sábado, 9 de septiembre de 2017

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It - Eso: Pennywise, el payaso, la víctima del acoso de unos violentos niños

“It - Eso”
Título original: “It”
Director: Tommy Lee Wallace
EEUU
1990

Sinopsis (Oficial):

Un tranquilo y pequeño pueblo de Maine está siendo aterrorizado por una fuerza malévola oculta tras la máscara de un payaso, y que tan sólo se la conoce como ‘It’. Tras sus primeras víctimas, una pandilla formada por siete amigos de la infancia deciden volver a reunirse para atacar el mal y destruirlo, intentando librar así del terror a su pueblo natal.

Crítica Bastarda (contiene tragedias y spoilers):

Pobre Pennywise. Pobre. 

Se considere miniserie o largometraje para televisión de tres horas, “It - Eso” nos enseña una triste y oscura historia sobre una pobre criatura que trató por todos los medios de empatizar —generalmente bajo una forma de payaso— con unos violentos niños que acabaron por asesinarlo. No solamente se conformaron con aniquilarlo una vez sino que regresaron décadas más tarde para hacerlo en una segunda ocasión. ¿Es que no tuvieron suficiente? ¿No es acaso tal repulsivo acto obra de un grupo de psicópatas?

Pobre Pennywise. Pobre. 

Pennywise, el payaso, la gran víctima de la historia

Esos críos, violentos por naturaleza y llenos de odio interior, se limitaron a paliar sus muchos traumas interiores asediando y atemorizando a una inocente criatura que habitaba en su pueblo. Esa es la verdadera historia que no quieren que sepan.

Pobre Pennywise. Pobre. 

Si tienes sobrepeso no tienes que pagarlo con los demás. Si eres un tartaja, ídem. Si tienes de asma de postuero y eres hipocondríaco, ídem. Si tu color de piel es diferente, ídem. Si eres mujer y el heteropatriarcado de maltrata, ídem. Si haces chistes del montón y eres un clon de Steve Urkel, ídem. Si pasabas por allí y odias ‘Cuarto Milenio’, ídem. Nadie tiene que sufrir tus problemas. No eches tu mierda encima de otros porque pienses que eres una víctima de la sociedad porque, en ese momento, te convertirás en el verdugo de otra víctima. Y Pennywise se transformó a finales de los 50 en un desdichado mártir de esas diferentes circunstancias de una horda de mocosos. Pobre. 

Eso siempre fue amor y ternura

Intentando integrarse en una estúpida civilización que hace estupideces
Pennywise. Pobre. 

Se le acusa de matar… y es mentira. En ningún momento de “It - Eso” se le ve matar a nadie, solamente sacaba sus colmillos porque era su forma de saludar. Y si alguien fue asesinado o desapareció se debió a otras situaciones que la incompetencia de la policía nunca pudo solucionar. 


Se le acusa de cometer todo tipo de crímenes y fechorías… y es mentira. Pennywise vino a nuestro mundo a repartir amor, globos y enseñarnos a flotar. La sociedad siempre ha basado su existencia en buscar chivos expiatorios y en enmascarar los problemas reales de su incompetencia supina. Podían haber utilizado a Pennywise como el cambio climático o los bolardos. Todos sabemos que es un hecho. Pagó los platos rotos. Pobre.

Pobre Pennywise. Pobre. 

Pennywise al desnudo, el gran incomprendido de la coulrofobia

Pennywise ha sido uno de los grandes incomprendidos del género de terror cuando, en realidad, los villanos de la novela de Stephen King eran esos despreciables niños metomentodos con delirios esquizofrénicos. Pennywise era, es y será inocente y la coulrofobia siempre ha puesto su imparcial mirilla sobre él. Para empezar, algo que no tiene forma no puede ser culpable de nada salvo de que sus chistes sean políticamente incorrectos y de que el humor negro que utiliza no haga gracia a todo el mundo. No hay libertad de expresión en ningún país y los límites del humor son así de impredecibles. Pennywise simplemente existe porque el universo existe y si ocurren cosas malas son porque la humanidad da asco y es una mierda. Eso solamente es una víctima de la sociedad. Cierto que es que el mundo se ha vuelto cada vez más loco y malvado y, evidentemente, ese pobre payaso sólo quiere ser aceptado por ese planeta absurdo y violento en el que habita. ¿O cómo iba a ser aceptado un ser siendo un arácnido tan feo que cuando nació le tuvieron en una incubadora con cristales tintados? El pobre hizo lo que hace todo el mundo: ponerse otra foto para el Facebook intentando que alguien le quisiera. 


