La cosecha de sangre embotellada del 2010 se despide en un cierre que quiere salvar el amargor general que se instauró en las catas de muchos sumilleres, que degustaban los sanguinolentos derroteros en formato pixel con esperanza de vida eterna. Para algunos mucha azúcar, para otros demasiado agua y como comentario general la tercera temporada de “True Blood” pasará a la historia como una irregular manera de reescritura del guión para dar bandazos a la adaptación televisiva. “Evil Is Going On” tiene la difícil tarea de salvar la cata con una invitación refrescante a la nueva cosecha que veremos en el 2011. ¿Lo conseguirá? ¿Mantendrá la adicción fresca y servida en su punto en año que viene?
Sangre en preparación y calentándose en el microondas. Permanezca en sintonía con los colmillos al aire.
PIIIIING!!! Comienza el festín…
Alan Ball ha dado una nueva dimensión a los personajes y novelas sacados de la mente y pluma de Charlaine Harris pero ha querido centrarse divagando en posibilidades aleatorias. La crítica más fácil para soterrar el trabajo del creador de “A dos metros bajo tierra” sería incidir en la irregularidad de una temporada que ha querido evitar a nuevos personajes pero sobre todo la promiscuidad de un hada cándida que sirve cervezas y hamburguesas en un bar de mala muerte.
Sookie Stackhouse parecía un personaje sacado de una filmografía X en los comentarios y resúmenes de las novelas de Charlaine Harris pero aquí, Ball, le retrata como una imagen de la inocencia del amor y la amistad. Una estrecha encoñada de un vampiro, vamos.
No hablaré de Arlene Fowler ni de su futuro niño-tronco-serial-killer y mucho menos de una desaparecida Holly Cleary. Y poco más de la trama familiar de Sam Merlotte. Tommy se ha fugado con el dinero y Sam lo sabe. Pistola en mano es momento de volver a la furia que inunda el pasado del hombre-perro. Tommy no quiere devolver el dinero y no sabe ni siquiera leer (qué mala excusa, seguro que se vio “The Reader” dos veces). Sabe que no podrá sobrevivir en este mundo y piensa que Sam no tendrá Eggs a disparar… No lo conoce. Nosotros sí. Bang!
Tara Thornton descubre que Sam Merlotte es un cambia-formas lo que le lleva un nuevo trauma: ¿No hay humanos en Bon Temps a los que tirarse? Para un mortal y humano que se tira la muchacha (y encima se enamora) encima es castigado con una bala entre ceja y ceja por su amor de infancia y adolescencia. Hay que tener Eggs para llevar a las espaldas lo que lleva Tara… por lo que su sueño es hacerse un reboot… pero sin llegar a “Matrix 3”. El pasado es duro lastre que deja huella y huir del mismo supone un ejercicio de avance continuo. Tara vive en el pasado y en el terror y tiene que seguir adelante, huir. Pero es un mundo de mentiras como una madre que se acuesta con el reverendo siendo la ‘otra’ que espera que se separe…y bla, bla, bla... Las mismas historias… aunque Tara muestra una evolución al saber que su madre quiere ser feliz y desea ser “La mujer del predicador”. Homenaje muy cruel a Whitney Houston porque recordemos que la madre de Tara era alcohólica y...
Tara parece ser uno de los personajes en los que se han volcado los guiones durante toda la temporada y ahora aparece un resquicio de avance en su personaje. De nuevo, frente a frente con su reflejo y un objeto afilado como unas tijeras. Es momento de evolucionar pero sin ir a la pelu que en Bon Temps no hay rebajas. Nuevo look de Tara, reconciliación con Sookie y un inicio de viaje a lo desconocido o de encuentro consigo misma. Ya veremos si echó gasolina...
Andy Bellefleur tiene que volver a sacar de un aprieto a Jason Stackhouse por la intervención de la DEA en la organización chabolista de Crystal Norris. Pese a ser panteras cuando quieren viven en la indigencia, pobreza absoluta y los niños no van al cole ni se lavan los dientes. Vamos que ellos no se quejan... Aunque ayuda a deshacerse de la droga aparece el novio-hermano-prometido de encargo de Crystal, Felton Norris, y comienza a matar debido a su adicción al V y al dinero fácil a diestro y siniestro. El siniestro es el padre de Crystal… No sólo se lleva la droga sino que también se lleva a la chica. Jason se queda al cargo de la comunidad hasta que le ponen unas esposas (y no hablo de poligamia). La ha cagado… de nuevo y un huevo.
