El fuego marca el final del camino de un frío y pétreo mapa representativo de Poniente. Nos acercamos al Muro siguiendo esa visión de Sandor Clegane para someternos a la verdad en nuestro viaje. Tal alegoría sirve Alan Taylor, director del capítulo, para introducir a esa comunidad (y no del anillo) que viaja a una misión (digna de escuadrón) suicida a ese peligroso reino que ahora gobiernan los muertos. ¿Un guiño a “Los siete magníficos” de John Sturges? El guion, no obstante, da la impresión de quitar un peso dramático con las aportaciones de personajes como Tormund Matagigantes o Gendry. Cierto es también que no puede exigirse ciertas florituras en los diálogos cuando el frío alrededor de esos personajes es tan desolador como tangible para todos ellos. La muerte camina cerca y quizás sea el momento de dejar aclarados asuntos pendientes sin retórica o adornos que valgan. En cierto modo, el sexto y penúltimo episodio de la séptima temporada de “Game of Thrones” trata de asentar todo lo vivido anteriormente en apenas unas escuetas líneas de conversaciones entre unos hombres tocados por el destino. Recordemos que Jon Nieve viajó a Rocadragón en busca de una solución para enfrentarse en igualdad de condiciones al Rey de la Noche pero, sin embargo, se topó con la solicitud de una pleitesía incondicional de la reina aspirante al Trono de Hierro. ¿Debería hincar la rodilla? Quizás Tormund no sea un hombre sabio sino un luchador y superviviente que recuerda que por culpa del orgullo del antiguo líder del Pueblo Libre muchos salvajes perecieron. ¿Se equivocó Mance Rayder de enfoque para que sobreviviera su pueblo? ¿Tendrá que encontrar el Rey del Norte las respuestas de su supervivencia y los suyos en el pasado? “Beyond the Wall (Más allá del Muro)” desea equilibrar las cuentas pendientes de todos los protagonistas en esa inicial concepción de un ‘walk and talk’ sobre un helado escenario natural. Gendry, evidentemente, tiene que pedir explicaciones a esos hombres que le vendieron a una ‘bruja’. Aunque sus traumas, después de todo, sean simples quejas de para todo aquello que han vivido el resto de compañeros de aventura. Y toda finalidad justifica sus medios. Y toda guerra también tiene un precio económico que ha de pagarse. La heroica, en definitiva, nunca es gratis y tiene una ofrenda que realizarse. En cierto modo, el capítulo desea establecer en la muerte (y regreso de la misma) un eje sobre el que oscilen los conflictos de todos esos héroes a modo de racionalización de los eventos vividos por los mismos. ¿Qué más ha ocurrido en “Beyond the Wall (Más allá del Muro) para que se haya convertido en uno de los episodios destacados de la penúltima temporada de la serie que ocupa el actual trono televisivo?
Vayamos a las conexiones. Todo el mundo pensaba que Sandor Clegane pereció cuando fue abandonado por Arya Stark tiempo atrás. Algo parecido sucedió con Gendry al lidiar con el intento de su asesinato en un par de ocasiones y, finalmente, desaparecer… hasta que fue encontrado por Davos. Beric Dondarrion es un experto ya en morir y retornar al mundo de los mortales por mano y obra de Thoros of Myr en hasta seis ocasiones. Jorah Mormont, por su parte, estuvo a punto de perecer a causa de la psoriagrís que padeció… siendo salvado in extremis por Samwell Tarly. Y Jon Nieve fue apuñalado por sus propios hombres y, de alguna manera, existe un diálogo con el destino funesto para el Lord Comandante Mormont. Un motín, una traición… Precisamente, su hijo Jorah está ahora presente para saber quién debería ser el portador de blandir una espada. El tiempo ha transportado a todos ellos a este momento a establecer una especial comunión entre extraños. Aquello que también importa es el destino y Jorah confirmará al Rey del Norte que renunció a su derecho sobre esa arma que, en cierto modo, simboliza un legado. Y Jorah, en este punto, da la impresión de ver en ese joven el futuro de los Siete Reinos. Un futuro que quizás él no pueda tener… En parte, uno de los temas principales de esta temporada está siendo qué ocurrirá después de que se resuelva la guerra de reinas y, por extensión, esa gran contienda que se avecina frente al Rey de la Noche. Cersei espera un vástago que está marcando sus tiempos emocionales para sobrevivir a toda costa, aplastando a sus enemigos en el proceso y, al mismo tiempo, amarrando al hombre que ama fuera del influjo de la profecía que ha rodeado su trágica vida. El futuro de Daenerys Targaryen también está maldito por mano de una bruja aunque esa maldición podría tener una solución en cosmos de magia y sacerdotisas… “Juego de Tronos” es obvio que está viviendo de su propio backstory y de esas conexiones alrededor de sus protagonistas y que El Perro y Tormund tengan un enlace a través de Brienne of Tarth no deja de remarcar esa constante sobre los extraños designios que les han transportado hasta allí.
