John The Revelator

Hay momentos en los que uno ni siquiera sabe los caudales de información que recibe y se da cuenta, sin venir a cuento, que se encuentra dentro de una riada de revelaciones y confidencias. ¿Existe el boca a boca en un mensaje o comentario de facebook? ¿Se debería llamar bit a bit? Cada carácter es un pequeño mundo y a ojos de un japonés supondría un esfuerzo descifrar el jeroglífico que tiene delante. Yo, me sentí con ojos achinados cuando comencé a leer una publicación en mi muro de facebook… Alguien había dejado un recado para mí que me hizo recordar viejos tiempos de instituto en el que decías A y a dos mesas atrás llegaba un E. E-stamos apañados.

Normalmente este tipo de revelaciones suelen ser de índole amorosa. Cupido lanza su personal flecha con un botón de compartir y… ¡zás!... llegó… ¿el amor? Me la han clavado y no me he dado ni cuenta. Son los designios de la virtualidad de un mundo cibernético con reglas propias y destinos amortajados de mortales ante sus dioses que les miran desde otra realidad. Para empezar, he pedido a mis fuentes celestinas o portadoras de la flecha de Cupido si este post puede ser verídico, ficcionado o tratado y retratado como la última aberración humorística y televisiva sobre la vida y milagros de Leti y Fe. Las fuentes todavía no me han identificado a mi personal galán pero espero que sea viejo y millonario. Muchas personas me consideran sucio, sin principios y repulsivo por prostituirme pero la vida de esclavo laboral durante toda la mortalidad supone una suma de pequeños actos ‘prostitutitos’, ¿no? Para mi un empresario es otro cliente, pero fijo. Vamos, que uno no sabe si es mejor que te la claven una vez entera que la puntita miles de veces durante numerosas decenas de años. La vida de la ‘chapería’ laboral es así de hipócrita. Más vale una puta con nómina al fin de mes que otra autónoma sumergida en la clandestinidad. El eterno debate de lo bien o mal visto. Nunca cambiaremos y siempre obviaremos que las putas, en mayor o menor medida, putas son. 

Esperando a mi cita

Se me dijo que alguien estaba enamorado de mí, se me citó que un fan fatal quiere una cita bastarda para formalizar el cortejo y el alunizaje y que ésta tenía que ser a tres bandas: celestina, bastardo y galán engalanado de dólares para meterme en el tanga de leopardo choni-total. La técnica habitual para declarar el amor irracional es siempre la misma: ¡me muero! Esta vez ha cambiado la sobredosis con caramelos Smint, el ahorcamiento con una bolsa del Metadona o el sutil disparo con una barra de pan (pistola en barrio) blancuja y reseca por cortarse las venas del michelín con un cortaúñas oxidado. Se espera contraer una disfuncional enfermedad venérea, como la sífilis veneciana, y morir meándose y de inanición y desquicia en cada esquina con un pañuelo del Carrefour atorado al refajo y al sobaco. ¡Ay mísero de mí, y ay infelice!

¿Mi duplicidad laboral me hace ser doblemente meretriz?

El anonimato suele ser un reclamo y bien supremo para mantener la tensión sexual virtual y el cosquilleo de la intriga palaciega. ‘¿Quién será mi príncipe azul?’ ¿Un na'vi en 3D del 3D? ¿Guti doblemente-oxigenado? ¿Sánchez Dragó con un billete de avión a Tokio? Se desconocen los motivos e incitaciones pero se estrecha el cerco sobre el desequilibro afectivo que le atañe y le condena. ¿Viva el amor? Una puede ser puta pero no tonta y gracias a películas como “Las noches de Cabiria” y Giulietta Masina ya no te dan el pego salvo que seas el mismísimo Federico Fellini. He intentado adaptar lo inadaptable, me he sentido como los gemelos guionistas ‘cage-ianos’ de “Adaptation. (El ladrón de orquídeas)” y el mismo Charlie Kaufman intentando adaptar a Susan Orlean. He fracasado. Mi celestina, llamémosle ‘John’, escribió las siguientes frases sombrías y finales que dictan que el amor bastardo, si está bien pagado, bastardo es:

“He intentado que desista, total si el 2012 está al caer y ya moriremos todos… pero de momento no lo he conseguido. Creo que deberías dedicarle un poco de amor bastardo en tu blog o en FA, quizá se lo replantee y si lo evitas ya tendrás algo en común con Demi Moore.

*No me invento nada, todo esto es fruto de una conversación, palabrita de niño Jesús.”

Con compañeras de trabajo: ambiente bueno, mucha competencia