20 de Agosto de 1936. En algún lugar del frente de Guadarrama. Peñaseca. Un pueblo de 300 habitantes cerca de la sierra de Guadarrama y casi perdido. El ejército nacional llega a un pueblo aparentemente desierto con Marqués. Pero allí algo huele mal y hay gato encerrado… Orientados estamos e inmediatamente vemos sus primeras imágenes y tono entendemos que es normal que se haga odiosas (o intencionadas) comparaciones con la figura de Berlanga. Es lo que hay en España: si te sales hacía el humor negro con ramalazos esperpénticos y ejecución costumbrista (y coral) de fondo te tachan de berlanguiano y si es el escape y fuga es por el lado surreal, inhóspito y metafórico sobre la maldad y comportamiento humano la mancha tiene forma: buñuelesca. Es lo que pasa en un país de bipartición: todo es cosa de dos. “Plaza de España”, la nueva apuesta de TVE, toca un tema espinoso visto desde un prisma y formato de ‘sitcom’. El influjo de Berlanga y Azcona está presenta pero, ¿lo estará en los espectadores al otro lado de la pantalla?
El primer problema habitual, aparte de los títulos de crédito y el logo horrible (aunque coherente) habitual en la producción televisiva patria, es poco respeto por los formatos. Sitcom = 20 minutos. “Plaza de España” oscila entre los veinticinco minutos y la media hora. Al menos se aproxima algo más que “Aida”… El respaldo de una serie así, comedia coral y rural, depende absolutamente de todos sus actores: Gorka Otxoa, Javivi, Enrique Villén Mariam Hernández, Alfonso Lara, Goizalde Núñez… todos aportan su gran granito de arena para que funcionen los dos primeros episodios emitidos. Otra cosa diferente son las imposiciones de la cadena, que canceló la producción de la serie con doce capítulos (inicialmente eran dos temporadas) a la espera de los datos de audiencia. El relevo de la exitosa “Los misterios de Laura” ha sido ocupado sin fisuras en el share de la cadena en la franja de los lunes. Esperemos que amplíen la duración de la serie ideada por Abraham Sastre y David Troncoso y producida por Hill Valley (“Muchachada Nui”).
Marqués por accidente |
El Marqués de Peñaseca está muerto pero su pueblo mantiene el secreto para vivir a cuerpo de rey (o marqués) sin llegar a los delirios destructivos de “Viridiana” o “El intendente Sansho”. La toma aquí de poder es consensuada y comunista (de comuna, pero sin rojos y con algún integrante falangista) de un pueblo sin alcalde, guardia civil, médico, maestro (agradezco personalmente que no hayan metidos niños en una ficción española)… aunque sí tenemos cura, aunque un tanto inusual. La cosa es comer jamón y no parar… ‘porque con el hambre pierdes la noción del tiempo’ pero la llegada del ejército nacional llegan los problemas un posible fusilamiento colectivo. El protagonista, el teniente Sebastián Rivera y natural de Peñaseca, tiene la difícil dicotomía tras descubrir el pastel ante la indiferencia de su superior: fusilar a medio pueblo por insurgencia o no traicionar a su abuela y a la prima de la que acaba de enamorarse. Una llamada telefónica a su madre lo soluciona todo: el problema de España es no dar qué hablar…. ‘Y, claro, fusilar a medio pueblo…’.
Escaqueo Nacional ante la Autoridad |
Para que tengamos serie el coronel, que ha quedado encantando con el falso Marqués, se queda junto con su regimiento cerca del pueblo a la espera de recibir órdenes para avanzar. La guerra, por lo tanto, va a ser vista desde el costumbrismo de unos peculiares personajes que no dudarán en seguir con su vida rural como si no hubiera pasado nada. Esa indiferencia ante la tragedia nacional deriva en el esperpento y en la utilización de mecanismos habitualmente dramáticos (bandos políticos, fusilamientos, tiros a discreción…) para generar humor de situación. Creo que los dos primeros episodios de “Plaza de España” funcionan porque esta vez guión y actuación se respaldan mutuamente. La nueva serie de TVE no es ninguna maravilla pero en tiempos de guerra (de calidad y televisiva con el espectador) cualquier cosa que no se enfoque hacía la basura o los estigmas de la ficción patria es de agradecer. Habrá que esperar si en los próximos episodios hay rendición o si la fórmula del escaqueo esperpéntico deja al humor en pie de guerra.
Reconozco que me reí con el ir y venir de fusilar a los tres rojos por los empitonados por el toro. Y el momento huerfanitos (a ver quién da la cosa más absurda).
ResponderEliminarRefrescante propuesta y, sobre todo, valiente con un tema el cual no estamos acostumbrados a tratar tan facilmente en nuestra televisión.
¿Sobrevivirá a los ardones veraniegos? Ha tenido un muy buen arranque, esperemos que el frío de la sierra madrileña no lo congelé de cara al otoño.
Hola !!!No me puedo creer que la hayas aprobado!!!
ResponderEliminarTendré que esperar al próximo episodio aunque veo a la serie un tanto limitada. Es un pueblo y en los pueblos hay mucha envidia y mucha miga. Así, que lo mismo nos sorprenden los guionistas con el absurdo patrio.
Saludos bastardos,