(2012)
España
Director: Carlos Therón
Sinopsis (Página oficial):
Hoy
es el peor día de la vida de Rai, un ladrón de coches con habilidades de
tahúr. El dinero que debía saldar su deuda de juego con Mikima -el jefe
del crimen organizado- acaba de volar por los aires junto con un coche robado.
El socio de Rai en el negocio de los coches robados, Manrique se
ofrece a ayudarle: si consigue encontrar a una chica llamada Nora, ella
le dará el dinero que necesita.
Hoy
también es el día que Mikima y su banda han elegido para atracar un
banco. Tena, el contable de Mikima, coordina la operación con la
obligada colaboración del inútil sobrino de Mikima. El plan funciona a
la perfección pero en el último momento, alguien que conoce los detalles del
atraco, les quita el dinero de las manos. Mikima jura destripar al
culpable…
No entiendo que
Nacho Vidal quiera hacer
ahora comedia (en esta incursión en la onda macarra de Guy Ritchie) cuando ya fue secundario de la película española
más divertida (y casposa… por encima de las cuatro juntas de Torrente) desde que se estrenó allá por 1997. ¿Quién no
recuerda esa cult movie desopilante con una inolvidable canción de Leonardo Dantés, excelente y cómicos diálogos y dos estrellas
internacionales (y españolas) juntas como Nacho
Vidal y Poli Díaz? “El
potro se desboca” es la mejor
comedia española que un bastardo ha visto desde hace ya 15 años. Ni Daniel Sánchez Arévalo ni Emilio
Martínez-Lázaro. Nadie ha
llegado a provocar tantas carcajadas con algo tan cutre y X en este país. No
entiendo que Nacho
Vidal, nuestro pene (perdón,
pollón) más popular e internacional, no quiera ser Nacho Vidal ni interpretar a
algún actor porno cuando rueda cine convencional. Aquí le han dado un papel de
mafioso sociópata y macarra que no quiere calentar ni empalar a nadie salvo con
sus balas.
Y luego llegan dos actrices muy sexys como Marta Torné y Carolina Bona en plan calienta braguetas: emergen más topless en Sor Citroën, señores. Ni una montaña rusa, ni eficiente comedia, ni sorpresas, ni giros, ni sonrisas y poco entretenimiento acabado el viaje. El inconveniente principal de “Impávido” es que su look de serie Z y sensación de fan film (o corto de colegas) no le otorga frescura ni originalidad. No sé si el viaje que inicia el protagonista es hacia la madurez, mediante esa cadena con una cuchilla de afeitar que hace válido aquello de que el dolor mata pero sin el mismo se estaría muerto. Mal de amores y eternas traiciones (y venganzas) parecen ser los giros dramáticos. “Impávido” se mueve continentemente en una delgada línea entre el ridículo y la vergüenza ajena con sus homenajes a “Airbag” y “Snatch, cerdos y diamantes” con la búsqueda de provocar placer al espectador. Nos dicen que la información es poder y estar de rodillas tiene ventajas y efectivamente parece que su capacidad final es que el espectador se arrodille rezando para que llegue el final (o al menos salga un pezón de renombre).
“Impávido” divaga entre la cinta de atracos, el cine negro (con mamada en off) y la comedia alocada y héroe en cangrejeras con un telón de fondo romántico. Sus pretensiones son ofrecer un entretenimiento y diversión a los espectadores aunque salvo pequeños arrebatos y secuencias no consigue tal fin. El filme nos habla de la suerte y al igual que el protagonista piensa que la suma de decisiones (técnicas y narrativas) incorrectas (tal vez objeto de la mala suerte… y presupuesto) detonará en un ‘happy end’, en el que el público estallará en aplausos y elogios. No puedo leer el futuro pero a más de uno ya se le ha pasado por la cabeza que la cinta de Carlos Therón engrosará la lista de fiascos en taquilla de la producción patria. Al igual que en “Airbag”, puede que nos equivoquemos. Pura cuestión de suerte.
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