Ozark: ¿Por qué tenemos que comparar todo con ‘Breaking Bad’?

Serie de TV

“Ozark”

EEUU

2017

Sinopsis (Página Oficial):

Un asesor financiero arrastra a su familia de Chicago hasta Misuri con la misión de lavar 500 millones de dólares en cinco años para apaciguar a un capo de la droga. 

Crítica Bastarda:

¿Por qué cuando en un drama criminal aparece un eje familiar tenemos que mencionar a “Breaking Bad”? Ya sea porque la sombra del espectáculo de Vince Gilligan es alargada o, simplemente, Walter White creó escuela televisiva, la llegada de “Ozark” vino acompañada de sacar todo tipo de parecidos razonables. Y las comparaciones son odiosas. ¿El problema? La nueva serie de Netflix ni quiere ni pretende ser “Breaking Bad” sino constituirse como una ficción mucho más fría y oscura dentro de los dramas familiares. Los diez episodios que componen su primera temporada nos adentran en un universo angustioso en el que un asesor financiero involucra a su familia en sus oscuros negocios y, de su nueva misión, depende la vida de todos ellos. ¿Podrán limpiar 500 millones de dólares en apenas unos pocos años? En esta propuesta, además, los personajes no pretenden agradarnos sino todo lo contrario. Generalmente, Bill Dubuque y Mark Williams desean mostrar sus muchas imperfecciones y revelar cierta autoconsciencia en ese proceso de supervivencia y evolución. Es posible que ciertos giros argumentales sean un tanto indigeribles y cuestionables. ¿Es que Marty Byrde no se informó que estaba utilizando los mismos negocios y lugares de otro peligroso lugareño que había construido su propia red de narcotráfico en la zona? 

En “Ozark” existen ciertos estereotipos cuando hablamos de blanqueo de dinero, el narcotráfico y peligrosos tiburones dentro de una pecera en la que los Byrde tratan de nadar y perdurar. Desde la fotografía a la calidad interpretativa, la serie de Netflix se mueve en terrenos dramáticos y familiares añadiendo a las tramas las pesquisas y acciones de un agente del FBI o la inteligencia y sibilina Ruth Langmore entre otros muchos personajes. Todos ellos también nos muestran sus imperfecciones y conflictos. Los turbios negocios de la zona serán expuestos y los libretos mueven convenientemente esas corrientes en los que surge ese tono de suspense y ansiedad. “Ozark” tiene su propio ritmo y cuestionar su verosimilitud pudiera engendrar un ejercicio de hipocresía respecto a “Breaking Bad”. En mi opinión, el espectáculo sabe aprovecharse de sus detalles y proposiciones para construir un conjunto equilibrado del que todavía es pronto para valorar la huella que podrá dejar en nuestras pantallas. La televisión actual se mueve en la inmediatez y una gran calidad entre más de un centenar de novedades cada año. Quizás Netflix haya encontrado una entidad mucho más certera que “Bloodline” aunque, sin embargo, la identidad del show Dubuque y Williams sea una gran traba para construir un clásico popular recordable. De momento, el propio Jason Bateman da la impresión de estar involucrado en el proyecto y ha dirigido varios episodios para introducir a los espectadores en esa atmósfera un tanto fría, lóbrega e hipnótica de Missouri que esperemos siga ofreciendo buenos y brillantes momentos.

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