jueves, 2 de febrero de 2012

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Arrugas: Al final de la escalera

“Arrugas”
(2011)
EEUU
Director: Ignacio Ferreras

Sinopsis (Página oficial):

“Arrugas”  es un largometraje de animación 2D para un público adulto basado en el aclamado cómic del mismo título de Paco Roca (Premio Nacional de Cómic 2008). “Arrugas” narra la amistad entre Emilio y Miguel, dos ancianos recluidos en un geriátrico. Emilio, que acaba de llegar a la residencia en un estado inicial de Alzheimer será ayudado por Miguel y otros compañeros para no acabar en la planta superior de la residencia, el temido piso de los asistidos que es como llaman allí a los desahuciados. Su alocado plan tiñe de comedia y ternura el tedioso día a día de la residencia porque aunque para muchos sus vidas habían acabado, ellos acababan de empezar una nueva.

Crítica Bastarda:

De la reseña para Cinema ad hoc.

La posición madura, adulta y seria de “Arrugas” relega la propuesta a una posición extremadamente dramática. Me es difícil ubicar cinematográficamente el conjunto de material adaptado de Paco Roca relegando a los documentales aparte. “Dejad paso al mañana” y “Cuentos de Tokio” siempre han sido los grandes referentes sobre los caminos de la vejez pero basaban su encanto en la perfecta narración y explotación de los conflictos paterno-filiales. “Arrugas” contiene una pequeña dosis de los mismos pero su material trágico juega en otros derroteros. Lo normal es que se utilice la enfermedad de Alzheimer con fines dramáticos generando dramas románticos (“El diario de Noa” o “Lejos de ella”) o recursos conmovedores y tremendamente sentimentales vistos con “El hijo de la novia” como máximo y exitoso exponente. Pero “Arrugas” trata el tema desde la honestidad.

Viajando en el Orient Express
Desde su arranque presenciamos cómo somos partícipes del mal que sufre su personaje principal. Estamos dentro de su mente para pasar a ser los espectadores de su descenso al infierno que le toca por vivir: dejar de ser la persona que fue para convertirse en juguete roto e inservible para la sociedad y también para sí mismo. No hay exaltación de la enfermedad con desfase sentimental aunque algunas secuencias conmuevan hasta las entrañas. “Arrugas”, en resumen, quiere explorar otros terrenos aunque conlleve dotar de negrura al conjunto. Se trata de vivir el día a día mientras que los recuerdos se evaporan pero el temor no es retenerlos sino no acabar siendo uno mismo, perderse y convertirse en ese objeto abandonado por otros, apartado totalmente de la familia y relegado por la humanidad a un cuarto oculto e invisible a la misma. El pánico de subir al final de las escalares que delimitan el cementerio viviente al exilio y al prácticamente abandono de sus seres queridos. El paso a la muerte en vida.

Amistad y Separación
No es que “Arrugas” quiera proponer un debate sobre la eutanasia o las residencias geriátricas y el papel que desempeñamos nosotros, como hijos, en ese destierro y expulsión al que sometemos a nuestros mayores. La historia, eso sí, es tan dura que el formato, estilismo y la animación acolcha el dramatismo. También sus incursiones cómicas y nostálgicas pretenden abrir otras vías a la evocación de los recuerdos. Puede que ahí estuviera parte de la película perdida que ablandase el conjunto antes que algunos mordiésemos el hueso duro. El filme de Ignacio Ferreras podría equilibrar la balanza entre esa gran historia de amistad que cuenta con esas introspecciones de los secundarios. Tal vez, ya sea ante tanta sobredosis dramática y terminal o por remordimientos emocionales, se permita concedernos saber qué ocurre con sus personajes principales cuando debería correr el velo del misterio. O también incluir un fallido epílogo donde, además de demostrar no saber rematar la película, se muestra un exceso de incoherencia con lo mostrado previamente. 

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