miércoles, 30 de agosto de 2017

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The Strain (4x07) Ouroboros: Setrakian vs. Eichorst


La temporada final de “The Strain” no tiene ya tiempo que perder. Nueva York va a ser el destino de todos los frentes y “Ouroboros”, séptimo capítulo de esta cuarta entrega, va a iniciar los movimientos para el clímax final. El episodio también desea servir a un propósito de cierre para muchos secundarios, ya que la impresión es que la serie de FX también desea cerrar un extraño círculo alrededor de sus planteamientos argumentales. El título escogido, por lo tanto, es perfecto para representar el uróboros o, lo que es los mismo, esa animal serpentiforme que acaba engullendo su propia cola. Es normal que muchos de los implicados en hacer frente al Maestro —o servir inicialmente a su propósito sin que supieran que estaban colaborando a la propia destrucción de la humanidad— todavía sigan dado guerra. El espectáculo creado por Guillermo del Toro y Chuck Hogan sigue empeñado en limpiar el nombre de Zach Goodweather, como si hubiera sido una víctima de las manipulaciones del Amo para vengarse e Eph. Lo siento, no nos los creemos. Este niño era tróspido antes, durante y después de que un gusano violara a su mamá por el ojo y ésta se hiciera vampiresa. Sin embargo, “Ouroboros” es el mejor episodio de la temporada no porque no salga Zach (y siga sembrando el mal a su paso) sino que ya sentimos que la batalla final parece inminente y ciertas tornas se han cambiado. Recordemos que el plan de dominación del Maestro no solamente pasaba por llegar desde Europa al Aeropuerto John F. Kennedy sino atravesar ese ‘puente’ hacia Manhattan como parte del inicio de su invasión global. Ahora, serán Vasiliy Fet y Mr. Quinlan aquellos que tendrán que repetir tal proeza. El círculo se cierra… Repasemos “Ouroboros”

Aunque Zach no esté presente siempre lo va a estar. ¿Se me entiende? 


Vayamos a los puntos clave del episodio que pasa por el deteriorado estado de saludo de Setrakian y su necesidad de tomarse un Actimel con leche de vampiro. Debilitado y chocheando más que de costumbre, la llegada de la Gran Manzana de Eph y Alex va a facilitar que el grupo originario comience a reunirse y que el arco argumental alrededor de Gus tenga sentido. Es un viejo conocido de Dutch y no dudará en ayudar a sus amigos con medicamentos que necesita el provecto judío para sobrevivir… a pesar de la envidia-cochina de Alonso Creem. Pensemos en que todas esas pesadas tramas sin peso ahora van a tener un sentido en los márgenes de esa lucha de egos entre Gus y Alonso. La tragedia no se va a hacer esperar… porque Alonso seguirá a nuestros protagonistas a su escondite. DRAMA en 3, 2, 1…


Fet, Quinlan y Roman van a aterrizar en Long Island y el comité de bienvenida Strigoi no se hace de esperar. Parece que Fet incluso quiere igualar la contienda y devolver los favores pasados a Quinlan por salvarle la vida… Aquí lo realmente importa es el mensaje que lanza Mr. Quinlan al Maestro a través de unos de sus minions: «Hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual (y, ahora, vamos a por ti)». Es obvio que el segundo gran villano de la serie está muy enfadado al volver a sentirse acorralado por ese frente de personajes pesados que no paran de tratar de acabar con él (y sus gusanos). Como ya hemos visto en 1.598.468 millones de ocasiones anteriores, el Amo se enfada mucho. Pero mucho, mucho...


Eichhorst va a pagar los platos rotos (como siempre) debido a su incompetencia habitual y recurrente en la serie aunque, ¿no son igual de patéticos nuestros protagonistas en sus planes de acabar con el Amo? El nazi va a ser motivado mediante la psicología inversa y éste promociona a Sanjay (la verdad es que tampoco tenemos otro esbirro-lame-culos humano a estas alturas de la historia) para que encuentre a Eph, Fet, Dutch, Setrakian y Quinlan. El momento saeta a lo Sara Montiel del nazi puede que también fuera el motivo de tal decisión. 


Sobre este punto, vamos a tener la habitual maquinaria distópica con furgonetas con plasmas con las fotos de nuestros protagonistas… aunque el nuevo escondite de la peor hacker de la historia de la televisión va a poner las cosas difíciles al traidor. Pero, recordemos, Alonso Creem sabe la ubicación y va trazar su propio plan repleto de codicia… que pasa por hacer un trato con el jefe de Sanjay para compartir su información. Si pensaba que podía ganar a hijo de fruta al Maestro este tipejo estaba muy equivocado. No vamos a poner aquí sus absurdas reivindicaciones porque forman parte de su capacidad delusoria y veremos que, en un simple instante, las demandas a ese ser milenario pasan a mejor vida en el momento que su granada es desactivada en un golpe de efecto y mano. Creem no solamente es hombre muerto sino que sus recuerdos y, sobre todo, la localización pasará a la memoria colectiva del Maestro. Eso sí, Sanjay será nuevamente humillado (pese a ser ascendido) y el Maestro dejará claro que los traidores humanos —como Eldritch Palmer— son despreciables. Su afirmación no deja de ser un poco hipócrita ya que sin las acciones del multimillonario o el plan de Sanjay para explotar todos los puentes de la ciudad. Fet, Quinlan y Roman van a tener que buscar otra vía para transportar el arma nuclear… Aunque, yo digo: ¿por qué no llamaron a Zach para explotar los puentes con lo que gusta al muchacho sembrar la destrucción a su paso y activas controles remotos? 


