“Crematorio” llega al inicio del fin. El anochecer va a traer consigo mucha oscuridad pero los rayos luminosos nos siguen dejando sombras y deslumbramientos de lo que se vivió durante el día. “Día de pesca”, quinto episodio de esta miniserie de producción nacional e insospechada, nos pone de nuevo en la órbita de Rubén Bertomeu y su compinche en el ayuntamiento, Llorens. Ambos parecen dirigir las tramas conspiratorios bajo la concejalía de urbanismo y así ser la pieza clave de los malabarismos especulatorios del arquitecto. Todo se torna complicado y toca avanzar entre las tinieblas que invaden todo, que poco a poco comienzan a ser del mismo negror que el alma de sus protagonistas. Familia, dinero y poder parecen ser los trazos con los que juega Jorge Sánchez-Cabezudo sobre la novela de Rafael Chirbes. Sin Loquillo desde luego esta miniserie me dejaría más Loquillo (¿Cuántas veces lo diré?).
Vientos de crisis. Mónica recibe la noticia pero no la entiende; el arresto de Llorens es inmediato así como el Rubén Bertomeu. “El día de pesca” es otro día y otro tipo de pesca. El registro de la casa de Rubén así como su detención hace que Silvia también se entere. Unan piezas porque ese es el juego. Esposas en mano y pilar en pie con anillo de prometida. Las imágenes del auto de la policía sobre la casa de Llorens nos recuerdan a la ostentación que vimos en los imputados de las turbias tramas de Marbella. Nada nuevo, el dinero de no crece de las piedras y las cuentas están bloqueadas.
IMÁGENES NO TAN LEJANAS A LA REALIDAD |
Parece que Miriam quiere servir a su madre la venganza fría enrollándose con su amante-artista pero Silvia está más preocupada de descubrir los motivos reales del arresto de su padre. Mónica comienza a perder los papeles y esos tics que Juana Acosta son muy limitados. Toca recordar, toca volver a la Costa de Misent en 1998. Nuevo flashback que nos muestra a un Rubén divertido, afable y chistoso en alta mar pero igual de infalible a los negocios y dirigiendo el cotarro. Ni patrimonio nacional ni leches, aquí lo importante es el dinero, la manipulación y la confianza. Sarcós intenta ayudar pero no es suficiente con una mayoría laboral que conoce la situación y no se fía con el congelamiento de las cuentas del patrón. La mierda sale a flote y Silvia quiere atar cabos sueltos. Sabe que Collado es la clave del asunto y que Zarrategui tiene que contarle toda la historia.
PESCADO Y ENTRE REJAS |
Los consortes se reúnen y se desmoronan: Mónica no puede más y rompe en lágrimas en el ascensor del hotel donde va a alojarse… y contempla lo interesado que es el mundo: hasta el marido de Silvia intenta aprovecharse de su momento de debilidad. Menos mal que su amiga Marta acude al rescate afectivo y económico: lo mejor es empezar a pensar en una misma. Telefonazo en mano y con la cuenta que le dio Rubén salta la alarma gibraltareña. Escapada y aeropuerto. ¿El fin de Mónica en la serie? Queda una última llamada pero el otro lado llamado Silvia no responde.
TIEMPOS PASADOS Y MEJORES |
Rubén sigue esperando ese día de pesca en la comisaría rememorando sus mejores tiempos junto a Llorens en otra pesca real. Las noticias asaltan los informativos por el complot urbanístico y lo espectadores también son protagonistas. Zarrategui pone también las cosas claras en comisaría pero Llorens tiene la opción de levantar el tarro de las esencias… urbanísticas. Él fue el designado para concejal de urbanismo como hilo firme de todas las conexiones de negocios fraudulentos de Rubén. El hombre que vimos frío y calculador ha comenzado a tener problemas respiratorios y de ansiedad. Sarcós y sus puños pueden ayudar a cambiar testimonios. ‘El puro es algo muy personal, cada uno se enciende el suyo’. Silvia también intenta encender el suyo pero quiere ayudar a su padre metiendo a la mujer de Collado por medio. La maestra titiritera quiere saber y comenzar a manejar los hilos… pero parece que no es suficiente. ¿Lo será la ‘sutileza’ de Sarcós? La ansiedad es mal acompañante y puede llevar a uno al infarto. Rubén es la primera víctima pero Collado puede ser la segunda. Toca reflexionar y pensar en esa calma llamada mar del pasado.
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