Arroz Pasado: Para gente que lee la Rockdelux

Serie de TV

“Arroz Pasado”
(Arròs Covat)

España

2009

Sinopsis (Oficial):

“Arroz Pasado” es una serie sobre el conflicto de hacerse mayor y tener la sensación de que las oportunidades te pasan por delante. Sexo, trabajo, tentaciones, amigos, fiestas, la urbana, alemanas de Erasmus, suegros con mala leche, Barcelona, chicas con tetas grandes, niños repelentes con cara de cerdo, el DJ de mierda, y arroz, mucho arroz. El mundo de Xavi Masdéu protagonista de “Arroz Pasado” visto a través de la mirada de Juanjo Sáez…

Crítica Bastarda:

Definida por su creador como «una serie sobre el conflicto de hacerse mayor y tener la sensación de que las oportunidades te pasan por delante», “Arroz Pasado” fue (y es) una ficción ‘para gente que lee la Rockdelux’. Así, como suena… sin ofender, que conste. La búsqueda de la madurez de Xavi Masdéu a través de tres temporadas, nos deparó un recorrido por ese cosmos moderno (y de modernos) que ofrecía siempre un mínimo común denominador: el arroz. La incapacidad de progresar, por parte de un Peter Pan treintañero que deseaba romper la rutina que tenía con su novia de toda la vida, era el punto de partida de una serie de catastróficas decisiones y consecuencias conducidas por el humor. Toda la inestabilidad alrededor del protagonista tanto en su trabajo, vida personal, amistades e incluso su familia, generaron todo tipo de situaciones hilarantes donde el arroz (de tía Paquita en la primera temporada) formaba parte de la catarsis siempre necesaria para poder avanzar al siguiente plato de ese menú llamado vida.

El talento de Juanjo Sáez se sumó al tema de Maik Maier, interpretado por Miguel Ángel Blanca (cantante del grupo Manos de Topo), como tiralíneas emocional de un diseñador gráfico al que se le pasaba siempre el arroz. Como, en cierta medida, a esa cultura indie que suele quedar enmarcada en la nostalgia y que hábilmente plasma esos intentos de recuperar un tiempo que ya estaba perdido. “Arroz Pasado” puede seguir viéndose como la serie que dignificó la bola de mierda más grande que tuvo que soportar Indiana Jones o de una de las metáforas más acertadas sobre la existencia: todo consiste en apartar la carne y comerse las gambas. Daba lo mismo que esos personajes no ‘tuvieran’ muchas veces ojos o, a veces, ni brazos, la cuestión era que el arroz era vida, los mp3 anclas, y todo bien pudiera quedar plasmado en las portadas de los discos de Joy Division. Por no hablar de sex-tapes sometidas al juicio de un suegro anti-comunistas y Lou Reed para saborear el último polvo. ¿Y por qué digo que es «Para gente que lee la Rockdelux»? Aparte de todo lo anterior, no tardan ni cinco minutos en sacar al ‘Primavera Sound’, Jodorowsky, Los Planetas, DJ de Mierda y a Joe Crepúsculo. En apenas pocos episodios ya “¡Olvídate de mí!” era parte fundamental de una trama, del mismo modo que “Los puentes de Madison” quedó como una mierda pisada. 

Realmente fue (y es) una serie de modernos para modernos que saben reírse de los modernos. Ese tono auto-paródico ciertamente imprimió un estilo junto a ese minimalismo de historietas en el que la sencillez de un rostro vacío puede deparar la mayor de las emociones. Las temporadas avanzaban y el personaje que parecía en caída libre fue encontrando su sitio, al igual que sus amigos, en ese mundo cambiante y siempre sorprendente, comprimido en apenas diez minutos, unas líneas, algunos colores y, siempre, mucho talento.

Lo mejor: Aparte de las apariciones estelares de DJ de Mierda, una pera por la manzana para el logo de Apple se gana el ‘corasón’ de cualquiera. 

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