Black Mirror (3x04) San Junípero (San Junipero): Just Like Heaven

Es posible que con el tiempo “San Junipero” (3x04) se convierta en un clásico de culto del universo de “Black Mirror” e incluso sea considerado por muchos seguidores de la creación de Charlie Brooker como el más certero y sobresaliente episodio de esta tercera temporada. Entramos en cuestión de gustos aunque es cierto que la propuesta dirigida por Owen Harris es un oasis en la habitual negrura de esas pantallas negras quebradas por parábolas, reflexiones y ácidas sátiras de la sociedad. La historia de amor Kelly (Gugu Mbatha-Raw) y Yorkie (Mackenzie Davis) funciona como una fábula de fantasía y ciencia ficción que, como todo cuento de hadas, acaba a medianoche. ¿Por qué no volvemos a ese pueblo costero de California en 1987 hasta que pasa una semana? ¿Estamos hablando de androides y en qué sueñan los replicantes? En realidad, Brooker desea ejecutar un episodio vintage que se alimente de su ambientación retro tanto para lanzar un homenaje a los 80 entre toneladas de referencias pop. Pero no solo de los 80 vive el hombre. Que el tránsito a los 90 sea pasar de ver un gran cartel publicitario de “Jóvenes ocultos” a “Scream. Vigila quién llama” deja algunas pistas de otra clase de lectura alrededor de la eternidad y aquellos que pudieran ser los vampiros de futuro. “San Junipero” (3x04) no regala su optimismo ya que esconde un drama humano y otro romántico a un nivel virtual, elevando un concepto positivo de aquello que pudiera desarrollar la tecnología en un futuro. ¿O no sería una solución terapéutica contar con un cielo artificial en el que vivir eternamente? La dirección de Owen Harris desea contraponer ambos planos dejando como pieza final el real y tecnológica, conceptuando una gran y basta sala de servidores donde se encuentran miles de resplandecientes almas. Para llegar a tal instante podemos regresar en perspectiva a otras percepciones de “Black Mirror” como “Be Right Back” (2x01) aunque esta vez el debate moral lo establece la propia irrealidad de un mundo que no está exento de ciertas carencias e incluso limitaciones pero que, no obstante, genera un enfrentamiento con ese más allá de un plano místico. ¿Arriesgaría usted a ver qué pasa después de morir teniendo a San Junipero donde disfrutar de la vida eterna? 

“San Junipero” (3x04) justifica todas y cada una de las decisiones de los personajes y amplifica los conflictos existentes a través de sus propias referencias a la cultura popular. En el caso Yorkie veremos que su aprehensión por los accidentes de tráfico de ‘Out Run’ no es fruto de la casualidad. Del mismo modo, la introducción de Kelly ya remarca la posibilidad de una enfermedad terminal puesta sobre la mesa de ese mundo misterioso que, poco a poco, vamos comprendiendo. Su historia de amor e incluso primera vez para Yorkie pasa también por la incapacidad de Kelly de querer una relación estable, huyendo a través del tiempo (literalmente) y estableciéndose en otras épocas para júbilo de las referencias culturales y la banda sonora. Todo ese empacho agradecido de canciones de distintas épocas y videojuegos nos lleva a pensar en un concepto netamente atemporal, como si finalmente la eternidad artística fuera precisamente aquello que se desarrolla en el episodio. 

El capítulo también cede tanto a su aureola de cuento de hadas como a ejecutar su acto final sobre un plano real para que también conozcamos quiénes son realmente Kelly y Yorkie. Ese par de provectas mujeres esconden sus propios dramas personales y familiares que les llevaron a donde se encuentran. Yorkie nunca pudo vivir una juventud plena ya que un accidente, tras salir del armario con apenas 21 en una familia muy religiosa y conservadora, provocó que quedara tetrapléjica. La muerte del marido de Kelly y de su hija abrieron una brecha para un posible reencuentro en el más allá… si es que existe. El relato de Kelly nos sugiere una relación física y emocional a lo largo de casi cinco décadas, como si ese cuento de hadas que ambas están viviendo fuera simplemente eso: una fábula idílica. Kelly nunca deseó comprometerse con nadie en San Junipero para disfrutar de un respiro hedonista antes de que su cáncer acabara con su vida. El caso de Yorkie también está afectado por una eutanasia al valerse de una boda con uno de sus cuidadores para poder vivir (superando así los escollos legales y a su familia repelente) esa otra vida que nunca pudo disfrutar. Aunque el anticlímax de rigor marca los tiempos, existe otro punto de debate sobre la realidad de ese otro universo virtual. Yorkie siente ese nuevo pueblo como si todo fuera real mientras que Kelly sabe que vivir allí durante la eternidad acabará convirtiendo a ambas en esos seres que van al Club de Quagmire para tratar de aferrarse a sentir algo, por doloroso que parezca dentro de esa metáfora del infierno dentro del cielo. En cierto modo “San Junipero” (3x04) revela que el amor es un sentimiento tangible incluso en un cosmos virtual y que la escapada de Kelly, para sufrir un accidente de coche similar al de Yorkie, nos revela que ese mundo de videojuego con créditos infinitos no sea la peor opción para enfrentarse a la muerte. Es simplemente eso: una aventura gráfica para toda una (eterna) vida a modo de cielo de los gamers y los amantes de los club de los 80. Esperemos que el pobre de Davis encuentre a su media naranja en la sala de los recreativos, eso sí. Owen Harris tampoco desea ceñirse al algodón o al efectismo lacrimógeno sino que sitúa el recuentro de la amantes, ante la muerte de sus cuerpos y su transición al plano virtual, en los créditos finales. Esas ráfagas también nos remiten a ciertas referencias cinematográficas, como si ambas les quedará toda una película que repetir juntas una y otra vez. ¿Hablamos de “Jóvenes ocultos”?

P.D.: ¿Incluyeron a ‘Just Like Heaven’ de Cure en la banda sonora?

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