“Ouroboros”, aparte de las reuniones, quiere que Eph y Setrakian se pongan al día y los ecos de la Shoah vuelvan a salir a flote. En cierta medida, he aquí de nuevo el uróboros y la necesidad de que el círculo se complete. Que Eph recomiende al viejo judío que no tome demasiados anticoagulantes —al ser un veneno contra los Strigoi— no deja de remarcar aquello que veremos en la recta final del episodio. Antes, no obstante, Eph tendrá de manos de Setrakian la fórmula de alquimia con la que consiguió extender su vida y el hombre que llevaba una rata muerta sobre su cabeza confesará todo lo ocurrido con Zach. Dutch, en modo ninja cotilla, lo escuchará todo y ambos se trasladarán a otra ubicación… por necesidades del guion. Y no, no van a un picadero a ponerse al día con esa calvorota brillante ya necesitan un laboratorio abandonado para poder hacer el Actimel de vampiro sin gusanos para que el viejo viva otros 956 años más. El DRAMA y la EMOSION, sin embargo, están servidas con leche de Strigoi. Aprovechemos también este momento la despedida inminente de esos secundarios que ya han cumplido su función de está temoporada que no temporada. Descansen en paz.


Como el enfrentamiento entre Setrakian y Eichorst era inevitable, el episodio confecciona una curiosa mezcla de clímax y anticlímax. Para empezar, Alex al revisar cómo se encontraba el viejo chocho, hará que el profesor alcance una epifanía respecto a una información de ese Occido Lumen que ha descuartizado y con el que ha empapelado el lugar. Por desgracia para ambos personajes, Eichhorst y un Cream ya strigoizado (junto a otros vampiros del montón) llegan al lugar para dejar claro que en el universo de “The Strain” ser un secundario es sinónimo de tener el cuello roto o ser drenado y violado por un gusano. De este modo, Alex será rápidamente eliminada para causar un berrinche a Setrakian y que el nazi desee saborear su momento de venganza personal contra ese judío. En cierta medida, Alex era una aportación para que Eph volviera a creer en la rebelión y ejercer como tensión sexual. Ha cumplido con su papel y los escritores de este espectáculo suelen ser incapaces de dar una segunda vida a sus creaciones. Descanse en paz… Alex. ¿Ya lo había dicho, no? Pues entonces lo retiro. Cuando todo parecía perdido, Gus y su primo Raul llegan al lugar para igualar la contienda… aunque también Eichorst tiene una historia personal con el hispano. Esas historias y vendettas entrecruzadas darán como resultado la muerte de Raul, bajo el mandato de una instantánea fanservice con uno de esos gusanos atravesando la retina de su ojo. El pobre, además, recibirá el combo mortal al acabar con su cuello roto… Cream también reduce a Gus pero, sorpresivamente, Setrakian empala al nazi por la espalda aunque no es suficiente para acabar con esa bestia, que morderá a A230385 revelando el judío en el proceso que había tomado un montón de anticoagulantes y bastante Viagra. Y, sí, al no tener los Strigoi pito, revientan por dentro. O algo así. 


Tal acto, da una oportunidad a Gus de acabar con Cream y a Setrakian de preparase para acabar con ese círculo y espiral de venganza, tanto contra su torturador nazi como ese Maestro que tanto sufrimiento causó en su vida. ¡Se acabó ESO de ser A230385, motherfuckers! ¡A tomar por culo cabeza del nazi! ¡A TOMAR POR CULO, NAZI!


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3 comentarios:

  1. Momento,al miembro del clú de fans de Adolfo lo ametrallaron,quemaron y otros tantos "aron",y siemppre que volvía a aparecer en escena el cosplay de James Bond que siempre usaba ¿Estaba nuevo?

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  2. Al fin el amo se libró del incompetente de Eichorst que en lugar de bebérselos de una buena vez juega al villano Bond y les da largos discursos con el tiempo suficiente para que vengan en su rescate o puedan escapar. Y sí el amo puede convocar a todos los vampiros del mundo, por qué en cada misión clave de Eichorst lo acompañan cuatro o cinco, cuando podría tener 1500 a su disposición, algo que lo que ni el invencible Q lo podría resolver.

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