lunes, 30 de enero de 2017

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Emerald City: Oz, un mundo de fantasía

Serie de TV
“Emerald City”
EEUU
2017

Sinopsis (Página Oficial):

La fuerza de un tornado transporta a la joven Dorothy (Adria Arjona) desde Kansas hacia otro lejano mundo, una misteriosa tierra en peligro donde se está librando una épica y sangrienta batalla. Se trata de Oz como nunca antes se había conocido. Un lugar donde el todopoderoso Mago (Vincent D’Onofrio) ha prohibido los hechizos y controla muchos de los reinos, malvadas brujas conspiran en las sombras y por donde vagan sanguinarios guerreros. Con el propósito de regresar a casa, Dorothy se convertirá en una decidida heroína que llegará a tener el destino del mundo en sus manos. La que sin duda es una de las producciones más esperadas de la cadena americana para principios de año constará de 10 capítulos y está basada en los populares libros de L. Frank Baum. Este escritor es el responsable de crear, a través de múltiples obras, todo un universo relacionado con el mundo de Oz que ha tenido una influencia muy importante en la cultura popular. La película “El mago de Oz” (1939) es considerada un título de culto y está basada en uno de sus libros.

Crítica Bastarda:

Muchas series se comprenden y entienden respecto al contexto en el que quedan enmarcadas y la llegada de “Emerald City” se pudiera concebir como parte del éxito de series comoÉrase una vez y Juego de Tronos. En realidad, la nueva adaptación televisiva del material de L. Frank Baum desea rentabilizar una estética claramente adulta y cinematográfica utilizando un reparto con caras conocidas y el talento visual de Tarsem Singh para atraer a los fans del género fantástico. ¿Es suficiente hechizo en una era en la que exigimos a las series de televisión una calidad muchas veces desmedida? Vivimos también en tiempos en los que se están reimaginando a los clásicos pero los más visibles problemas de la serie de NBC, que en España emite Cosmo, son un claro alejamiento de la calidad impuesta en el premiado y aplaudido espectáculo de HBO y una peligrosa cercanía a esos subproductos (en formato largometraje de dos partes) que poblaron el reino televisivo del fin de semana hace no muchos años. “Emerald City” vive evidentemente de sus conexiones con el mundo de fantasía de Oz y esa clara estética y desarrollo más oscuro respecto a sus personajes. No obstante, falta la chispa de la magia. ¿Le falta humor al conjunto? ¿Algo más de sentido de la ironía respecto a la adaptación y las actuales mecánicas de la ficción televisiva? Sea como fuera, podemos entender que la series creada por Matthew Arnold y Josh Friedman podría ser una de las grandes decepciones del comienzo de 2017… si es que alguien esperaba otro tipo de producto más certero y lúcido por encima de una propuesta para pasar el rato. El problema es que actualmente tenemos ficciones más atinadas y entretenidas que la presente que se desarrolla en este (nuevo) mundo de fantasía. Incluso podríamos afirmar que es complicado que los adolescentes dejen Las crónicas de Shannarapara engancharse a este mágico universo de Oz… que ni es tan mágico ni desenvuelve un complejo universo.



Vayamos a la idea de soñar con un País de Oz en el que numerosos personajes e intrigas se suceden para ir creando una pulpa argumental tan atrayente y eficaz como prototípica y rimbombante. Contar con Vincent D'Onofrio también pudiera ser un hándicap para arrastrar a una parcela de los espectadores a la mitología de ese universo repleto de magia y secretos aunque, por el contrario, es posible que a “Emerald City” le falte identidad y encanto para seducir a la audiencia encontrando demasiada desigualdad en los arcos argumentales. Tal vez la lucha entre la tecnología y la magia, que se ha impuesto en ese reino, no logre despuntar junto a ese halo de cuento de hadas para adultos incapaz de crecer dentro de la televisión generalista. Es posible que al espectáculo le falta cierta sutileza en sus aspectos discursivos como, por ejemplo, esa dicotomía entre convertirse en una prostituta o una monja bajo la protección de las brujas. Otra cuestión son los planteamientos respecto a la magia, tratada como una esencia maldita incluso prohibida que ahora será buscada en esta nueva versión como elemento salvador. A falta de simbolismo y alma, “Emerald City” trata de vivir de las referencias a la mitología de las distintas versiones de L. Frank Baum junto a ese sentimiento en el que los protagonistas inician un viaje hacia una oscura transformación siguiendo el camino de las baldosas amarillas. Pese a todo y con Gaudí como gran referencia, podríamos echar en falta ese delirio y originalidad habitual en la amalgama del arquitecto en los planteamientos de una serie sin demasiado embrujo ni magia salvo para pasar el rato siempre y cuando se tenga tiempo que perder ya sea en Kansas o en Oz.

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