La generación de la conspiración,
del terrorismo y la paranoia parece ser el eje sobre el que gira “Homeland”,
el mejor estreno televisivo de este otoño. Y lo ha hecho precisamente en una
cadena que no es demasiado proclive a este tipo de producciones. La gran duda
que se ha instaurado en prácticamente la totalidad de los televidentes es saber
si la serie que han ideado Michael Cuesta (“Dexter”) y Howard
Gordon y Alex Gansa (“24”) tiene futuro. ¿Da suficiente juego para más de
una temporada la historia de ese héroe y prisionero de guerra que se cambió de
bando y que es perseguido por una agente de la CIA que podría estar loca? “Clean
Skin”, tercer episodio de esta primera temporada, nos indica que la serie
basada en otra ficción dramática israelí de Gideon Raff (“Prisoners of War”) debe
trabajar a fuego lento el cambio de bando de ese héroe americano llamado Nicholas Brody. Anderson Carrie, tal y como
vemos en los títulos de crédito, puede ser
víctima de una paranoia colectiva instaurada ya en tiempos de Reagan,
amantados por la guerra fría y el propio sargento Brody haber cambiado
de bando para conseguir su libertad, no pudiendo revelar los sacrificios que
tuvo que hacer durante los ocho años de cautiverio. ¿Héroe o terrorista? ¿Loca
o auténtica heroína nacional? Esperemos descubrirlo lo más tarde posible.
“Clean Skin” nos orienta sobre las intenciones de la serie. Por un lado vamos a tener
la posible conversión por el villano más buscado del planeta, Abu Nazir, de un prisionero de guerra norteamericano. También aparece el drama
familiar que vive éste con una mujer que le ha sido infiel con su mejor amigo,
un hijo que no le conoce y una hija adolescente, aficionada al canuto juvenil, que
sabe que su madre es una adultera y que desconoce qué rumbo tomará su vida.
Precisamente el episodio pretende unir a Nicholas Brody con su hija Dana
y que ambos compartan experiencias, verdades y mentiras que les ayuden a
sobrevivir. Desde que Brody ha empezado a ejercer de héroe los medios se
han volcado en él finalizando en una entrevista a su familia modélica: padre
héroe, esposa atractiva, hijo boy scout e hija… desubicada. Precisamente es
ella quien rompe una lanza a favor de su padre y atraviesa el corazón de su
madre revelándole que sabe todo sobre su lío con Mike Faber.
Cerrojos y vidas con secretos. |
Y es precisamente el drama sexual
en ese trío el que tiene un componente que puede explotar en cualquier momento.
Nicholas se masturba delante de su mujer desnuda y a la que no le
permite que le toque en un gesto de conocimiento de su infidelidad. O tal vez
forme parte de esas heridas de su cautiverio aunque nos muestran imágenes de un
Brody convertido, afeitado y aseado delante de un grifo que actúa como
manantial y de otro Brody torturado al que Abu Nazir da comida como un perro para acercarle a sus intereses. Pero, ¿quién
utiliza a quién? Tal vez Brody tuvo que convertirse voluntariamente como
vía de escape y ahora no pueda revelar que mató a golpes a su compañero de
cautiverio y que ha traicionado a su país anteponiendo su vida. Y precisamente
ahora quiere recuperar esos años perdidos y evitar que una fisgona como Carrie Anderson no le vincule con
un peligroso terrorista. Pero, ¿por qué se ha convertido definitivamente al
Islam? ¿Encontró allí la paz interior? ¿O va a cometer un atentado contra la
que fue (y sigue siendo) su nación?
Antes juntos y Ahora separados. |
La vinculación entre Brody y
Abu Nazir podría hallarse en el príncipe Farid Bin Abbud. Demmie, una confidente de Carrie que trabaja como
acompañante para el príncipe Farid
Bin Abbud, facilitó una grabación
del peligroso terrorista visitando su yate. Ahora coincide su llegada a EEUU y
Washington con la aparición de
Brody… aunque para la CIA se trata de un acto de reclutamiento del harén
personal del príncipe. No obstante, Demmie es la favorita del príncipe y, pese a pasar a Carrie los datos del
móvil traicionándole, Farid Bin Abbud le
regala un carísimo collar en su desconocimiento. Tan caro que el collar que se
convierte en el motivo, al parecer, del su asesinato. En el móvil del príncipe
no había nada que indicase movimientos de dinero para financiar atentados y el
propio Farid Bin Abbud parece
aterrado al declarar ante la policía. Tal vez como le indica Saul Berenson, el mentor de Carrie y que ha quedado distanciado con
ella desde que le engañó poniendo bajo vigilancia a Brody, la visita de Abu Nazir
al yate no iba dirigida al príncipe Farid
Bin Abbud sino a alguien de su
entorno. Y vemos cómo el ayudante del príncipe vende el collar por cientos de
miles de dólares e inmediatamente “Clean Skin” se
cierra con la llegada de una pareja a un piso cercano al aeropuerto
indicándonos que los mecanismos financieros de un futuro atentado han sido
puestos en marcha.
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