El sueño de Lena Dunham tiene ya una fecha final aunque todavía seguimos inmersos en esa fantasía que para muchos también se ha convertido en una auténtica pesadilla. “Girls” nunca ha dejado a nadie indiferente, dividiendo a la audiencia entre el amor y el odio, entre los halagos al ingenio y talento de su creadora como a los insultos e injurias respecto al ombligo y narcisismo de Hannah Horvath. La dramedia de HBO nos ha mostrado la evolución de esas ‘niñas’ que se hicieron mujeres, aunque tanto el enfoque como la percepción generacional siempre han tratado de recrear la historia de crecimiento y madurez entre risas y romances, entre lágrimas y decepciones. “Wedding Day” (5x01) tampoco ofrece una premisa demasiado original dentro de la propuesta al haber disfrutado previamente con esa boda sorpresa que protagonizaron Jessa Johansson y Thomas-John (Chris O'Dowd) en la primera temporada. Evidentemente esa improvisación del acto es completamente opuesta a aquello que nos revela el capítulo, alejado de la propia ceremonia e interesado en diseccionar el estado emocional de los personajes antes del evento. La madurez de Dunham como creadora pudiera contrastar con otras ficciones que ahora mismo le han ganado la partida y tampoco hace falta salir de su propio círculo de productores, ya que Judd Apatow ha buscado el influjo y talento de Paul Rust para gestar la acertada “Love” en Netflix. La boda de Marnie Michaels es, en cierto modo, una propicia medida del estado de “Girls” y que todavía Dunham tiene cartas que jugar en esa partida que llega a su fin. Aunque el viaje a la madurez de Hannah Horvath está en los albores de una conclusión, la intención es que nos interesemos por el resto de personajes, que sintamos su cinismo y narcisismo habitual entre sus muchas dudas vitales y decisiones idílicas quebradas por la dura realidad. Repasemos “Wedding Day” (5x01) y comprobemos la anchura y profundidad del ombligo de Lena Dunham y su álter ego en la pantalla.
Escrito y dirigido por Lena Dunham, “Wedding Day” es un correcto season premiere de cara a las intenciones de la autora por dar una forma definitiva a un paso final en el viaje a la lucidez de sus protagonistas. Marnie se casa con Desi y esa boda hipster (?) en una casa de campo se ve amenazada por una tormenta. Hannah da la impresión de haber encontrado la felicidad con Fran Parker (Jake Lacy) y la idea es que chicas y chicos, de modo independiente y separado, vayan revelando el estado emocional si sobreviven al maquillaje de esa estilista llamada Bebe (Bridget Everett). Pensemos en la metáfora de “Girls” por acicalar a sus protagonistas con tonos más duros y risibles para finalmente liberarse de tan embellecida falacia y ser ellas mismas. Unas tendrán que seguir a las otras, protegiéndose esa belleza y elegancia con chubasqueros si es necesario, sobreviviendo a cualquier tormenta que amenace con arruinar su felicidad. Da lo mismo la inseguridad en sus pasos porque todas juntas llegarán a su destino. En el episodio también aparecen ciertas revelaciones como la confesión de Ray de que Marnie es el amor de su vida y que Jessa y Adam van a iniciar un affaire si es que no lo han hecho ya antes. Evidentemente Lena Dunham no quiere desprenderse de sus personajes y desea dar sentido a los mismos… salvo que alguna rata (?) como Christopher Abbott abandone el barco antes de tiempo. También da la impresión de que todos los protagonistas se han aceptado los unos a los otros, como si hubieran asimilado sus múltiples carencias y defectos para compensarse mutuamente.
“Wedding Day” desea articular un cambio de roles, teniendo un ataque de pánico el novio y dándose a la fuga cual descamisada Julia Roberts (?). Confesiones y descubrimientos aparte, no faltan relaciones sexuales y el habitual exhibicionismo sexual de Lena Dunham para complementar ciertos despuntes cómicos. “Girls” también trata de confeccionar un discurso con cierta profundidad sobre el amor y sus sacrificios para que el ser amado obtenga la felicidad en otra persona. Del mismo modo que Ray se dará cuenta de su expiación, da la impresión de que finalmente Jessa y Adam encontrarán la felicidad tras la ruptura de éste con Hannah. No es que la serie de HBO desee entablar un diálogo sobre el destino sino representar que muchas veces las relaciones humanas se establecen en pequeños círculos, sin necesidad de salir fuera de un ecosistema emocional. En “Wedding Day” Jessa acabará siendo el hada madrina que arreglará los excesos de maquillaje y el propio sino impuesto hará que la lluvia se detenga para que comience una celebración que tendremos que imaginarnos y que, realmente, poco nos importa más allá de sus instantáneas promocionales. A Dunham, evidentemente, le importa recrearse en esos espacios de incomodidad y tensiones del grupo de amigos en que todo el mundo ha acabado siendo ex de alguien. Pero sobre todo la intención es fijarse en esa polaridad de amor y odio que envuelve a sus personajes e incluso que el cetro protagonismo de su creación pase a otra de esas ‘chicas’ como en este caso Marnie. “Girls”, por lo tanto, ha acabado convertida en esa ficción acerca del tránsito a la edad adulta aunque sigan apareciendo ciertas pinceladas de vacilaciones e incertidumbres por el camino escogido. Los propios espectadores aquí, además, somos testigos y también jueces de sus relaciones y futuro, como si siguiéramos sin creernos el matrimonio que allí se celebra y que nos tendremos que imaginar, como si la propia autora nos invitara a imaginar nuestro propio mundo sin esas chicas que se hicieron mujeres. Continuará…
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