sábado, 8 de diciembre de 2012

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The Hour (2x04) Episodio 4: ¿Periodistas o Detectives?

“The Hour” se está haciendo cada vez más sólida esta segunda temporada. De menos a más… podría ser el titular. Tal vez consciente de esas absurdas e incoherentes comparaciones con Mad Men la serie de la BBC se ha reformulado a través del noir, la actualidad política y global de su contexto y la gran conspiración como telón de fondo. Como si la presente temporada fuera una adaptación londinense de James Ellroy pero con una base periodística en vez de policial para formular y articular la narración. Uno de los nuevos personajes de esta temporada suelta la siguiente frase a los protagonistas: «Somos periodistas, no detectives». Y es que la delgada línea entre la indagación y el periodismo formará el propio periodismo de investigación. Ahora, nos centramos en el cuarto capítulo de esta segunda temporada.

Pasaron las navidades y ya estamos a principios de1958. En este capítulo va a cobrar forma la trama central gracias a todas las paralelas, que van a consolidarse. La conferencia de la OTAN y esa guerra nuclear en el aire van a ser un telón de fondo para el poder que emerge en la sombra. Raphael Cilenti y su club ‘El Paradis’, aparentemente sofisticado y de moda, esconde una red de chantaje a altas esferas del gobierno británico y del ámbito policial para influenciar sus propios intereses. Nadie puede toserle y puede saltarse las reglas ya que ningún policía va a atravesar sus puertas al tener chantajeado al propio Comandante Stern. Las exóticas bailarinas y cantantes de ‘El Paradis’ son prostituidas por Cilenti para engatusar y acostarse con los poderosos clientes que frecuentan el club. Como vimos desde el primer capítulo de la presente temporada los flashes en el club y las fotos pornográficas se van a fusionar en instantáneas con las que Cilenti coacciona y extorsiona a políticos, empresarios e inspectores de policías. Nadie quiere tener fotos con prostitutas y siempre hay una cámara cuando una de las chicas de Cilenti besa en la puerta de su casa a uno de esos hombres…


Rosa Maria Ramirez y sus intentos de informar a Bel sobre los actos de Cilenti van a exponerla y poner a todos en peligro. Realmente están tratando con un oscuro mafioso. Vamos a descubrir que Norman Pike trabaja para Cilenti y su ‘especulación’ inmobiliaria también es para las viviendas de las prostitutas. Ahora mismo ‘vive’ con Rosa Maria y con otra mujer… ¿Se le habrá pegado la poligamia de sus amigos inmigrantes subsaharianos? Con las tramas unidas Bel localiza telefónicamente a Rosa Maria y pide reunirse con ella en un museo pero Cilenti dejará su peculiar huella en papiroflexia para que ambas conozcan que sabe todo. El equipo de ‘The Hour’ quiere destapar la que podría ser la historia del año pero, por un lado, todavía no tienen suficientes fuentes… y, por otro, Rosa Maria puede estar en peligro. De hecho, Cilenti da la orden a Pike de liquidarla… Para colmo también Stern será expuesto y Hector tendrá que elegir entre su amigo y el programa mientras la cadena le hace una buena oferta y Randall muestra su ‘afecto’.


Lix y Randall van a recibir noticias edificantes sobre su hija perdida, dedicación y paradero mientras que la tensión sexual entre Freddie y Bel ahora es compensada por Camille y Bill. Camille es la mujer de Freddie y representa el lado idealista mientras que Bill forma parte de la competencia del propio programa… Con todo sobre la mesa, vamos a tener un alejamiento entre Camille y Freddie por sus nuevas compañías y un acercamiento entre Bel y Bill… aunque el chico le birle invitados. También, los sentimientos reales de Freddie siguen siendo palpables por su Moneypenny… y esperamos que Bel y Bill no formalicen su relación por tan pésima combinación de nombres… Lo importante es que, aparte de que Stern abandone a Kiki e intente evitar sus impulsos violentos divisados por Hector desde la guerra, es que el equipo de The Hour descubrirá que el objetivo de Cilenti es Tufnell Engineering, que construirá las bases de la OTAN en territorio británico con los misiles estadounidenses. Una muy jugosa comisión está en juego y Angus McCain ofrecerá la renuncia exclusiva del Ministro de Economía al programa. ¿Por qué? Una carta ¿póstuma? de Rosa Maria a Bel desvela que fotografiaron a Angus acompañado por su amante y que Cilenti quiere asegurarse que no se revelen sus planes. Todo llega demasiado tarde y Cilenti observa que ha podido ejecutar su plan… de momento. 

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