Lafayette Reynolds tiene extrañas visiones sobre oscuros secretos de los demás y se vuelve más loca si cabe. Llama a Jesus (eviten hacer chistes blasfemos) en busca de ayuda. Él corre como buen novio y le confiesa que practica magia… y Lafayette tiene que ser adiestrado para evitar que sus visiones le arrastren a un abismo de locura y deje de ser gay. Él es un ‘brujo’ o una bruja que es enfermera y encima tiene pito para los amigos gayers. El no va más en libros de magia.
Summer y la madre de Hoyt quieren convencer con buenas palabras y en plan reality a Hoyt Fortenberry que su relación con Jessica Hamby está ‘muerta’. Obviamente el muchacho es educado y escucha pero pasa de ellas y de sus lágrimas baratas. Jessica no sabe todavía que la marca del chupetón cicatriza rápidamente si se unta un poco de sangre en la herida. Supongo que para la octava temporada...
El chico tiene buenos planes como casarse con Jessica y ha comprado una casa y todo, aunque Allan Ball dibuja un plano oscuro con una habitación, puerta y muñeco roto y abandonado en el suelo. No hay felicidad en este mundo y menos si la madre de Hoyt va armada…
Eric Northman y Russell Edgington están tomando el sol en la playa pero sin playa que valga ni factor de protección de hada conveniente. No llevan gafas de sol y encima están encadenados a plata churruscándose como un buen par de guiris a la puerta de un bar. Que si tú mataste a mis padres, que si yo sólo quería dos cabras, que si tu papá era malo… Éramos pocos y parió la burra… Allí aparece Godric (seguramente por efectos nocivos de la medicación que toma Sookie) vestido de blanco nuclear y hablando en escandinavo. Encima no anuncia detergentes sino que vende paz, amor y perdón. El vikingo chilla como una loca negando la absolución al villano de temporada.
Sookie Stackhouse ve una nueva tienda de lámparas en su subconsciente pero Bill Compton regresa a la rubia al mundo real. Ella está enfadada con tanta falsa traición y tomadura de pelo y manda a todos a la M con chispitas de hada. Sobre todo al Rey de Mississippi por su continuado uso del verbo to fuck.
El vikingo está muy debilitado (no puede sacar ni sus colmillos, pobrecito) y tiene chupar sangre humana… con una única candidata. Aquí vemos que Bill es un envidioso de cuidado. Cuidado con el tipo porque promete más y peores sorpresas. Al final Sookie después de ser succionada, utilizada y menospreciada por un grupo de vampiros que dicen quererla tiene que hacer el trabajo sucio y meter a Russell en ese cuchitril llamado Fangtasia. Hay que seguir la voluntad de ese fantasma vestido de impecable blanco (como marca la tradición) que parece tener alma… y ser un Ángel. ¿Es esto un reboot de “Buffy Caza vampiros”? Para colmo se queda de segurata forzosa con un ser debilitado, churrascado (parece una falla después de ser pasto de las llamas) y con un único colmillo. Se podría resumir su estado como cochambroso, calamitoso o simplemente patético. Pero Russell Edgington sigue siendo Russell Edgington y proporciona los mejores momentos del episodio metiéndose con Sookie y con ésta ensañándose triturando los restos de su amado Talbot.
Alcide Herveaux aparece como recadero para saldar definitivamente la deuda que mantiene su familia con Eric. Volvemos a ver cierta tensión sexual no resuelta por parte de Sookie y el descojone de Russell. Son malos tiempos para las relaciones sobrenaturales y menos si Alan Ball ha decidido que el hada sea completamente mojigata y pudorosa.
El plan de Eric es dejar al vampiro viejuno enterrado vivo y envuelto en plata y hormigón siendo los cimientos de un edificio. 100 años para Russell son una siesta. Godric vuelve a hacer acto de presencia pero no vende detergente por lo que es ignorado nuevamente por Eric. Al parecer el vikingo usa Colón para quitar las manchas de sangre de su ropa pero Godric quiere que utilice Ariel que es más ‘nórdico’. Acaban a gritos.
Después del homenaje a “El sexto sentido” se presenta una oportunidad irrepetible para Bill y no es otra que liquidar al rubio por envidioso-tiñoso. Plata en mano y con guante de plástico, para no mojarse, lanza al vikingo a un foso paralelo para hormigonearlo. Llamada con su móvil, todo en cinco segundos, para que un sicario del sheriff se liquide a Pam. ¿Fin de la historia? Ni de coña porque Eric ha escapado de las garras de la muerte verdadera entre tanta burbuja inmobiliaria y no quiere matar a Bill sino destrozar su corazón con dos revelaciones: Bill tenía una misión de su Reina llamada Sookie y contrató a los psicópatas de la primera temporada para que le dieran una paliza y así la camarera probase su sangre.
