Si uno fuera una serie de televisión se sentiría mirando a la cúspide en la lejanía de un Empire State llamado HBO. La familia ni es de sangre azul aunque sí parece azulona con su apellido Reagan. Policías neoyorkinos y punto. Nos la venden como creación Mitchell Burgess y Robin Green, guionistas de “Los Soprano”, y que según cuentan ha encandilado a la crítica estadounidense. Lo revisas y te das cuenta que tiene críticas… ¡positivas!
Pero ese drama familiar es tan inoperante como poco resultón. De acuerdo, es una familia en la que todos sus miembros forman parte del cuerpo policial o fiscalía y eso puede resultar enormemente interesante como serie de futuro: todo el concepto de jerarquía burocrática y policial queda expuesta en toda su extensión de la cadena de mando. Desde un detective con pasado militar hasta un policía de calle novato pasando por una fiscal y un jefazo mayor. Toda la cadena de mando al completo y comiendo junta cada domingo.
Que la serie empiece con ‘New York, New York’ deja bastante clara su obviedad y escasos tiralíneas en el guión: tramas episódicas cerradas, conflictos y pasados trillados y escasa originalidad en la presentación de los recursos. Puede interesar esa trama danbrowniana de temporada de un hermano muerto metido a infiltrado en una peligrosa y corrupta organización interna de templarios pero huele a telecomedia. La noticia ahora ha saltado a escena cuando el equipo creativo al completo abandona el barco. Ken Sanzel y Richard Price se fueron hace tiempo por diferencias con Tom Selleck y ahora la bomba es anunciada por Mitchell Burguess y Robin Green. La cadena quiere una serie más procedimental a lo CBS y la negativa de sus cerebros se ha saldado con el abandono. La audiencia no era mala pero podría superarse y la segunda temporada estaba firmada. Si su destino me parecía bastante débil y flojo, ahora es incluso más complicado.
Frank Reagan es el boss, es boss familiar y el boss del departamento de policía. El patriarcado y presidencia de la mesa está compartida por su padre, que fue también policía. Todo queda en la familia que para nada es la antítesis del patriarcado de Tony Soprano porque aquí el espejo está roto de entrada. Tom Selleck, Len Cariou y Donnie Wahlberg quieren hacer bien su trabajo pero si consiste en formar parte de una familia perfecta bajo el orden de patriarcas y viejas e inmemorables leyes ‘azules’ lo mejor será reengancharse a “Cops” o darse un rulo por “Canción triste de Hill Street”.
Lo dicho: ¡Cuánto daño ha hecho a las series policiales “The Wire”!
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