“Tau”
Director: Federico D'Alessandro
EEUU
2018
Sinopsis (Página Oficial):
Secuestrada por un inventor que la usa como conejillo de Indias para sus invenciones robóticas, una avispada joven intenta escaparse del encierro al que está sometida.
Buscar los parecidos razonables en una producción de ciencia ficción se ha convertido en parte del santo y seña y “Tau” trata de vivir de rentas pasadas estableciendo conexiones que van desde “2001: Una odisea del espacio” hasta “Calle Cloverfield 10” pasando por “Ex Machina”. La cuestión siempre ha sido arquear la ceja y deslegitimar las propuestas a través de esas líneas que unen una obra con sus inmediatas referencias. Incluso en el film de Federico D'Alessandro podrían salir tantas conexiones como posibilidades para una película que nunca acaba de despuntar y encontrar su espacio dentro del género. Es cierto que una cinta centrada en una inteligencia artificial puede sugerir ciertas aportaciones dentro de una lectura sociológica. En realidad, “Tau” no deja de ser una propuesta que se limita a su vertiente de ‘secuestro’ y ‘doncella en apuros que ha de sobrevivir’ bajo una mirada de crecimiento a esa entidad que desea aprender y revelar una insurrección contra su creador. Pensemos en que la batalla de Julia (Maika Monroe) contra su raptor —y ‘evil doctor’— no va más lejos de las mecánicas de un duelo en la que Tau, la inteligencia artificial que controla la casa, se convierte en el juez de la contienda.
La producción de Netflix tiene numerosas limitaciones debido a sus numerosos lugares comunes e incluso la voz original de Tau, Gary Oldman, no considero que sea un aliciente más allá del remache comercial. La realidad es que el gigante del streaming está decepcionando con sus películas originales y tampoco la Serie B implícita en la obra de Federico D'Alessandro le sirve para escapar de su continuada falta de ideas. Desde un villano unidimensional hasta una heroína demasiado simple para los cánones del género, “Tau” revela de nuevo los problemas de Netflix para realizar productos con cierto carisma y una mínima profundidad para. La propia entidad e inteligencia artificial protagonista pudiera mostrar esos inconvenientes por la absoluta falta de matices. ¿Existe algo más que un previsible arco argumental principal y ciertos elementos que no van más lejos de preguntas metafísicas dentro de una guardería? Es posible que un libreto tan ridículo pueda tratar de resultar resultón por los intentos de dotar de credibilidad al asunto por parte de Maika Monroe y esos destellos visuales que acompañan todo aquello que rodea a Tau. ¿El resto? Puro amasijo condenado a la (auto)destrucción… Tal vez se agradezca toda la autoconsciencia del guion al respecto dentro de este ‘engendró mecánico’.
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