Sookie le manda volando fuera de la casa ante semejantes declaraciones a lo “Sálvame” y tampoco parece perdonar a Eric. ¡A la mierda! Pam sabe que no saldrá ese cemento de su cabello ni de coña. ¡A la mierda! Eric sabe que su nuevo look de estatua viviente encantará a las adolescentes igual. ¡A la mierda! Sophie-Anne Leclerq no sabe que Bill quiere cepillársela y no de la manera que pensaría un varón heterosexual sobre Evan Rachel Wood… ¡A la mierda! Y Sookie llora y está sola... muy sola. Para colmo no tiene a mano ningún libro de Danielle Steel porque se los tiró a la cabeza a una mujer-lobo llamada Debbie que le quería comer viva. ¿A la mierda? No, al cementerio a tener un encuentro con sus raíces y su propia y luminosa especie. Claudine le dice que ya no estará sola porque en un mundo de hadas la hora feliz abarca todo el día y al no haber TV la gente habita en los parques haciendo botellón. Le da la bienvenida a un mundo que no es el nuestro… y, eso, hasta el año que viene. Chup, chup, e-e-e-so es tooo-odo amigos. Chup, chup.
Continuará próximamente…
PIIIIING!!! Comienza el festín…
Cocina con Sookie y Russell |
Sookie Stackhouse parecía un personaje sacado de una filmografía X en los comentarios y resúmenes de las novelas de Charlaine Harris pero aquí, Ball, le retrata como una imagen de la inocencia del amor y la amistad. Una estrecha encoñada de un vampiro, vamos.
Preparada para irse de crucero... |
Tara parece ser uno de los personajes en los que se han volcado los guiones durante toda la temporada y ahora aparece un resquicio de avance en su personaje. De nuevo, frente a frente con su reflejo y un objeto afilado como unas tijeras. Es momento de evolucionar pero sin ir a la pelu que en Bon Temps no hay rebajas. Nuevo look de Tara, reconciliación con Sookie y un inicio de viaje a lo desconocido o de encuentro consigo misma. Ya veremos si echó gasolina...
Lafayette Reynolds tiene extrañas visiones sobre oscuros secretos de los demás y se vuelve más loca si cabe. Llama a Jesus (eviten hacer chistes blasfemos) en busca de ayuda. Él corre como buen novio y le confiesa que practica magia… y Lafayette tiene que ser adiestrado para evitar que sus visiones le arrastren a un abismo de locura y deje de ser gay. Él es un ‘brujo’ o una bruja que es enfermera y encima tiene pito para los amigos gayers. El no va más en libros de magia.
Summer y la madre de Hoyt quieren convencer con buenas palabras y en plan reality a Hoyt Fortenberry que su relación con Jessica Hamby está ‘muerta’. Obviamente el muchacho es educado y escucha pero pasa de ellas y de sus lágrimas baratas. Jessica no sabe todavía que la marca del chupetón cicatriza rápidamente si se unta un poco de sangre en la herida. Supongo que para la octava temporada...
El chico tiene buenos planes como casarse con Jessica y ha comprado una casa y todo, aunque Allan Ball dibuja un plano oscuro con una habitación, puerta y muñeco roto y abandonado en el suelo. No hay felicidad en este mundo y menos si la madre de Hoyt va armada…
Sookie Stackhouse ve una nueva tienda de lámparas en su subconsciente pero Bill Compton regresa a la rubia al mundo real. Ella está enfadada con tanta falsa traición y tomadura de pelo y manda a todos a la M con chispitas de hada. Sobre todo al Rey de Mississippi por su continuado uso del verbo to fuck.
Cómo calienta el sol... aquí en la pa-ya... |
La Follera Mayor... |
El plan de Eric es dejar al vampiro viejuno enterrado vivo y envuelto en plata y hormigón siendo los cimientos de un edificio. 100 años para Russell son una siesta. Godric vuelve a hacer acto de presencia pero no vende detergente por lo que es ignorado nuevamente por Eric. Al parecer el vikingo usa Colón para quitar las manchas de sangre de su ropa pero Godric quiere que utilice Ariel que es más ‘nórdico’. Acaban a gritos.
Se fue a por tabaco... |
Nuevo anuncio de Unión Fenosa... |
Continuará próximamente…
(y que mis ojos mortales y bastardos lo vean)
Espero señor bastardo que en la cuarta temporada se desaten todos, porque esta tercera ha empezado y ha terminado igual con un regustillo a algodón dulce y rosa, tan rosa como el propio algodón de feria. Hasta el año que viene.
ResponderEliminarSra. Stackhouse
Gracias por sus palabras que siempre han sido de un agrado, calidad y puntualidad superlativa.
ResponderEliminarHablando de puntualizaciones... le informo en completa exclusiva que queda una entrada especial sobre LAS GRANDES PREGUNTAS SIN RESPUESTA DE TRUE BLOOD.
Besos y mordiscos,