conflictos familiares/paternales para dar un sentido a esa familia que necesita reajustarse y que la propia historia alrededor de Yondu/Peter cobre la necesaria coherencia sentimental. También es necesario para culminar un clímax plenamente conmovedor que entendamos los motivos que llevaron al líder de los Devastadores a romper tanto su código como incumplir su contrato con Ego y, precisamente, anteponer todo en pos de salvaguardar a aquel que considera su hijo. 

Utilizando como coartada a monstruos interdimensionales, cinta adhesiva, nombres chirriantes (el primer premio es para Taserface), Pac-Man y a los altivos Soberanos (atrapados en la filosofía de las salas recreativas como contrapunto a las batallas espaciales), el filme de James Gunn se rige como una space opera en la que el enfrentamiento genético condensa el núcleo de la propuesta. Los placeres terrenales de los mortales y el propósito de Ego quedan matizados en ‘Brandy (You're a Fine Girl)’ de Looking Glass, siendo la cultura popular el idóneo catalizador para retratar conflictos y necesidades. Y es que ningún padre debería destrozar el walkman de su hijo y asesinar a su madre (y sus muchos hermanastros)… Al fin y al cabo, Peter nació fruto del amor tal y como demuestra la secuencia inaugural del filme. “Guardianes de la galaxia Vol. 2” se rige por las credenciales que hicieron grande a su predecesora y su capacidad es sacar oro de elementos supuestamente condenados al fracaso. Ya sea bien Howard el pato como Zune de Microsoft, a la nueva apuesta de Marvel le sirve ceñirse a los sentimientos nostálgicos interiores para revelar que detrás de todo ‘outsider’ reside un corazón repleto de honestidad y en plena búsqueda de su David Hasselhoff. En realidad, todos en el universo buscamos a nuestro Hasselhoff y tal vez lo tengamos delante… ¿de una pantalla de cine? Vayamos a la funcionalidad de las ya recurrentes secuencias de postcréditos. En el caso de “Guardianes de la galaxia Vol. 2” sirven también a otro propósito interno en el que traernos al grupo liderado por Stakar Ogord (Stallone) puede suponer desde un spin-off televisivo como a un nuevo equipo de cara al futuro de la franquicia. James Gunn sigue al margen de la ley cósmica para hacer referencias directas al universo de los Vengadores y ya no necesita la presencia de Thanos para hilvanar conexiones con el futuro de la saga. A través de los relatos de Gamora y sobre todo Nebula podemos entender el gran monstruo que se va a erigir como monumental villano de “Vengadores: La guerra del infinito”. Gunn parece interesado en mantener las mecánicas grupales y ya previamente la fruta que ansiaba Nebula, que no estaba madura, nos confirmaba que se había sumado a esa nueva familia sin ni siquiera darse cuenta. Sin embargo, la utilidad de esas escenas conclusivas supone tanto la introducción de Adam Warlock como que Groot sigue creciendo o Stan Lee forma parte de los Vigilantes y ha estado de incógnito en todas las producciones de Marvel de modo omnipresente. Pero seguramente la secuencia con la que concluye de “Guardianes de la galaxia Vol. 2” nos indique que todavía los Vigilantes no se sienten interesados por el UCM y deseen alguna nueva historia más de Lee para poder quedarse a su lado. Queda mucho que contar, en resumen, y Marvel Studios da la impresión de haberse identificado plenamente con el tono de las dos partes de “Guardianes de la galaxia”. Prueba de ello pudiera ser esos créditos finales en los que «I am Groot» queda sustituido por esa compañía hacedora de «awesome mixes». Es decir, ¿hasta el infinito, Groot y más allá?

Baby Groot no es tan inocente: asesina a sangre fría...

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