Donde fueres, haz lo que vieres. Ese ser nunca hizo, por lo tanto, nada que le obligaran a hace esos seres aterradores y desequilibrados que se hacen llamar el Club de los Perdedores. ¡Asquerosos y patéticos insectos irracionales! ¡Psicópatas!

Pobre Pennywise. Pobre. 


Esa pobre entidad vino en forma de meteorito a nuestro planeta y tenía que elegir entre Tordesillas y Derry. Simplemente deseaba un lugar prehistórico con trogloditas donde permanecer hibernando y en el que el dejaran descansar en paz. Nunca lo consiguió salvo algunos cientos de milenios… Y es que los seres humanos son siempre ruidosos y fanáticos empedernidos. Dan por culo una y otra vez pese a las advertencias de NO MOLESTAR que puso en su cueva. Pennywise era despertado una y otra vez cada minuto y, aunque trató de descansar para toda la eternidad, siempre acababa insomne cada treinta años. Y el desventurado ser tenía que alimentarse. Esa ola de violencia y sucesos horribles que se le atribuyen a Pennywise son completamente falsos e infundados. Eso es una pacífica criatura celestial de luz que se alimenta con muy poca cosa. De acuerdo, necesita el terror terrenal y un poco de carne infantil llena de miedo aunque, sin embargo, nunca asesinó a ninguno de ellos. Todos esos terribles y traumatizados impúberes sufrieron accidentes que acabaron con sus vidas por culpa de sus despreocupados padres que les abandonaron a su suerte. Georgie, por ejemplo, se resbaló y se rompió la crisma con una alcantarilla. Así pasaba lo que pasaba. Llegaba la tragedia y la culpa se la echaban al pobre Pennywise cuando aquello que se tendría que revisar es el Código Penal y la inmunidad pasmosa de los menores para cometer crímenes y salirse con la suya. Su único delito fue alimentarse con algo de esos cadáveres que iban a pudrirse en un cementerio o acabar incinerados. Eso no es delito ni un crimen, es necesidad. 

Eso es amor...

Odio irracional y violencia desmedida. ¿Es que no va actuar la Fiscalía?

Pobre Pennywise. Pobre. 

Pobre Pennywise. Pobre. 

Los perdedores no solamente se conforman con acabar con todo a su paso sino que regresaron para volver a asesinar a una pobre y pacífica criatura 30 años después. El pobre Pennywise avisa en 3.569.449 millones de ocasiones a ese grupo de déspotas y asesinos de criaturas celestiales que se vayan del pueblo y que lo dejen en paz. Y no lo hacen. Si tuvieron éxito fue, aparte de su esquizofrenia, porque se encontraban protegidos por fuerzas primigenias y, sobre todo, la pluma del escritor de turno. Así cualquiera. Nadie llora por Pennywise, aquel ser que quería hacer el mundo más feliz y alteró a Derry y a sus habitantes para que éstos no sufrieran con sus muchos traumas. Eso simplemente quería hacer el universo menos oscuro y regalarnos su luz interior… Al igual que Jesucristo fue traicionado y ‘crucificado’ por la ignorancia y el odio. Tú flotarás también, Pennywise… en tus lágrimas por ese cruel mundo que nunca te entendió. Descansa en paz en la alcantarilla y cloaca donde estés. 


Otro ejemplo más del egoísmo y locura suicida de los protagonistas. Vergüenza

Pobre Pennywise. Pobre. 

Pobre Pennywise. Pobre. 

Pobre Pennywise. Pobre. 



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