domingo, 8 de febrero de 2015

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Review Goyas 2015


Hubo demasiados elementos durante la Gala de los Goya 2015 que denotaron el actual estado de unos premios que nunca se han caracterizado por eludir el dicho popular de «la más tetuda». El triunfo de una cult-movie potencial como Magical Girlen el Festival Internacional de Cine de San Sebastián invitaba a repetir una conquista similar a la propiciada por “La soledad” y Jaime Rosales años atrás. Los Premios Feroz y Forqué provocaron que esa idea se convirtiera en un espejismo tras el apoyo generalizado de la crítica y medios con la ‘reincidente’ inclusión de la cinta de Carlos Vermut en la mayoría de los tops de 2014. El éxito de La isla mínima en los Fotogramas de Plata avecinaba que todas las miradas se dirigían a «la más tetuda». No había nada mínimo entre ese escote. El film de Alberto Rodríguez apenas dejó espacio al resto de rivales durante una noche en la que arrasó y consiguió materializar 10 de sus 17 nominaciones igualando a Blancanievesde Pablo Berger. Irónicamente al finalizar una interminable, mediocre y alargada gala —que debía haber acabado una hora antes— TVE emitíaLa piel que habito para recordarnos esos Premios Goya de 2012 en los que Blackthorn. Sin destino”, “La voz dormida”, la mencionada cinta de Pedro Almodóvar y la ganadora No habrá paz para los malvados se repartieron las estatuillas en ese juego de vencedoras y vencidas. La XXIX edición de los galardones que otorga la Academia de Cine será recordada como la noche en la que Ocho apellidos vascos y “Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo” ganaron más Goyas que 10.000 km.”, “Magical Girly “Relatos salvajes”. Sobran las palabras cuando que las tres cintas reivindicadas en distintos festivales y premios internacionales se fueron a casa con un único distintivo cabezón respectivamente. Las tetudas habían vuelto a ganar. La misma historia de cada año.

El cambio de horario para emisión de la gala provocó una audiencia histórica y dicha decisión fue la más acertada de la noche. Poco o nada más funcionó en ese espectáculo que comenzó con el indescriptible vestuario de Massiel en la alfombra roja y el triunfo de las más tetudas ratificando en ese ‘In Memoriam’ en los que los invitados únicamente aplaudieron a aquellas caras conocidas. La cuestión era (y es) llamar la atención y ser popular. La derrota del documental, alabado por la crítica, “Edificio España” frente a “Paco de Lucía: La búsqueda” constataba que los más agraciados y vistos pechos iban a arrasar en una pasarela al servicio y devoción de La isla mínimay los dos éxitos monumentales de taquilla del año: El niñoOcho apellidos vascos. La apuesta, por lo tanto, sigue siendo la ‘mínima’ e irónicamente el desmoronamiento estructural de la gala y su hundimiento en el concepto musical y humorístico denotaban que este cine español únicamente reconoce al cine más convencional y académico a todos los efectos. Del playblack inicial pasamos José Ignacio Wert haciendo claqué y a una de las peores actuaciones de la historia de la televisión invocada por Álex O'Dogherty, finalizando con el sinsentido de un mini-concierto de Miguel Poveda pasadas ya la una de la mañana. ¿No era lo suyo y más coherente que ese escenario reviviera lo mostrado por TVE en ‘Sábado sensacional’ con Kiko Rivera y una conexión desde prisión con Isabel Pantoja?


El discurso político deseó dar paso a la reivindicación del propio cine español y su audiencia. En ese aspecto fueron los actores secundarios de la película más taquillera del cine patrio aquellos que supieron dedicar a todos los profesionales (por igual) ese homenaje que se merecían. Mención especial para una gran Carmen Machí que rindió el respeto que necesitaba Amparo Baró por encima de una foto y unos aplausos de fondo. El resto del discurso implícito en la gala fue discordante e incluso hipócrita, indicando Gonzalez Macho que «los cortos tienen que tener la relevancia y lugar que se merecen» mientras que Rossy de Palma era la encargada de darles su reconocimiento facial. Unas sillas, sobre las tablas, otorgaban un componente escénico sarcástico. ¿Les iban a dejar armas delante de sus asientos plegables para convertir el show en una versión sangrienta y televisada de ‘Los juegos del hambre’? La cuestión era ir a contracorriente con lo que se predicaba sobre el escenario. Dani Rovira —en su momento más acertado— recordó a los asistentes todo lo que se podía decir en un minuto tras recoger un premio. Nadie le hizo caso. Ni un estreñido Antonio Banderas que robó las gafas a Asunción Balaguer ni una Nerea Barros que parecía haber acabado tras una multitudinaria bukkake. Mucho menos un Javier Gutiérrez que tuvo la tentativa de estrangular a Rovira por meterse con su exigua altura como fallo argumental de La isla mínima. En realidad, a la gala le faltó nivel (¿salvo el de Pe?) y por allí no apareció este año ni Santiago Segura o algún miembro de Muchachada Nui que salvaran la función. Alfonso Sánchez y Alberto López trataron de hacer un Faemino y Cansado y no llegaron ni a un ranciofact de Ortega y Pacheco. ¿Siempre nos quedará Almodóvar y su navajada frontal a Wert antes de hacerle una felación en el sentido más oral a su incendiario Banderas?


Entre la lasciva pronunciación de ‘Hollywood’ de Antonio Banderas, Jorge Sanz haciendo un homenaje a La Veneno cuando salió de prisión y las ratas muertas que utilizó Adriana Ozores como peluca tróspida, todo queda resumido en el Goya a Mejor Guión Adaptado para “Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo”. El año pasado casi lo consigue “Zipi y Zape y el club de la canica”… No obstante, el peor momento de la noche fue ver cómo Jesús Castro esperaba ganar su Goya como Actor Revelación siendo el otro y único asistente físico —y presentador de la gala— aquel que se levantó. Los propios espectadores y sus vítores previos ya nos habían anunciado el premio y que «la más tetuda» se alzaría con el triunfo. Precisamente fue el instante en el quedará definida la memoria histórica de la 29ª edición de los Premios Goya 2015. Digamos que ya «la más tetuda» ha vencido a la que se creía «más tetuda». Todo el mundo ya únicamente habla del beso de Dani Rovira y Clara Lago. El resto no importa. ¿Isla mínima? ¿Isla qué”?


Ganadores de los Goya 2015:

La isla mínima, 10 Goyas: Mejor película, director, actor principal, actriz revelación, guión original, música original, fotografía, dirección artística, diseño de vestuario, montaje.

El niño”, 4 Goyas: Mejor canción, dirección de producción, sonido y efectos especiales.

Ocho apellidos vascos”, 3 Goyas: Mejor actor y actriz de reparto y actor revelación.

“Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo”, 2 Goyas: Mejor guión adaptado y película de animación.

Ida: Mejor película europea.

“Relatos salvajes”: Mejor película hispanoamericana.

Magical Girl: Mejor actriz principal.

10.000 km.: Mejor director novel.

“Musarañas”: Mejor maquillaje y peluquería.


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