Beric Dondarrion también tiene asuntos pendientes con Jon Snow y, de igual modo, consigo mismo. ¿Por qué fueron ambos resucitados? Son soldados… Luchan… por algo mayor: la vida. Y, sobre tal proposición, surge el leitmotiv del episodio e implícitamente de la recta final de la serie: La muerte es el enemigo. El primer enemigo y el último. El enemigo siempre vence pero hay que combatirlo… y tanto Jon como Beric han sido llamados por el Señor de la Luz a defender a los que no pueden defenderse de esa amenaza. ¿O quién mejor podría hacerlo que un par de hombres que se sumergieron en ese vacío y oscuridad para regresar de nuevo a la luz? Jon evoca el juramento de la Guardia de la Noche como ese «escudo que defiende los reinos de los hombres» y, en cierto modo, todos esos versos ya nos avecinan de una misión ancestral por proteger a Poniente de una amenaza. «Soy la espada en la oscuridad. Soy el vigilante del Muro. Soy el fuego que arde contra el frío, la luz que trae el amanecer…». ¿Y el príncipe prometido está entre esas estrofas?
Como toda misión tiene un objetivo la propia visión del Perro, sobre esa montaña con forma de flecha, establecerá que una tormenta inunde el camino de nuestros héroes. Es un tanto evidente que los escritores han formulado un capítulo con pequeñas composiciones de otros géneros. Tenemos desde una concepción que nos recuerda a una expedición de un planeta desconocido de “Star Trek” hasta un ‘survival zombi’ que podría ser una versión televisiva nevada y glacial de “Guerra mundial Z” o “The Walking Dead” —con la inclusión de secundarios prescindibles—. Incluso ese encuentro con un oso muerto podría ser un homenaje warsiano a un wampa de “Star Wars: Episodio V - El Imperio contraataca”. La idea es que veamos a una bestia envuelta en llamas que siga dejando claro a Perro que no ha superado su conflicto respecto a ese fuego que marcó toda su existencia. Y todavía sigue haciéndolo. Su parálisis supondrá que Thoros sea atacado, de un modo parecido a “El renacido”, por ese insaciable monstruo que únicamente podrá ser detenido por una daga de vidriagón. Thoros se negará a volver a Guardiaoriente del Mar la única manera de cauterizar sus heridas será mediante la ardiente espada de Beric. “Beyond the Wall (Más allá del Muro)” trata de equilibrar la acción con esas luchas y encuentros que van marcando un crescendo en lo que tensión se refiere. De este modo, el grupo verá a una pequeña fracción del Ejercito de los Muertos por la zona y tenderá una trampa a esas criaturas. Aquí va a surgir uno de los grandes descubrimientos que dará pie a algunas de las teorías ya existentes en la red. Jon Nieve acabará con un caminante blanco e, inmediatamente, se romperá su vínculo vital (?) con los espectros que seguramente la criatura mística trajo de la muerte. Hay esperanza, aunque todo avance tiene otro oscuro reverso y precio. Por suerte para esos magníficos siete, uno de los muertos vivientes sigue todavía tambaleante y con ‘vida’ para convertirse en esa presa que necesitaba su misión. El problema es que su chillido dará el aviso al resto de hordas del Rey de la Noche y, lamentablemente para nuestro grupo de héroes, no será el único hallazgo desalentador en su cruzada…
Mientras que el grupo va a tener que apresurarse hacia un destino incierto, dirigiendo sus desesperados pasos a un pequeño islote en medio de un lago helado, Gendry será enviado de regreso a Guardiaoriente del Mar para enviar un cuervo que alerte de su situación a la única persona en Poniente que puede salvarlos. Pensemos en que “Beyond the Wall (Más allá del Muro)” desea seguir innovando respecto a sus capítulos temáticos ofreciendo posibilidades que nunca se habían visto en televisión. Ni siquiera un espectáculo de la talla de “The Walking Dead” había podido ofrecer (también por las diferencias entre zombis y espectros) una secuencia dentro de los márgenes de todo survival horror. Por suerte para nuestros héroes, el agrietado estado del hielo que rodea su pequeña isla ha formado una especie de foso que les protege de esa amenaza aunque, sin embargo, el Ejército de los Muertos tiene todo el tiempo del mundo para esperar su momento. Y nuestros protagonistas no dejan de ser simples mortales a merced del frío que acabará con ellos… Así y todo, Gendry llegará a su destino completamente agotado para que Davos envíe ese cuervo que puede salvarles o, por el contrario, hacerles perecer si Daenerys decide no hacer nada en una misión de rescate temeraria.
