Título original: “Les adieux à la reine”
Director: Benoît Jacquot
Francia
2012
Sinopsis (Página Oficial):
1789. En la
víspera de la Revolución Francesa, las personas que viven en la Corte de
Versalles continúan con su liderazgo sin preocupaciones, la vida sin
inhibiciones, lejos de la creciente inquietud en París. Cuando la noticia del
asalto a la Bastilla llega a los oídos de la corte, los nobles emprenden la
huida junto con sus sirvientes, abandonando el palacio. Pero Sidonie Laborde,
una joven lectora de la Corte dedicada en cuerpo y alma a la Reina, se
niega a creer en los rumores. Cree que bajo la protección de Marie Antonieta
ella no sufrirá ningún daño. No sabe que estos serán los últimos tres días que
pasará al lado de su reina.
Su estructura es una historia de amor clásica de
tres y su germen la simpleza de un amor no correspondido. Pero el amor aquí no
consiste solamente en que esos tres puntos que establecen el triángulo sean
mujeres, tampoco que Benoît Jacquot nos
trasporte, gracias a la novela de Chantal Thomas, a
ese contraste de la Francia revolucionaria con la ostentación y magnificencia
de la corte de Versalles. “Adiós a la Reina” es
claramente un filme contemporáneo y emocional, desligado de ensalzar el
contexto y mitigar el detalle histórico. Su guión está compuesto de
sentimientos y sensibilidad desde el punto de vista de la lectora de María
Antonieta, que nos dirigirá en esos cuatro últimos días que
pase con la Reina… con su Reina.
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La preferida de la Reina |
Sidonie Laborde es
una de las lectoras de María Antonieta, una especie de fantasma que nunca
estuvo allí. Inmediatamente vemos el triángulo que forman Gabrielle
de Polignac, María Antonieta y Sidonie. La
Duquesa se ha ganado todo los favores de la Reina por ser su ideal de belleza,
ese objeto libidinoso y carnal de deseo. Pero el contexto sobre el que siempre
ha dirigido la mirada el cine francés y también norteamericano, cuando se ha
ceñido a contar la historia de estos personajes, queda relegado a un simple
escaparate. No es una postal aunque el fondo enmarca la narración. El punto de
vista encuadra a los hechos históricos y ofrece la perspectiva de los
personajes. “Adiós a la Reina” nos
ubica en los ojos y sentimientos de esa bordadora y lectora cuyo amor por su Reina no
es correspondido y dado a otra. El filme dibuja una especie de “El
hundimiento” en Versalles, con ciertas incisiones kafkianas y
un Benoît
Jacquot que parece guiado por Sokurov. Son
las bases visuales de una propuesta que transforma en suspense informativo la
toma de la Bastilla y el impacto que provoca en la corte. La visión no es tan
pomposa y sofisticada como los filmes de Sofia Coppola o
W.S. van Dyke sino que los mosquitos y la presencia de ratas
muertas por la corte y yaciendo en los estanques son recurrentes. Ese tono real
y creíble es enfatizado por el seguimiento de la protagonista como si la cámara
fuera casi siempre su sombra. Una sombra
que nos enseña el otro lado de los brillantes y esplendorosos muros de
Versalles. La suciedad, el moho y la pintura carcomida que existe al otro lado.
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Los ojos de la historia atrapados |
“Adiós a la Reina” nos
habla del camino de la separación para quebrar el amor. Pero es ahí donde entre
esas líneas, historia y diálogos yace un claro subtexto de poder. Sidonie
Laborde parece representar al pueblo… pero comprende
demasiado tarde que solamente protegen a los suyos, a su sangre y a aquellos
que han marcado con su gracia. La leyenda cuenta que Gabrielle
de Polignac murió poco después de enterarse que su amada María
Antonieta había sido ejecutada. Una leyenda que queda en la
voz y ojos de esa lectora, como la del pueblo que la condenó. De esa materia
inflamable que nunca debe ser alimentada con fuego…
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Me ha parecido un poco fría, no atrapa el espectador en las intrigas. Falta conexión. El vestuario es increíble. Las actrices Diane Kruger, Léa Seydoux y Virginie Ledoyen tan bellas como distantes…
ResponderEliminar¡Un saludo!
Bastante mala. No la recomiendo.
ResponderEliminarAcaso la duquesa no era la amante del rey y María Antonieta al casarse con el futuro rey mostraba abiertamente su desprecio hacia la duquesa? Ya no entendí.
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