Serie de TV
“Ataque a los Titanes (Attack on Titan)”
Título Original: “Shingeki no Kyojin”
Japón
2013-Actualidad
Sinopsis (Página Oficial):
Tras 100 años de paz, la humanidad se enfrenta a un súbito recordatorio del terror que supone estar a merced de los Titanes.
No es ninguna novedad que tengamos ciertos animes que se ponen de moda e imponen y marcan toda la actividad sociocultural alrededor de sus universos. Se podría decir que tras la sobredosis de “Death Note”, “Ataque a los Titanes (Attack on Titan)” se ha hecho con el timón creando un cosmos pseudo-mitológico con algunos prestados del videojuego de culto “Shadow of the Colossus” y referencias directas a ‘Saturno devorando a su hijo’ de Francisco de Goya. Era obvio, además, que la adaptación televisiva del manga escrito e ilustrado por Hajime Isayama nos iba a traer todo tipo de variaciones y remakes en todo tipo de ámbitos. Interesa más centrarnos en la propia historia que en su marketing, seguir los pasos de esos personajes que habitan un mundo en el que la humanidad tuvo que adaptarse rápidamente a una masacre global por parte de los titanes. Los supervivientes crearon una gran ciudad amurallada, con tres regiones separadas, que les permitía una protección de sus depredadores hasta que los 100 últimos años de calma llegan a su final. En el momento en que gran titán colosal consigue abrir parte de esa muro, Eren, Mikasa y Armin tendrán que crecer a pasos agigantados al comprobar cómo esos sádicos seres devoran y asesinan a sus seres amados. “Ataque a los Titanes (Attack on Titan)” se centra en la evolución de esos niños que perdieron su inocencia y tuvieron que adaptarse a ese mundo en el que la única vía para no perecer es luchar por defender su vida o no ser esa carne que ansían devorar esos monstruos.
Se ha cuestionado bastante el ritmo global de la serie y la descompensación de ciertos arcos argumentales, utilizando para tramas secundarias y/o prescindibles varios episodios, por ejemplo. Pese a todo, la serie japonesa (y por extensión el universo que plantea en videojuegos, novelas, film con actores reales o mangas) se ha consolidado como un fenómeno de masas que todavía sigue en crecimiento y cuya segunda temporada se espera como agua de mayo por sus fans en 2017. Pero, ¿qué podemos esperar y qué sensaciones nos ha dejado la propuesta a los bastardos? “Ataque a los Titanes (Attack on Titan)” me resulta una serie completamente desigual, interesándome los conceptos de su universo, planteamientos y giros en su guion pero, por el contrario, me parece muchas veces irritante en las formas de desarrollarlo. Entre flashbacks subrayados y soliloquios filosóficos redundantes como parte de un relleno insoportable y aburrido, la propuesta brilla cuando la acción toma el terreno del argumento. Posiblemente esas dicotomías anteriores se deban a que la ficción muchas veces no sabe si adentrarse en el terreno juvenil o, por el contrario, beneficiarse de su violencia y toques adultos en sus tramas. No da la impresión de que a los escritores les interese plasmar el contexto sociopolítico de los supervivientes más allá de su mera referencia dentro de las tramas o dilemas un tanto infantiles.
Aquello que realmente importa es el desarrollo y crecimiento de Eren, Mikasa y Armin sin dar prácticamente ninguna explicación a sus secretos y giros de guion. Ese choque entre elementos trillados, otros alargados hasta la extenuación y algunos instantes brillantes, generan un propio titán tan odioso como sugerente e interesante. Lo que ciertamente funciona en “Ataque a los Titanes (Attack on Titan)” es tanta carcasa audiovisual como esos elementos que tratan de fusionar componentes cercanos al cyberpunk con otros de tono estético medieval. En realidad, todo el material surgido de la mano y mente de Hajime Isayama se ampara en esos contrastes que van desde el efectismo hasta la diversión más superficial pasando por ese as escondido que conforma el gran secreto de la propuesta: ¿qué son realmente los titanes? El misterio tal vez sea un perfecto hándicap para mantener esa llama de expectación encendida al otro lado de la pantalla aunque ni estamos ante el mejor anime de la historia ni tampoco ante el más sobrevalorado. Simplemente hay que entender la serie como un entretenimiento de calidad en su carcasa y con un irregular y desigual fondo que trata de compensar sus deficiencias con su vertiente más épica y efectiva. Es posible que incluso su leitmotiv no resulte revelador a estas alturas aunque aquello que la mejor manera de combatir con monstruos es convertirse en uno funciona a la perfección en su sentido literal. Tras su cierre en “Asalto al distrito Stohess (Parte 3)” (1x25) nos quedan ciertas dudas para todo aquello que está por venir respecto al destino de Eren y Annie así como esos planteamientos que nos sumergen en los secretos de sus pasados. ¿Son parte de algún experimento? Los titanes, no obstante, aguardan detrás de esas grandes paredes que ya han dejado de separar dos mundos condenados a encontrarse. ¿Nos darán las respuestas en este 2017?
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Miedo me da las siguientes temporadas de la serie animada... Sigo(por inercia) el manga de forma actualizada y se ha convertido en un peñazo politico de dimensiones colosales... Y los cuatro cliffhanger que mete los mete de forma bastante torpe y poco inspirados... espero que la serie no caiga en esos vicios y dé más dinamismo... la materia prima tiene mimbres de dar algo mejor....
ResponderEliminarSi quieres ver un anime que va directo al punto y es sumamente adictivo, te recomiendo Drifters, acaba de terminar su primera temporada.
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