“Beyond the Wall (Más allá del Muro)” se complementa con dos tramas para aportar ese contraplano de tensiones e intrigas palaciegas a todo el resto de márgenes de guerra y acción en el que se ha basado la presente temporada. La primera en Invernalia, donde las hermanas Stark tienen asuntos pendientes tras las maniobras iniciadas por Meñique para quebrar la confianza de ambas. Arya evoca un recuerdo de su padre para dejar claro que hacía lo que debía hacer aunque estuviera por encima de las reglas establecidas. De nuevo, nos topamos con ese viaje circular que está revelando la ficción en estas últimas temporadas. De este modo, acusará directamente y sin pelos en la lengua a Sansa de haber colaborado en el asesinato de Eddard Stark con ayuda de los Lannister. Esa bomba dinamita todo alrededor de Arya y Sansa ya que, obviamente, se trata de dos niñas que dejaron de serlo desde la decapitación de su pater que ambas presenciaron. Se tratan de dos puntos de vista de la supervivencia. Arya estaba en la estatua de Baelor el Santo viendo tanto a su hermana como al destino de su padre. La inutilidad de ambas está sobre una mesa en la que se cruzan acusaciones y se huele el aroma a traición. Sansa recordará a Arya que la Batalla de los Bastardos fue perdida por Jon y que los Caballeros del Valle ganaron realmente la contienda con su aparición. Si hay un hogar en Invernalia ha sido por los sacrificios realizados por la actual Señora de Invernalia. Ese grado de dependencia soñada por Meñique ha llegado a buen término y ese cruce de acusaciones y reflejos de sus propias y traumáticas historias no benefician a un punto de encuentro familiar. Sansa lo tiene claro: Arya no habría sobrevivido a lo que ella sobrevivió. Pero en ese pulso, sin embargo, se establece una toma de control y poder de Arya al poseer algo que quitaría la máscara de doncella de en apuros que hasta ahora había lucido su hermana. Sansa se preocupa por la carta y aquí surge la figura de Cersei y aquello que la reina del terror desea establecer en sus enemigos. Mientras que la historia de Sansa se enmarcó en el miedo, Arya hizo lo propio en el odio en esa lista que dotó de sentido su supervivencia. El miedo se enfrenta a la ira y ambos sentimientos obligan hacer cosas a las personas que están fuera de toda regla.
