miércoles, 20 de octubre de 2010

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Boardwalk Empire (1x05) Nights in Ballygran: De oratoria

“Boardwalk Empire” empezó como un terremoto monumental que dejó temblando a todos lo que estábamos alrededor del eje de su epicentro. Scorsese creó un seísmo con pocos precedentes previos mediante el ritmo y la reconstrucción a golpe de talonario. Ahora las superproducciones televisivas son realizadas con criterio y alevosía artística. Ese denominado arte de primer orden en el que se han convertido las series de televisión y donde el común denominador del poder de los guionistas pare hijos perfilados y perfectos en absoluto bastardos. 

Después de la sacudida hubo calma y desconfianza. Deseamos los ecos de una tragedia griega televisada y a pocos les sirve que se intente dilatar la presentación de los personajes. Cierto es que el bajón era de rigor ante una superproducción con ecos de monumentalidad que pretende construir Terence Winter. El director de “Uno de los nuestros” nos mostró una botella de licor completamente reluciente y de resplandeciente, nos dejó olfatear su irrefrenable aroma que se introdujo hasta por nuestros poros y, finalmente, nos introdujo parte del néctar etílico por nuestra garganta a modo de primera dosis. Sabor extra-fuerte… Demasiada dosis para morir. El piloto de “Boardwalk Empire” era tan excelentemente bueno que casi se carga la serie. “The Ivory Tower” y “Broadway Limited” intentaron tomar el rumbo de un timón que podría ir a la deriva. “Anastasia” puso el rumbo y “Nights in Ballygran” llega para confirmar que “Broadway Limited” es una serie con un destino irrevocable. Aire de culto que puede emborrachar a cualquiera

Pan de soda... ¿y el postre?
Algún usuario de filmaffinity me preguntó el motivo de ‘publicar’ una crítica de “Boardwalk Empire” con tan sólo dos episodios y lingotazos en el estómago. Lo suyo es ‘mojarse’ como Nucky Thompson en los títulos de crédito… y salir… ¿seco? La serie de Terence Winter funciona mejor como dos tramas principales paralelas y sus múltiples ramales. Ambas en ubicaciones distintas: Atlantic City, como marca el libro de Nelson Johnson, y Chicago. Obviamente el faraón de Atlantic City es Nucky y su ‘bastardo’ iniciando su futuro criminal se encuentra en Chicago junto con Al Capone. Jimmy en su camino de ascenso sigue el patrón básico ya visto con historias como la de Tony Camonte o Tony Montana hasta el nuevo ‘visionario y profeta’ del crimen llamado Tahar Rahim. El ascenso siempre es desde lo más bajo… De momento Jimmy da sus primeros pasos junto a todo un ‘crack’ llamado Al… pero, como en toda subida rápida, hay baches y turbulencias llamadas accidentes. Pearl, una prostituta con vocación de concubina de Jimmy, paga los platos rotos con un brutal ataque ‘laboral’. ‘Scarface’, con un corte en la cara que destroza su rostro y futuro. Nuevos enemigos en el horizonte pero, de momento, “Nights in Ballygran” queda como un retrazo romántico para asentar tramas con tensiones sexuales no resueltas. En este caso Pearl va a ser despedida del burdel por ‘bajo rendimiento’ y, pese a que Jimmy se mantiene al pie del cañón, Pearl está más preocupada del acompañamiento opiáceo del zumo de naranja. El chico también cuenta historias, aparte de ser un gentleman, e incluso canta para que le nominen… y le expulsen de una academia. La cosa… ¿cómo imagina que acabará alguien normal? En tragedia… y es que a este chico parece que las novias le van a durar… dos episodios porque en 1920 no había telediarios. 

Scarface
El futuro de Angela y Gillian van de momento en sintonía y suponen una breve trama secundaria. Un ramal que posiblemente una las tramas de ‘padre’ e hijo. No vemos cómo continua la relación con Lucky Luciano aunque sí un breve fragmento de problemas con los ‘chanchullos’ y las apuestas de Arnold Rothstein. De momento no interesa mucho pero queda ahí a la espera de dar el salto al cuello de Nucky. Resumen: Gillian quiere cuidar a su nieto y que Angela no espere a Jimmy y viva su propia vida. Resultado: ya veremos… aunque siempre nos quedará una foto… y un fotógrafo.

Mamá Coraje Versión X
Nucky no quiere complicaciones pero está destinado a tenerlas. Primero, su hermano que intenta ganar en oratoria para hablar en público le odia y, segundo, La viuda Schroeder quiere seducirlo a base de ‘pan de soda’. Obviamente Nucky es un hábil mentiroso con todos ellos y tiene entre manos la reunión social en su fiesta particular y privada para San Patricio. No faltarán enanos disfrazados de duendes que reclaman su ‘valor laboral’ y estar a la altura de las circunstancias ni cerveza verde. Bueno, el cargamento está ubicado justo detrás de la casa de Margaret Schroeder y no dudará en iniciar un levantamiento creciente para conseguir sus objetivos… aunque uno de ellos sea principal al 95%. Ese objetivo es el mismísimo Enoch ‘Nucky’ Thompson. La Liga de las Mujeres la Templanza y Abstinencia tienen objetivos claros y desde luego Margaret va a utilizar a quién sea necesario para conseguir su objetivo. Eso es que el agente Nelson Van Alden puede ser manipulado, como herramienta y mazo a conveniencia, a modo de recelo y motivo de llamar la atención de ese objetivo y objeto de deseo. La viuda de “Broadway Limited” mueve cielo y tierra, sibilina y con despecho. Traje azul o su uniforme de la Liga. Esta señora si quiere algo y lo consigue… Personaje, en el fondo, idéntico a Nucky y él capta la indirecta. Hay más que palabras y comienzas las ansiadas complicaciones. Comienza a desplegar las alas un licor condenado a ser reserva. 

¿San Patricio no era que lo que es o no es lo que era...?

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