Wilfred (1x03) Fear: Temor

En un verano en el que sólo habita la decepción por las nuevas series como “Alphas” o “Falling Skies” y en el que nos hemos quedado sin “The IT Crowd” nos queda el consuelo de “Wilfred”. Es cierto que la crítica americana ha tratado mucho mejor a la segunda temporada de otra serie de la misma cadena: “Louie” y siempre la nueva temporada de “Curb Your Enthusiasm” quedará con cierto favoritismo. Aunque la novatada siempre se paga hasta en las mejores familias: véase si no la diferencia que existió ente la primera temporada de “Community” (un 69 en metacritic) y la segunda (un 88 en esa misma página, que recopila todas las críticas televisivas de los medios norteamericanos). Y ahí llega “Wilfred” bajo la sombra del remake americano aunque manteniendo a Jason Gann como marca de identidad. Como marca de la casa el tercer episodio se inicia con una de esas ‘frases célebres’:

“El miedo tiene su uso, pero la cobardía no tiene ninguno.
Mahatma Gandhi

Primer episodio, “Happiness”, felicidad, segundo “Trust”, confianza, y tercero “Fear”, temor… ¿Ese es el destino de la serie creada por Jason Gann y Adam Zwar? ¿Felicidad, confianza… temor? Más que los pasos de la amistad se trata de superar los traumas y dudas a los que estamos sometidos. Wilfred lo tiene claro pero Ryan no. 

Y el problema no es Jenna ni su novio sino ese vecino lleno de incordio que vimos en el primer episodio. Pero más allá del temor queda la paranoia y pensar que lo que vivimos no es real… que aquello que fue un sueño se esfumó y que lo que pensamos era una pesadilla se torna en realidad. “Fear”, tercer episodio de la primera temporada de “Wilfred”, nos plantea una original estructura basada en el contraste de sueño y despertar sin “Origen” que valga. Mucho menos efecto de la hierba como en una stone movie a lo “Smiley Face”. Freud estaría contento de un episodio como “Fear” con dientes sueltos y perros parlantes… pero lo que nos queda es la revelación de Wilfred a Ryan sobre su ‘dejada’ de cartera en la escena del crimen, rotura de ventana y cagada en bota que provocará la visita de ese vecino llamado Spencer.

Incordio y Porno

Wilfred está más preocupado del nefasto regalo de Ryan: un fémur de buey de Kobe. ‘Es como regalarle una pelota de baloncesto a un negro’, le señala su nuevo amigo. Pero el caso, según Wilfred, es hacer que Ryan supere sus traumas (y tramas) en la serie. El perro quiere que Ryan patee el trasero (y lo sodomice también) de Spencer pero éste tiene otros planes más maquiavélicos que incluyen la amistad desinteresada con la bestia que aterra al barrio. Para ello tendrá que verse junto con Spencer todo el porno mundial, vistar un club de stripteese (atención a Wilfred en la barra americana en un una de las mejores secuencias de la serie hasta el momento)… y buscar la sinceridad… aunque Spencer a su último amigo Jesse, mentiroso y ladrón, le perforó su garganta y le arrancó una oreja. Mal augurio y mal amigo que juega con su puntero láser con Wilfred enloqueciéndolo. El incidente acaba con Wilfred destinado a Control de Animales en un claro homenaje a “El silencio de los corderos”. Para colmo el encargado es el tal Jesse. El desaguisado queda resuelto con la reconciliación pero ahora Spencer y Jesse se han acoplado en casa de Ryan. Llega el momento de superar los temores y afrontar a la bestia. Por suerte el regalo absurdo para Wilfred tiene utilidad y las piezas del sueño encajan… con un diente menos, claro. Pero nuestro perro disfrazado favorito tiene una extraña obsesión para buscar futuras tramas y episodios depositando las armas del crimen señalando a un culpable: Ryan.

Wilfred quiere convertir a Ryan en un hombre de verdad

Hoy se emite “Acceptance”, cuarto episodio de “Wilfred”, y veo que comienzan a amontonarse las entradas de esta serie. Lo mejor será aceptar que se merece una fecha fija como el lunes “True Blood”. ¿Viernes? ¿Sábado? ¿Domingo? Repasemos: felicidad, confianza, temor y aceptación… Está claro, ¿no? El viernes será, a partir de ahora, día Wilfred así que esta semana toca sesión doble.