Es evidente que esa amenaza de Arya, por provocar con esa carta que los señores norteños abandonen a la Casa Stark, inicie una serie de mecanismos que seguramente ya había previsto Meñique. Y es que Lord Baelish había planificado que Sansa volvería a él en esa crisis que él mismo había desatado. Recordemos que la estrategia de tan fundamental y cuestionado personaje siempre ha sido engendran el caos para ascender, a través del mismo, como si fuera una escalera hacia el poder supremo. Meñique sabe cómo desviar la aparición de esa carta en ese preciso momento y ejerce su habitual papel de abogado del diablo. ¿De verdad que Arya está dispuesta a traicionar a su propia hermana y conseguir dañar en el proceso a su ‘hermano’ Jon? Como hemos señalado en anteriores reviews, actualmente en “Game of Thrones” habita poco espacio para retórica: las elipsis son más continuadas y menos invisibles que en el pasado, el ritmo es más impulsivo y frenético y, sobre todo, los recursos de guion aparecen en los momentos oportunos a modo de un concepto limítrofe a un deus ex machina. El plan de Meñique pasa por implicar en esa pugna de hermanas a Brienne y seguramente acabar con dos pájaros (y pájaras) de un tiro… A fin de cuentas, la Doncella de Tarth es la única persona en Invernalia capaz de derrotar a Arya. A pesar de esto, un pergamino traído por el Maestre Wolkan da pie a una nueva estrategia por parte de Sansa alejada del influjo de Meñique. En cierta medida, la hermana mayor de Arya es conocedora de las tácticas y maquinaciones de Lord Baelish y la única vía para no utilizar ese comodín en contra de su actual rival es que sea Brienne la representante del Norte en esa invitación en la capital. La heredera del Señor de Castillo del Atardecer es conocedora de que si deja a Sansa a solas con Meñique estará quebrando, en mayor o menor medida, su juramento a Catelyn Tully. Así y todo, la decisión ya está tomada…
Sansa decide hacer suyo el enfrentamiento con su hermana y decide investigar la habitación de Arya… encontrando en su mochila algunas de sus caras en vez de esa carta que ahora le ha puesto en una situación delicada. Es hora de que las máscaras caigan de ambos personajes y Arya confirme a su hermana que formó parte de los grupos de los Hombres sin Rostro, evocando una parte de su entrenamiento en ese juego de verdad/mentira. ¿Se imagina realmente Sansa a su ‘hermano’ Jon como Rey del Norte o considera que otra persona debería encarar tal posición? Aquí vuelve a surgir ese backstory afín a ambos personajes. Ambas querían ser otras personas. Sansa deseaba convertirse en la Reina de los Siete Reinos y Arya en un caballero que protagonizara infinitas aventuras. El destino quiso apartar a ambas de esos sueños y quizás surja una línea interesante de debate en ese mundo que decide por encima de las mujeres sobre aquellos que éstas quieren ser. Arya ya tomado el control de su ira y lo utiliza para instaurar el miedo en su hermana. Arya, de este modo, lanza su amenaza: podría ser ella, podría convertirse en ella, podría ser la Dama de Invernalia. Que la daga de Meñique presida la secuencia conforma también parte de esa analogía que los escritores han desea instituir en todo este arco argumental. Sin que ambas lo sepan, Lord Baelish está presente en su disputa, utilizando una nueva máscara que oculte su verdadero rostro de conspirador desde el principio del todo. Y es que, en realidad, Meñique es la causa/efecto de que ellas se vieran alejadas de sus sueños y aspiraciones y, finalmente, quedaran unidad de nuevo en ese rocambolesco juego del destino. Arya seguramente desee ser declinar su posición de poder y someterse a la violencia salvo a ejercer la defensa propia y, de este modo, dará a Sansa con suma sangre fría esa daga que remarca la mendacidad representada en un objeto. ¿Quién traicionará a quién? ¿Tomará el control de esta situación Bran o, por el contrario, seguirá ajeno de ese mundanal ruido que podría acabar con su propia familia? ¿Y qué movimiento dará Meñique para asestar el coup de grâce.
