Banksy no me parece para nada un Fraude. Al contrario, “Exit Through the Gift Shop”, la película que firma pero no filma, es un alegato de la copia y el original. Del Fraude como arma de destrucción artística. Y es ahí donde el fantasma wellesiano resurge de “F. for Fake” donde se nos suscita las diversidad sobre la mentira en un mundo que casi nunca dice la verdadera verdad. Es en sí el relato de un copista sobre otro copista ya que Banksy y los otros artistas callejeros que aparecen en el documental parecen reproducir una y otra vez sus obras en los muros como firma viral y consecuente publicidad contemporánea. Cuando escuché por primera vez, hace pocos años, el tema ‘Tonight the Streets Are Ours’ de Richard Hawley me vino a la cabeza la imagen romeriana de esa pareja de zombis que deambulaban por las calles noctámbulas en “La tierra de los muertos vivientes”. Vista ahora la misma canción acompañando la entrada y salida de esos artistas callejeros en “Exit Through the Gift Shop” me hace pensar en la zombificación del arte contemporáneo. Efectivamente creo que el arte ha muerto. Al menos, el arte tal y como lo conocíamos…
Y esa resurrección y vuelta de la muerte artística se decreta en un documental que podría ser falso y original al mismo tiempo ya que desconocemos el punto de vista que lo origina. ¿Es Banksy o Thierry Guetta? ¿Quién es la copia o quién el original? Esa desubicación del punto de vista es expuesta en el documental como advenimiento circular de la obra. El cordial y compulsivo grabador de la realidad sigue los pasos del artista cinematográficamente para finalmente suplantarlo como artista callejero y ‘curando’ su adicción al video-recorder por el nuevo paroxismo del art-recorder. Fotocopiando una realidad que antes era grabada y ahora impresa. Impresión de los mismos descubrimientos que ha vivido implantados ahora bajo su firma autoral.
ARTISTA EN LA SOMBRA DE LA LEYENDA |
Al mismo tiempo el artista callejero deja el espray para erigirse como director de la obra y renegar del artista que ha ocupado su nuevo rol. Esa nueva reconversión y afinamiento del artista suscita de nuevo si la obra realmente es circular y falsamente experimental. Como si todo lo que hemos visto, incluso la misteriosa imagen del artista oculto, fuera una mentira que nos narrase la prostitución y mercantilización del arte y el carente o pasajero talento del denominado hype.
Más allá de la venganza que acometería Margo (Banksy) sobre Eve (Thierry Guetta aka Mr. Brainwash) ,si un post-documental de “Eva al desnudo” se lo permitiera, se erige un alegato sobre el comercio cultural que convierte la contra-cultura en un nuevo foco lucrativo desvinculándolo de su objetivo. La torpeza, fortaleza afectiva, consecuencia, candidez y adicción al paroxismo de Thierry parecen exonerarle de su fuga escapista hasta el art-establiment y la salida de todo museo fecundada en el arrebato del suvenir. Hay que pagar hasta por la réplica, aunque ésta sea una miniatura. Ley del negocio. Aunque un punto de vista de “Exit Through the Gift Shop” sea el de desprestigiar la figura del supuesto talento de Mr. Brainwash tiene algún plano demoledor como su grafiti de ‘Life is beautiful’ en un muro que va ser desplomado. Ahí se nos cuenta lo efímero de un arte callejero y la contrarréplica e incoherencia de su exhibición dentro de la perpetuidad de la exposición.
ESTRENO Y COHERENCIA |
El mismo mes en el que se estrenó la obra de Banksy compartió cartel con otra cinta estupenda como “Copia certificada” donde se hablaba de Jasper Johns:
“Se coge un objeto corriente. Lo metes en un museo y cambias la forma de mirarlo de la gente. Lo que importa no es el objeto sino tu percepción del mismo.
Pop art aparte, aparece la sombra de un grafiti que hace ser a “Exit Through the Gift Shop” uno de los mejores documentales de los últimos años por su pretendido formato y simbiosis autoral. Aunque en el fondo forma parte de la misma incoherencia y contradicción de la que se nos habla, a modo de machaque, en el interior: Warhol filmaba avant-garde, Thierry Guetta una arrebatada pesadilla fílmica en “Life Remote Control” (nos enseñan un par de minutos calificados por el propio Banksy como ‘mierda’, contradicho por el contra-plano de su creador) pero Banksy hace un documental ‘clásico’ fecundado en un gran flashback y moraleja que nos avisa de la sutil diferencia entre un chiste sin gracia y un chiste sin chiste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario en la entrada (lea antes los Mandamientos de este blog)
Lea antes los Mandamientos de este blog.