“The Big Bang Theory” es una serie enferma desde hace tiempo, mucho tiempo. Los fanáticos siguen esa superflua mucosidad con esperanza y parsimonia. (Son)ríen al son de la inefectiva gracia, de la risa enlatada y se congratulan con cada nueva aventura sin aventura ni tesoro. No veo premio ante una competencia que cada vez se me antoja superior. “Community” se está convirtiendo en un referente del friquismo a golpe de numerosos guiños y talento desmedido. Y sólo es un ejemplo porque uno ya piensa pasarse a ver las dos únicas temporadas de “Flight of the Conchords” en menos que cante un gallo o esperar para el estreno de la quinta temporada de “The IT Crowd”. En este capítulo y penúltimo de la cuarta temporada, “The Engagement Reaction”, Sheldon tiene que superar sus problemas con los virus y hospitales por su hipocondría crónica y prácticamente me siento igual con cada episodio de esta serie: tengo miedo que uno pueda matarme cerebralmente de aburrimiento.
Posiblemente el peor episodio de esta temporada con mucha diferencia aunque tiene algunos ramalazos vía Sheldon (como siempre) salvadores y salvaguardadotes de que el espectador esboce alguna (son)risa. Aquí vemos nuevamente la fobia sheldoniana por el virus y la enfermedad. Nada de chupetones y saliva contendora de virus regionales y/o exóticos. Pero hay otro virus para la relación y compromiso de Bernadette y Howard y no es otro que la Sra. Wolowitz. Ella vive ajena al romance de su idolatrado hijo con el síndrome de Edipo y garganta desgastada. El día perfecto puede ser una comida organizada para conocer a su nuera y finalmente llegará la ansiada noticia. El ‘enamorado’ de su madre (normalmente descrita y con la voz de Constantino Romero) espera el golpe letal del destino y éste no se hace esperar. Caída libre y hospital a golpe de adrenalina.
Al otro lado de la puerta: el silencio |
Nadie se cree que el tirillas Wolowitz sea capaz de levantar a su madre con un hombre destrozado:
—Espera un momento… ¿Tú levantaste a tu madre? Sus propias piernas apenas son capaces de hacer eso.
—Estaba rebosante de adrenalina. Se sabe que algunas mujeres han levantado coches para salvar a su bebé.
—Sí, estoy diciendo que hubiera sido más fácil levantar un coche.
—¿Qué puedo decirte? Después de encontrar el valor de subirle sus bragas, estaba imparable.
Sheldon atrapado en una sitcom peligrosa de atentar contra su vida |
Posiblemente sea el único diálogo atinado de todo el desastroso episodio en el que volvemos a ver los momentos graciosos que propicia el juego de cartas ‘The Mystic Warriors of Ka'ah’. Y para llegar a tal momento pasamos con la duda absurda que tiene Bernadette que tiene infundada por Howard respecto a que el ataque cardiaco presunto es presuntamente proporcional a lo mal que se ha tomado la noticia de su compromiso y futura boda. Nada tiene que ver porque esta nuera ha venido para quedarse y todo, obviamente, forma parte de una confusión que nos deja a una Bernadette que nos confirma por qué se ha enamorado locamente el no graduado-judío: ¡es realmente su madre y chilla como su madre! A nivel de temporada las chicas supuestamente rivales, Penny y Priya empiezan a hacer buenas migas hablando sobre las intimidades sexuales de Leonard. Poco más.
Siempre nos quedará lo más friqui |
Pero realmente lo único gracioso del episodio es el enfrentamiento de Sheldon Cooper con su conflicto vírico. De una manera completamente absurda queda atrapado en una sala de cuarentena (si es una enfermedad mortal… ¿¡la puerta está abierta!?) y debe, obviamente, permanecer ahí. Pero “The Engagement Reaction” nos demuestra el sentido de la amistad para que todos superen trauman y consigan estar juntos… pese a virus letales y trajes sacados de una película de “Resident Evil”. Lo importante es el aprecio mutuo y soportar los comentarios maliciosos venidos de la India.
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