El tercer
episodio de “Terra Nova” deja claras
las graves dolencias de la serie de Spielberg y la Fox. Su esquema de aventuras familiares en un parque
temático, similar al utilizado en la fallida “Falling Skies”, nos advierte que el entretenimiento televisivo que
funcionaba en el pasado ya es un fósil cuyo único destino es un museo catódico.
En una época post “Lost” los
espectadores han elegido el entretenimiento para adultos proporcionado por la
calidad de la HBO en “Juego de tronos”
frente patrones estándares (a nivel moral y sexual) planteados por otras
cadenas. El éxito de “Spartacus: Sangre
y arena” puede dejar entrever que el espectador exige dosis más ‘terrenales’
frente a propuestas blandas y azucaradas. Las series de ciencia ficción han
encontrado mejores posiciones en la animación japonesa en la última década y
con pocas excepciones salvo “Battlestar
Galactica”. El piloto de “The
Walking Dead” y su irregular primera temporada dejan dudas y “Fringe” parece resolverlas. ¿Qué ofrece
“Terra Nova” en la actualidad? ¿Entrenamiento?
¿Seguro? Si después de un piloto que no fulminaba al espectador y un segundo
episodio con ‘pollos asesinos voladores’ “What
Remains”, tercer capítulo, nos ofrece de nuevo más de lo mismo en formato
polilla-palomitera-con-alzheimer.
Una
estación de investigación en la ‘periferia’ de Terra Nova (¿vamos a tener estaciones en plan ‘Lost’?) ha quedado incomunicada y vemos que uno de sus científicos
es víctima y alimento de un tyrannosaurus
no siendo consciente del peligro del comensal. ¿Qué le ha ocurrido? La Doctora Elisabeth Shannon y el Comandante Nathaniel Taylor parecen ser los
encargados de resolver el misterio. Si en el anterior episodio el suspense se
generaba por el ataque de unos pollos en celo prehistórico aquí un virus que te
borra la memoria, creado ilegalmente por los científicos que investigaban una
cura para el Alzheimer, se ocupa de dar
cuenta de las dosis de entretenimiento. Obviamente la Sra. Shannon y el Comandante Taylor
se quedan en recuerdos del pasado a la espera de la catatonia final. Es momento
de ser rescatados.
¿Terra Nova a punto de ser devorada? |
El
gran error de “Terra Nova” es que sus
personajes principales quedaron tan destripados en el piloto que ya no queda
nada que pueda sorprendernos. Para crear una nula tensión sexual recurrieron en
el anterior capítulo a un antiguo amor de universidad de Elisabeth que ahora está en Terra Nova, el Doctor Malcolm Wallace. Y sencillamente no hay
más salvo los ‘en-coñamientos-de-la-pubertad’ que ofrecen los más jóvenes. Con
la estación en cuarentena son el propio Malcolm
y el marido de Elisabeth quienes
acuden al rescate y ya vemos el resfriado de Jim Shannon no es pura
casualidad. Tal vez Josh tenga la dicotomía
de elegir entre el amor que ha encontrado en pasado que es futuro en esa ‘misteriosa’
Skye o su antigua novia que dejó
atrás… No es casualidad que Skye le
presente al ‘cantinero’ que a su vez está vinculado con Mira, la jefa de los ‘sextos’. Sencillamente el pasado de Taylor y ese hijo perdido que deja
señales puede ser lo poco que tengamos para escarbar. Todo, obviamente, queda
resuelto en un estornudo y descubren la cura para el virus en menos de un
amanecer. Tal vez sea el penúltimo que le dedique a este serie.
Una serie con poca memoria |
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