En Rocadragón vamos a tener el enésimo enfrentamiento dialéctico en esta temporada entre Daenerys Targaryen y Tyrion Lannister. La conversación se inicia respecto a las estupideces que llegar a cometer los héroes, entablando un diálogo entre la épica y el suicidio. Precisamente Tyrion Lannister vio cómo Jaime no dudaba en lanzarse a un ataque desesperado para acabar con la amenaza de la reina que defendía. Estaba dispuesto a dar su propia vida o, al menos, no le importaba perderla… Todos los hombres alrededor de Daenerys de la Tormenta siempre han sido esos héroes que encarnaban ese espíritu en el que era difícil establecer la épica o la idiotez frente a la crónica de una muerte anunciada. Precisamente, sobre tal afirmación, se establece la llamada que la propia Rompedora de Cadenas va a tener para alzarse como heroína de la historia y, al mismo tiempo, en ir estableciendo el temido Jonerys al comenzar a darse cuenta de que ese hombre, que le queda algo pequeño, está tan enamorado de ella como otros tantos que sucumbieron a su influjo. «Todos se enamoran de ti». ¿Está confesando realmente Tyrion su amor por su reina? Sea como fuera, el meme de la semana en el universo de “Juego de Tronos” era la foto de Kit Harington junto a Jason Momoa y evidentemente el ‘tamaño’ sí que importa. Al menos para Daenerys… De tamaño también va el asunto de ese otro hombre que está marcando su camino moral y que esconde a otro de los héroes de la historia. La que no Arde es conocedora de que no habría nombrado por Mano a un cobarde pero, sin embargo, las acciones de Tyrion han quedado establecidas por el temor a perder a su reina en cualquier error. Y, tal estipulación, ha sido una debilidad de la que se han aprovechado sus enemigos. El esperado encuentro de hija menor del rey Aerys II Targaryen con Cersei Lannister conforma una posibilidad de que la actual ocupante del Trono de Hierro destruya a sus antagonistas a la más mínima ocasión. Tanto a Tyrion como a Daenerys no les sirve la palabra de un Lannister y la Rompedora de Cadenas será escoltada por sus tres dragones y sus dos ejércitos para evitar que la monarca del engaño ceda a sus instintos e inicie una masacre de la que saldría perdedora. Obviamente Cersei tiene su estrategia para acabar con sus enemigos pero desea medir los tiempos tanto de armisticio como de un encuentro que podría cambiar el curso de la guerra.
En las comparaciones de ese par de reinas, que pugnan por el control de los Siete Reinos, surge el conflicto Daenerys y su Mano. ¿Hasta qué punto sirve inspirar cierto miedo para gobernar? ¿Dónde está el límite para no acabar como el Rey Loco? La joven Targaryen tendrá que convertirse en una reina diferente y sus impulsos tendrán que ser muy medidos. ¿De verdad que Daenerys es célebre por perder sus estribos? ¿Tenía que haber acabado con los Tarly? Tyrion comunica a su reina que las posibilidades acabaron cuando irónicamente ella misma terminó cualquier perspectiva posible. Es indudable que en el enfrentamiento de la Daenerys de la Tormenta y su Mano subyace un conflicto soterrado que va a emerger: Tyrion desea utilizar a su reina para moldear su ideal en ese mundo que necesita a un gobernante que construya y no destruya, que no ceda al terror como arma de control sobre su pueblo. Quizás sea una utopía y el propio Lannister se esté dando cuenta de que Daenerys está delimitada tanto por su sangre como su propia maldición: no puede tener hijos y su reino llegará a un punto en el que tendrá que plantearse qué tipo de sucesión desea. La Madre de Dragones sigue achacando todos sus males y derrotas a la estrategia de su Mano. Su fracaso en Altojardín y Dorne y la pérdida de la flota de los Greyjoy siguen siendo esas heridas latentes y sangrantes en su relación. Precisamente el mensaje de ayuda que recibirá por parte de Jon Nieve sacará nuevamente a esa dragona que encarnará a una heroína regida por épica e, implícitamente, por ese componente suicida que encarna tal condición. No se va a inhibir nuevamente y va a desplegar nuevamente sus instintos siendo un alma ingobernable…
En “Beyond the Wall (Más allá del Muro)” el leitmotiv es la lucha de la vida contra la muerte y tal representación no deja de aparecer una y otra vez en cada una de las tramas de este episodio. Es incuestionable que nuestros héroes se plantean acabar con el mismísimo Rey de la Noche pero, no obstante, tienen un problema que les rodea y amenaza con destruirles. Ese gran problema no deja de ser esa monumental horda que Alan Taylor explota en planos aéreos y cenitales. Por no mencionar que la muerte de Thoros of Myr obedece a desprender a la serie de un comodín para la resurrección de nuestros héroes. Otro elemento del guion es el humor y precisamente una piedra que lanza El Perro, de un modo un tanto gratuito (volvemos al punto de los recursos cercanos al deux ex machina de esta temporada) supondrá la activación del ejército de las tinieblas. Ya no hay grietas de separación ni fosos protectores, la vida y la muerte están mano a mano. Resulta interesante, dentro de toda esa acción y desesperación de nuestros héroes por no perecer, que el propio Rey de la Noche haya leído las intenciones de su rival. Es conocedor de que están allí para conseguir un espectro y, en muchas ocasiones, los muertos vivientes desean centrarse en hacerse con su compañero que en acabar con los protagonistas. No es que el capítulo ceda a la teatralidad del slapstick aunque la proposición toma elementos prestados en algunas ocasiones. La idea, sin embargo, es que Jon Nieve vea de nuevo su final cerca; que ese abismo de perdición sea la oscuridad de esa horda de muerte frente a un fondo blanco. Los atributos de la épica, asimismo, siguen las credenciales que se imponen respecto a todo retrato de la épica: cámara lenta, banda sonora afín, movimientos que vayan ejerciendo una coreografía media… La vida, al fin y al cabo, es la batalla frente a la muerte y todo héroe debe ceder al sacrificio final por un bien mayor. Un breve plano secuencia nos introducirá en esa lucha atormentada por la supervivencia, reincidiendo en esos planos aéreos para plasmar el horror que se aproxima a los protagonistas. Y, de este modo, una pequeña montaña de espectros se va asentando alrededor de ellos para remarcar esa contienda alegórica en la que comprobaremos que ni incluso unas armas de obsidiana pueden ofrecer respuestas ante una horda descomunal.
