“Representative Brody” es el décimo episodio de la
serie con mejor perspectiva de convertirse el estreno otoñal al otro lado del
charco. No es otra que “Homeland”, la pequeña revelación ofrecida por Showtime. Con este ya son diez
episodios los que confirman que la serie que protagonizan Carrie Mathison
y Nicholas Brody apunta, en breve, a dar síntomas de aceptación crítica
y mediática con las futuras nominaciones a los Globos de Oro. Sería un avance
para una serie que tiene clara vocación de originalidad frente a temas
ciertamente tabús en la cultura norteamericana catódica. Y es que si en los
valores patrióticos hay avistamientos de terrorismo islámico como si fuera la
mismísima guerra fría o los nazis encubiertos de “The Stranger” con Orson Welles nadie está a salvo. Esas ínfulas
de paranoia están claramente declaradas desde sus títulos de crédito: esta es
la guerra del desconcierto; y “Homeland” es la serie insignia para dejarnos
helados por su cuantiosa calidad.
Ni la música de Miles Davis ni
el jazz que le gusta y escucha en su coche Carrie puede salvarla
de la soledad que le espera. Posiblemente Nicholas Brody sea ese rayo de
luz y esperanza sexual pese a sus catastróficas diferencias, teorías
conspiratorias y doble juego… pero, al igual que Saul, la imagen que se
da de la CIA es que son unos hijos de puta (con perdón) demasiado profesionales
para tener una vida privada regular. Saul haciéndose en sándwich en su
despacho con una regla a altas horas de la noche y Carrie siendo
ignorada por el hombre al que parece amar (y su verdadero enemigo) son claros
enlaces con que “Homeland” no se está cortando ni un pelo con los temas
que retrata. La imagen del terrorismo islámico hundido en los propios resortes
de la nación estadounidense resulta muy novedosa y Showtime parece haber dado libre para tratar que ¡dos! soldado
americanos se cambien de bando por diferentes circunstancias… Y Tom Walker,
el hombre que va a cometer un atentado en breve, es afroamericano… Aquí
la barrera mediática que divide al héroe del villano queda difuminada…
Enemigo interno |
El único enlace con Tom Walker
es detectado por la CIA y tiene nombre aunque su cara ya la hemos visto en los
últimos episodios: Mansoor Al Zahrani, segundo secretario de la embajada
de Arabia Saudí y con inmunidad diplomática para dar apoyo a las misiones
terroristas de Abu Nazir. La investigación de la CIA lleva a que la importancia,
aparte de sus tres esposas y diez hijos, es una casa de baños donde tiene
encuentros homosexuales… La CIA, al tener una deuda considerable con el banco
Market Security, necesita la ayuda del mismo para retenerle y aunque vulnere
numerosas leyes ‘chantajearle’ con su vertiente prohibida gay para que
colabore. Estes quiere que Carrie lleve la voz cantante del
interrogatorio y la protagonista se prepara perfectamente su papel…
Brody hace lo necesario para conseguir el beneplácito de su esposa para su
futura carrera política. Es el mismísimo vicepresidente quién se persona en su
domicilio (él se piensa algo peor) para pedirle su candidatura. Y así se
encuentran, cara a cara, aquel que provocó que Brody cambiara de bando
para que ahora puede cambiar la sintonía de los tiempos. Jessica quiere
tener a su marido presente y se niega pero éste hace todo lo posible haciendo
que Mike interceda y se una a su causa. Con todo resuelto la democracia
familiar se impone y Brody podrá iniciar su andadura política para ser congresista…
Además, los acontecimientos le sirven a su favor. Los peligros que teme ser
descubiertos son:
a) Trabaja para el enemigo nacional, Abu
Nazir. Nadie lo sabe.
b) El escarceo sexual de su mujer y su
mejor amigo está perdonado.
c) Su escarceo sexual con Carrie
sólo lo sabe ella (bueno también Jessica que no es tonta, aunque Carrie miente porque también Saul aunque a él le
preocupa más lo que salió de su lengua que de su pito).
Con todo lo anterior y el chantaje
de la CIA sobre Al Zahrani, utilizando a una hija que tiene estudiando Yale
para encontrar a Walker se cierra dramáticamente el episodio. Al
Zahrani fuerza un encuentro colocando una señal en su ventana. Walker no
aparece sino un doble con un maletín-bomba que destroza a numerosos civiles,
mata al propio Al Zahrani y al vagabundo utilizado por Walker,
que activa el explosivo desde un móvil en una ventana cercana, pulveriza la
operación de la CIA y deja en el hospital al Carrie con el agravante de
tener el corazón roto por Brody. Saul le confirma lo peor:
alguien de dentro trabaja para Abu Nazir… Nunca un anticlímax antes de
la pirueta final de cierre de temporada fue tan traumático para su protagonista
principal y heroína.
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