La isla del miedo: Sé lo que hicisteis el último BODRIO

“La isla del miedo”

Título original: “Deep Cove”

(Fear Island)

Director: Michael Storey

Canadá

2009

Sinopsis (Yahoo Tv):

Cinco estudiantes deciden pasar el fin de semana en una apartada isla, pero tras una noche de fiesta aparece el guardia muerto. Un misterioso asesino busca venganza por algo que los chicos hicieron y no les va a dejar huir. Telefilme canadiense de suspense protagonizado por un grupo de jóvenes actores habituales de los papeles secundarios de televisión entre los que destaca Haylie Duff (“Siete en el paraíso”), hermana de la conocida cantante Hillary Duff. La cinta se rodó en la casa que esta tiene en Vancouver y se aprovecharon los paisajes de allí para todas las escenas. El director, Michael Storey, cuenta con una dilatada trayectoria como director de fotografía y se estrenó como cineasta en 1998 con “Luz negra”. 

Crítica Bastarda:

Esperando encontrar “La isla del miedo (AKA El ataque de Dientes de Sable)”, una de las peores películas del Siglo XXI, topé con otro homicidio juvenil y neuronal premeditado. Se llamaba igual y al igual que las dentadas fecales del bodrio australiano… éste, en cuestión, era canadiense y sobre el mismo destino televisivo. Comienza con un sinsentido de imágenes y un escalofrío rectal en el espectador que te dice: te vas a cagar viendo este PEDAZO BODRIO. Luego pasamos a un interrogatorio por el típico-detective-de-policía-alcohólico-y-traumatizado y una psicóloga forense a la única sospechosa-amnésica-perdida que se convierte en la testigo fundamental para saber qué ‘oño’ ha pasado en una isla donde la palmaron los seis amigüitos de la contundida (y confundida) rubia de bote (Haylie Duff). De esta manera, saltamos a una narración basada en flashbacks sobre el típico viaje de niñatos y canis, interpretados por actores que tienen más años que Marujita Díaz pero cuyos agentes siguen pensando que pueden aspirar a papeles de adolescentes en telefilms para marujas.

«Bienvenidos al paraíso: ni móviles, ni teles ni ordenadores. ¡Qué Dios se apiade de vuestras almas!», nos suelta uno de los gañanes protagonistas. «Todo el mundo buscaba sexo, emborracharse o divertirse», nos deja claro la superviviente. «¡Voy a sufrir un derrame cerebral», gritan el 99% de los telespectadores ante la sucesión de muertes tróspidas. Es cierto que nadie se puede quejar cuando en un argumento resuenan las palabras «estudiantes», «fin de semana», «isla», «noche de fiesta», «muerto», «asesino», «venganza» y «huir», es precisamente momento de hacer lo último que nos indican: ¡HUIR! ¡Y no paren de correr si comienza esta película frente a sus televisores! Lo peor de todo es que sale Aaron Ashmore y te dices: este es el niño de “The Following”. ¡Y resulta que es su hermano gemelo! WTF!?

Entre cubos de hielo de sangre y situaciones que provocan vergüenza ajena, a “La isla del miedo” no le sirve de nada su teatrillo lowcost improvisado. No obstante, debería haber sido una comedia negra por encima de la típica historia cutre de venganza post-adolescentes que no coge por sorpresa ni a una maruja que utiliza estos innombrables telefilmes para echarse la siesta. Por ejemplo, a una tipa la churrascan el potorro (y a ella misma encerrada) en un ardoroso jacuzzi y sus amigos, al encontrarla al dente, la meten en el congelador con un desafortunado comentario: «Por lo menos ahora estará fresquita». Nada despierta al engendro del tedio salvo la incompetencia policial y numerosos e insultantes errores argumentales que no se puede tragar nada ni nadie. ¿La pondrán en las academias de policía como ejemplo de todo aquello que nunca deben de hacer? ¿Se la pondrá Haylie Duff mientras se echa sus ocho kilos de maquillaje para excitarse y decirse a sí misma lo estupenda actriz que es? ¡No lo queremos saber! ¡El miedo es volver a pensar en este pedazo de basura de nuevo!Al final todo acaba en un previsible e indigesto cruce choni de “Sé lo que hicisteis el último verano” y “Sospechosos habituales”. En resumidas cuentas: ¡para volver a mandar a todos los protagonistas a esa isla de la muerte una y otra vez!

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