OTerrador

Vivo sin vivir en mí y sin ver la televisión desde hace meses. No es una ráfaga de incrustado esnobismo ni mis hijos bastardos han vuelto con papá para rellenar el poco espacio vital que me queda. Nada de eso. Aunque cuando lo cuento la gente tiende a confundir el apagón analógico con el lógico apagón anal. ¿¡Cómo que nos ves!?, me dicen. ¡Pon el aparato!, me aconsejan. Eso es que si quieres ver la tele te dan por el culo porque no hay señal. De ningún tipo. Ni con aparatito ni medio güevo real dorado. En la televisión de mi habitación no se ve nada salvo niebla y una capa de polvo crepuscular. Algo llamativamente basuril y vacuo… exactamente lo que se plasmaba en ella hace muchos meses e incluso años. La gente me mira mal cuando digo esto y que sólo veo televisión de pago. Antes era abonado a Canal+… luego de Digital+ y ahora de Ono con sus socorridos contenidos gratuitos… aunque, ¿no se considera visionar la emisión de los programas por internet en las páginas de las cadenas como tele de ‘pago’? ¿Qué opinaría la Ángeles González-Sinde de todo esto? ¿No es completamente depravado utilizar el ancho de banda para ver ‘Sálvame’ y la programación de Telecinco a través de su página web? ¿¡Y OT!? Saquen pañuelos y kleenex porque toca berreo y llorar… de la pena… o de la risa…

Hablo de la enésima temporada de “OT” ¿Redux? ¿2011 mojonazos de versiones? No lo sé y poco me importa porque obviamente, como comprenderán por lo que denotaban mis palabras anteriores, no lo veo. Me han dicho, eso sí, numerosas personas que este año se acaba por baja audiencia y un pésimo personaje llamado Pilar Rubio. Personalmente el reality gestado y parido por Gestmusic en la cadena pública me interesó mucho en su primera edición. ¡Nunca me había reído tanto viendo la televisión! Ni con Benny Hill, ni con la reposición de las películas de Mariano Ozores y mucho menos con la descacharrante primera edición de “Gran Hermano Zorrano”. Me negué ver nada de “Operación Triunfo” (primera edición) hasta que en la primera gala quedé prendado por los chillidos del Pelo Rabo (su versión de ‘When a Man Loves a Woman’ debe constar como la mejor imitación de Chiquito de la Calzada jamás vista), la escandalosa ordinariez plebeya de Rosa (‘Olé! Me eee equibocaaao’), el llorón de Bustamante con demasiado polvo en la nariz por el paso de las obras de papá, las incitaciones trepas y sexuales de Chenoa y un innumerable cúmulo de seres en busca del triunfo en una operación llamada negocio mercantil. 

MI REINO POR UNAS LÁGRIMAS

Dejé de ver las posteriores ediciones porque nunca eligieron un casting razonablemente patético-friqui a mi gusto como la de la primera edición… Lo que siempre me sorprendió fue su éxito de audiencia hasta esta temporada. Mis compañeras de trabajo, amigas y vecinas me cuentan que Pilar Rubio está muy buena y es espectacular pero que no vale para presentar ni el puesto de los boletos de la feria del pueblo de mis padres. Se ríe de sus propios chistes, saca camisetas de grupos jevis que ni conoce, está demasiado nerviosa y mete la gamba cada cinco segundos cuando desde su pinganillo saltan las alertas. Yo me creo a las féminas que rodean mi vida por lo que, pese a no ver esta edición, me he hecho una idea general de los escandalosos derroteros que está buscando la cadena para mantener el barco pirata a flote.

PREVIO Y ¿CHIVATAZO POR EL PINGANILLO?

Por lo visto tienen a Nina, que me dicen que canta fatal, a una ciega, que me cuentan que canta menos que un grillo resfriado pero que la audiencia mantiene por pena-lastimera, me confirman que han fichado al antiguo director Ángel Llàcer como jurado… pero falta (y se nota) la marcha de Jesús Vázquez… ¿Qué hacer, entonces? De momento, pese a críticas de antiguos concursantes que desean lo peor al reality, han decidido que la lágrima vende y el llanto injustificado (y seguramente en el guión) de Pilar Rubio centre la atención mediática en su nulo protagonismo y profesionalidad. De momento, no está funcionado… aunque aquí vienen mis recomendaciones bastardas:

1. Que traigan a Risto Mejide de nuevo al jurado pero que esta vez tenga libertad impúdica de humillarles físicamente vistiéndoles él mismo y con pelucón incluido.
2. Que las actuaciones sean de los concursantes desnudos o que busquen un híbrido con “¡Ay, qué calor!” 
3. Poner un foso de serpientes en las actuaciones de la ciega y darle un coreografía movidita.
4. Que fichen a las Mamachichos y a sus hijas como invitadas estrellas.
5. Que Pilar Rubio salga desnuda o enseñe alguna teta…
6. Mejor empezamos por esto último, ¿no? ¿No tiran más dos tetas que dos carretas (llenas de kleenex)?