Tras un episodio dedicado a las aventuras de Once —y su viaje a la madurez pasando de la niñez a la adolescencia—, “Capítulo ocho (Chapter 8): El Azotamentes (The Mind Flayer)” se constituye para formalizar un gran clímax. Teníamos a nuestros protagonistas divididos en distintos frentes y esta penúltima entrega de la segunda temporada de “Stranger Things” trata de hallar esa previsible unificación de tramas. Uno de los problemas de estos nuevos episodios ha sido dar un sentido a los nuevos personajes secundarios. ¿Han merecido la pena o son desechables? Vamos a ver que Billy también es víctima de un padre abusivo aunque, tal percepción, no va a cambiar en demasía la imagen de «gilipollas (racista) integral» que se ha ido labrando. Del mismo modo, Max debe encontrar su sitio y Bob revelar los motivos por los que los escritores han optado por esos visibles rasgos en su representación. Es curioso también que la idea de esta temporada sea trazar un viaje emocional y de crecimiento para todos nuestros protagonistas. Todos han de darse cuenta de las consecuencias de sus actos y, por ejemplo, Dustin no va ser una excepción. Su mascota podía haber devorado a sus amigos y el destino de todos ellos va a ser dirigirse a las puertas del Laboratorio Nacional de Hawkins, donde irónicamente se encuentran atrapados el resto de protagonistas. Dustin, además, comprobará la electricidad que ha nacido de la relación de Max y Lucas y que su enamoramiento de preadolescencia ha llegado a su fin. ¿Valieron para algo los consejos de Steve? Las tramas se van a ir fusionando y el advenimiento de numerosos demoperros a las instalaciones gubernamentales va a suponer ese esperado clímax repleto de horror, violencia y sangre rindiendo homenajes a todos esos films de terror en los que se ampara esta temporada. Repasemos “Capítulo ocho (Chapter 8): The Mind Flayer (El Azotamentes)”.
Vayamos a la jugada argumental de los hermanos Duffer que se ampara en Bob. La idea era confeccionar un personaje lo más bondadoso posible para un previsible golpe de efecto aunque, sin embargo, el mérito de aquello que han perpetrado los creadores de “Stranger Things” es que el punto de giro sea demoledor. Bob va a convertirse en el gran héroe y mártir del episodio ante una situación peliaguda en los laboratorios de Hawkins. Sabíamos que los demoperros iban a acceder a las instalaciones por ese agujero que comunicaba la red de túneles con esa grieta, cada vez más amplia, que abre nuestra dimensión a la del mundo del revés. Todo se va a complicar al conocer que Will está poseído por el monstruo de las sombras y es el espía que está perpetrando la destrucción de la única fuerza armada en la zona que se puede oponer a su plan de invasión. Will va a tener que ser drogado mientras que su propia madre se da cuenta, junto al resto de supervivientes, que están rodeados por unos hambrientos demoperros que no van a dejar a ningún ser vivo en su violento y coordinado ataque. Quitemos de la ecuación, eso sí, a nuestros intocables protagonistas con contratos blindados a tal fin. Tengamos también en cuenta de que el gran villano de la temporada opera como un ser con inteligencia de enjambre que está moviendo sabiamente sus fichas. ¿Hay alguien al otro lado que pueda detenerlo? Teniendo en cuenta que Once está de camino, nuestros protagonistas tendrán que enfrentarse a sus demonios. En el sentido literal. Bob va a ser el encargado, al conocer el lenguaje de programación de los ordenadores de las instalaciones, de reiniciar los interruptores del sótano y anular todos esos comandos de seguridad que bloquean los laboratorios. ¿Lo conseguirá en esa extraña variación de videojuego con cámaras o está tan condenado como el resto de víctimas de los demoperros?
“Capítulo ocho (Chapter 8): The Mind Flayer (El Azotamentes)” es la historia de un héroe que alcanzará su objetivo para que, repentinamente, Joyce vea como el hombre al que ama es atacado por una horda de violentos demoperros que le descuartizarán ante su impotente mirada. La idea de la secuencia es que veamos ese paso definitivo de la temporada hacia el horror e innumerables muertes violentas, aunque Rompiendo lo grotesco con algo de humor posterior. Hopper tendrá que sacar a Joyce del lugar junto al resto de sobrevivientes para que se encuentren con Nancy, Jonathan, Steve, Dustin, Lucas y Max, que se hallaban en el exterior e iban a acceder tras la anulación de códigos. La casa de Byers se va a convertirse en el centro de operaciones de nuestra resistencia aunque, no obstante, no está exenta de ciertas discusiones. Hopper desea esperar la llegada de los militares pero la pandilla es conocedora de que el monstruo de las sombras es el eje de todo y, siguiendo el razonamiento de que es el centro del gran superorganismo y colmena, si acaban con el mismo… acabarán con toda la amenaza.
Aquí surgen las habituales analogías de la serie con el universo de ‘Dungeons & Dragons’ y aterriza el Azotamentes como sintetización del gran villano de la temporada. Se trata de un monstruo de una dimensión desconocida que esclaviza razas de otras dimensiones. El argumento podría tener un versión a lo “Pacific Rim” pero, por el contrario, los escritores han pesado en otra gran entidad menos física aunque igualmente de gigante y monstruosa. El Azotamentes solamente puede ser derrotado por muertos vivientes y aquí llega el Zombie Boy… ¿Podrá Will revelar el secreto para destruir al monstruo y no ayudarlo a dar con el paradero de nuestros héroes? En este punto aterriza una estrategia original que sirve tanto para establecer ese poso a “El exorcista” con algunas capas dramáticas gracias a los recuerdos familiares que introducen Joyce y Jonathan. Pese a todo, Will no parece colaborar hasta que Hopper se da cuenta de que se comunica con ellos a través de código morse. ¿Y qué les está contando el pequeño Zombie Boy? Pues algo simple: CERRAD EL PORTAL. El problema será que ese monstruoso teléfono que tienen los Byers sonará para delatar la ubicación al Azotamentes y los demoperros harán rápidamente acto de presencia. ¿Está todo perdido? ¿Nos vamos directamente a un survival horror de la mano de “La noche de los ‘demoperros’ vivientes”? Pues va a ser que no… Once ha llegado justo a tiempo para dejar claro a esas criaturas quién es la persona que rompe los cuellos en Hawkins. Con look punk y esa estética añadida de su viaje personal, Once ha llegado para convertirse en la heroína que el season 2 finale de “Stranger Things” necesitaba. ¿Estamos todos preparados para el capítulo final?
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