domingo, 2 de diciembre de 2012

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Margaret: Primavera y otoño de una niña

Margaret”
(2011)
EEUU
Director: Kenneth Lonergan


Sinopsis (Página Oficial):

La película “Margaret” gira en torno a Lisa, una estudiante de 17 años de la ciudad de Nueva York que está convencida de haber provocado involuntariamente un accidente de tráfico en el que una mujer ha fallecido. Todos sus intentos por arreglar la situación son en vano. Completamente decepcionada, Lisa comienza a tratar con crueldad a su familia, amigos, profesores y, sobre todo, a sí misma. Y es que, inesperadamente, Lisa debe enfrentarse a una verdad esencial: sus ideales de juventud no se corresponden con las realidades y responsabilidades que conlleva el mundo adulto.

Crítica Bastarda: 

“Margaret” narra la crónica del olvido y lo hace a todos los niveles posibles. Desde su propia concepción en 2005 como película post 11-S, su metraje original que superaba las tres horas, sus múltiples problemas de estreno hasta 2011 con el montaje ‘final reducido’ de Martin Scorsese y Thelma Schoonmaker, los nombres de los ya fallecidos Anthony Minghella y Sydney Pollack como productores en sus créditos o el crecimiento ‘hormonal-catódico’ de la propia Anna Paquin… Estamos ante una película maldita y controvertida, nunca definitiva… pero muy interesante en sus planteamientos y dispersión narrativa gracias a ese camino omitido y recorrido propiciado por la pérdida de material en esas marcadas elipsis.


A Kelly Reichardt en Meek's Cutoff le compararon al indio protagonista con Obama y es que el cine se suele confrontar y ubicar con el momento. En el caso de “Margaret” podríamos entablar paralelismos entre la tragedia y el icono que lo origina. Un sombrero de cowboy y el afán de la juventud por alcanzar el sueño ‘americano’ podrían marcar una cierta alegoría de ese EEUU capaz de saltarse los semáforos en rojo con una sonrisa, llevarse por medio a seres anónimos, desmembrarles y desangrarles… para salir inocente y nunca como culpable de una tragedia y la sucesión de cambios en los afectados que realmente provocó. No nos encontramos ante una digresión del infortunio y el silencio a lo “Paranoid Park” sino con una lectura sobrecargada concerniente al debate personal y el peso moral que carga la protagonista. El idealismo, la adolescencia, la ingenuidad, el despertar sexual. “Margaret” nos habla sobre la incomunicación y la frase «Las personas no sintonizan, están desconectadas» funciona como leit motiv y motor de una historia sobre los fantasmas del 11-S y las uniones del destino. Desde el nombre de una hija difunta y planteamientos de cambios futuros en un mundo en el que no hay culpables… solamente víctimas que no pueden decidir en un cosmos en el que reina el dinero. La puesta en escena en el caminar de esa joven entre el bullicio o contra corriente podría resumir la propuesta. El filme se ve a sí mismo como una gran obra de teatro con actores secundarios y conecta con la profesión de actriz de la madre de la protagonista: su hija se convierte en espectadora de la repetición. Entre lo difícil, lo circular, la complejidad moral y las consecuencias de los actos, el filme se somete a la órbita de su protagonista como drama existencial y evolución a la madurez mientras que la ópera, Shakespeare, citas literarias y los debates sobre los conflictos morales de la política exterior de EEUU, forman un gran conjunto colectivo de voces resonantes.


No obstante, es ‘Primavera y otoño de una niña’ de Gerard Manley Hopkins aquella pieza que, aparte dar titulo, da hondura al discurso que establece esta interesante cinta indie para unos y detestable propuesta para otros:
Margaret, ¿estás llorando el desoje del bosque dorado? 
¿De las hojas como posesiones terrenales tu tierno corazón se preocupa? 
Ah, pero cuando envejezcas con más frialdad verás la naturaleza. 
Contemplarás, sin malgastar un suspiro, mundos de pálida hojarasca en tu retiro. 
Pero te embargará el dolor, he aquí la razón. 
No importa su nombre, niña. La fuente del pesar es la misma. 
Lo que ni ti boca ni tu alma sabían expresar, tu corazón y tu espíritu logran adivinar. 
El destino marca al hombre nada más nacer… 
…porque a quién lloras es a Margaret.

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