Precisamente nuestros héroes necesitan algo más para sobrevivir y —en ese anticlímax— emerge el fuego de los dragones de Daenerys Targaryen como salvación y choque frontal contra la muerte, oscuridad y frío que rodea a todos. Mientras que Drogon toma tierra para salvar al grupo, Viserion y Rhaegal vuelan alrededor del Ejército de los Muertos destruyendo a cientos de espectros por cada uno de sus llamaradas. Tampoco es casualidad que esa introductoria épica quede apagada por las acciones del Rey de la Noche ya que, a ciencia cierta, es el gran antagonista de todo “Juego de Tronos”. Del mismo modo, no es que la providencia lleve a los espectadores a ese déjà vu que proponía el escorpión diseñado por Qyburn. Da la impresión de que los dragones de Daenerys de la Tormenta no pueden ser asesinados por un arma diseñada por el hombre pero, no obstante, el Rey de la Noche es una criatura milenaria cuyas artes se acercan a la hechicería o lo desconocido. De este modo, veremos cómo el gran villano del espectáculo lanza una gran y alargada pica —cargada de hielo y muerte— sobre la garganta de Viserion. No necesita más para hacer que la criatura chille de agonía mientras desciende brutalmente al suelo desangrándose en el proceso. Daenerys y Jon quedarán completamente conmocionados al ver cómo el dragón desaparece bajo el hielo tras precipitarse en ese lago. Pensemos en el que la llamada de Jon respecto a la heroica —y ese discurso sobre el suicidio por un bien mayor— es parte de un leitmotiv que provocará que se quede en tierra defendiendo la partida de Drogon y el resto de sus compañeros junto a Daenerys. Todo aquel que permanezca en esa tierra de hielo y muerte está destinado a perecer y el Rey de la Noche prepara una segunda lanza para acabar con esos nuevos rivales que han aparecido. Tanto Drogon como su madre son el objetivo… Jon lee tal acción y trata desesperadamente de que su salvadora abandone el lugar, haciendo que el dragón dé una pirueta aérea que esquive el proyectil asesino. Jon, mientras tanto, es asaltado por algunos espectros cayendo al agua y haciendo que Daenerys, al no ver que tanto su hijo como su héroe salgan a flote, renuncie a regresar.
Siguiendo nuevamente el leitmotiv, veremos que Jon es un héroe condenado a su rol, emergiendo del agua y gastando hasta su último aliento en una contienda y lucha que no va a poder ganar. Aquí existe un claro detalle sobre el destino y esa espada que ahora conforma su legado. La empuñadura de Garra provoca un efecto para que veamos cómo su ojo se abre mientras Jon regresa a la vida desde las profundidades de la muerte. Ese componente no es meramente metafórico sino que, por el contrario, establece ese halo místico y mágico alrededor del príncipe que fue prometido. Ya está solo frente a ese Ejército de los Muertos para evitar llegar de nuevo a ese vacío y oscuridad que tiempo atrás conoció. La batalla entre la vida y la muerte prosigue… y no ha acabado. Como comentábamos anteriormente, esta temporada de “Game of Thrones” está diseñada tanto sobre elementos y recursos de guion propiciados por la economía narrativa y, al mismo tiempo, cercanos a sorpresivos efectos similares a un deux ex machina. Que veamos cómo Benjen Stark reaparece nuevamente para salvar a otro de sus sobrinos no deja de remarcar una credencial inherente en el espectáculo de HBO pero, al mismo tiempo, sintetiza esa noción de relevo y sacrificio; como si uno de los Stark debería permanecer en ese lugar como pacto de un oscuro intercambio. Benjen hará que Jon abandone el lago en su caballo mientras que él acabará rodeado y desaparecerá entre esa horda de muertos sin que sepamos si serán capaces de acabar con una criatura de una condición similar a la suya. Es interesante que no sepamos los poderes que le concedieron los Hijos del Bosque tanto a Benjen como al Rey de la Noche o los caminantes blancos. En los márgenes de esa mitología, reside parte de los encantos de “Juego de Tronos” y no estamos seguros si volveremos a ver a Benjen salvar a otro Stark en la última temporada de la serie. Sea como fuera, la cuestión es que sigamos a Daenerys en su espera de su héroe en las alturas del Muro que enmarca esa separación formal de la vida y la muerte. Jon no es la primera vez que ha regresado de las tinieblas y los escritores desean jugar con el corazón de ambos personajes y las fracturas generadas por la posibilidad de perderse (el uno en el otro). Ese condicionamiento marca el rumbo final del episodio y del reencuentro mientras la pareja regresa a Rocadragón. En “Beyond the Wall (Más allá del Muro)”, aparte de ver el escudo Targaryen ondeando sobre la nave que transporta a los protagnistas, se desea mostrar a Daenerys el cuerpo desnudo de ese héroe y el precio que rodea a toda heroicidad como un recordatorio palpable para la Madre de Dragones. Ella también ya es conocedora de la ofrenda tras perder a Viserion y, sobre tal fundamento, se erige su cruzada para acabar con el Rey de la Noche. Ahora es conocedora de la amenaza y hará todo lo que esté en su mano para detenerla junto al Ejército de los Muertos. Los escritores no van a ceder al Jonerys y, pese al contacto físico de ambos personajes, su relación va a tener que esperar… Quizás aquí vemos los problemas de química de una pareja en la que no sabemos si el problema es de interpretación de Kit Harington y Emilia Clarke o, por el contrario, a Daenerys solamente le sientan bien héroes del tamaño de Khal Drogo. El guion utiliza el nombre de Dany para reflejar tanto un acercamiento familiar que ambos desconocen como para dejar caer la rodilla sobre el suelo del Rey del Norte en el sentido metafórico. A partir de ahora, Daenerys de la Tormenta será la Reina de Jon Nieve aunque el episodio desea despedirse con un cliffhanger algo previsible para dotar de sentido la conquista de Poniente del Rey de la Noche. Siempre desconoceremos qué estrategia hubiera seguido el villano para atravesar el Muro una vez llegado a Guardiaoriente del Mar pero, a pesar de ello, sabremos que a través de grandes cadenas y el esfuerzo de cientos de espectros, Viserion será traído a la superficie desde las profundidades del lago. Tal secuencia no deja de remarcar los planteamientos cercanos al absurdo de la presente temporada aunque, al mismo tiempo, no deje de remarcar esas respuestas que tendrá que establecer la audiencia respecto a complicadas preguntas: ¿de dónde sacaron esas cadenas? ¿Cómo consiguieron atarlas al cuello de Viserion si nos habían mostrado que los espectros perdían prácticamente todas sus capacidades en el agua? Sea como fuera, “Game of Thrones” está por encima de todo y todos y prueba de ellos es que se valore más el resultado que las variables que lo condicionaron. El fin justifica los medios y veremos cómo el Rey de la Noche se acerca a esa bestia inerte para poner su diabólica mano sobre la misma y hacer que regrese de la muerte. Ahora sus ojos han quedado abiertos y completados con ese azul tan helado como obscuro. El gran antagonista de la serie ha conseguido irónicamente lo que necesitaba en un extraño concepto de intercambio entre héroes y villanos. La muerte sigue siendo el enemigo y, ahora, el enemigo es más monstruoso y terriblemente funesto.
APUNTE BASTARDO: Más que un dragón lo que necesita El Rey de la Noche para su Ejército de los Muertos son arqueros.
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