jueves, 12 de marzo de 2015

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Todo sobre el final de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo… tróspido?’


Ayer llegamos a la última etapa del camino y el altar satanico-tróspido nos esperaba. ¿Qué sacrificio final realizarían los concursantes para conseguir el amor? ¿Hasta dónde serían capaces de llegar? Nuestras preguntas nos hacían recapitular todo lo ofrecido hasta el momento por ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’ y ratificar que la fórmula, pese a desastres previos, había vuelto a funcionar en todo su esplendor. El éxito de audiencia y sus récords no hacen más que constatar que nos encontramos ante la mejor serie de comedia que se produce en nuestro país. La gala final realmente sintetizó las mejores esencias del edit-reality de Cuatro pero también sus peores tufos. ¿De verdad que estas supuestas cinco bodas no han tenido un guión? ¿Alguien ya se puede creer que cada año cada soltero y su elegida/o final duren menos que una novia a Kiko Rivera o Jason Voorhees? Planteemos que la finalidad del show nunca fue el amor sino el humor de la propia audiencia; construyendo un show y ficción cómica al servicio del chascarrillo de las redes sociales, el critiqueo sin acritud y un generador de parecidos razonables infinito. Bruján Arguelles le robó la capa a Harry Potter y la metió en un barreño de lejía hasta que fue lo suficientemente ‘glam’. Ella (y sólo ella), al fin y al cabo, es nuestra ‘muse’. ¿Qué ocurrió finalmente en #QQCCMHFinal

Úrsula de “La sirenita” y David Crazy Eyes 

¿Se desharía David AKA Crazy Eyes del espíritu de su mamá Úrsula y de su tremendo complejo de ‘Dipo’? ¿Sería Ana la mujer que le haría olvidar los traumas causados por leer al revés el Natorum Demonto junto a la visión de capítulos de series protagonizadas por Ana Obregón? ¿Aparecerían un grupo de feminazis adoradoras de Adonai Elohim para sacrificar tanto a David como a los asistentes a Shiva al grito de «¡VE-ali-Zia! ¡VE-ali-Zia! ¡Azi-Vu-Ze-Me-Maaaaahhhhhagta!»? 

El espectro de Úrsula hizo acto de presencia entre tormentas eléctricas y chillidos de ultratumba. Lanzó su maldición: 
Como no me guste la elemento que ha elegido, por esa puerta me largo… ¡Me largo y devoro las almas de todos los que están aquí y a cien kilómetros a la redonda! ¡AHAAHAHAHAHAHAA! Si no es de mi agrado, en mi casa no va a entrar… ¡y devoraré su esencia junto a la de todo ser viviente desde aquí a Parla! ¡HAHAHAHAHAHAAHAHAA! ¡Flotsam, Jetsam! ¡Flotsam, Jetsam! ¡Flotsam, Jetsam! ¡HAHAHAHAHAHAAHAHAA! ¡Hijos de fruta! ¡Vuestras frutas almas mías! ¡HAHAHAHAHAHAAHAHAA! ¡Flotsam, Jetsam! ¡Flotsam, Jetsam! ¡Flotsam, Jetsam! ¡HAHAHAHAHAHAAHAHAA!

Después de que Bruján la metiera una pastilla cocinada cual metanfetamina por ‘Manantial de Luz’ y Úrsula la deglutiera como un dispensador de caramelos PEZ, por la puerta entró Ana. Úrsula se puso histérica. Demasiado, provocando un gran temblor con sus poderes que acabó en un terremoto de escala Godzilla jugando a la recreativa de ‘Dance Dance Revolution’

Todos murieron en apenas unos pocos segundos cuando el suelo se abrió, tan profundamente, que dibujó una puerta al infierno. Mientras tanto, Úrsula ‘on fire’ se puso en modo buffet y devoraba todas sus almas. David, como acto final, besaba apasionadamente a Ana antes de que ambos fueran condenados al averno y tinieblas por toda la eternidad. Antes de que escucharan el grito diabólico terminal: 
¡Mis cartas no han fallado! ¡Lo sabía! ¡Mis cartas no han fallado! ¡Lo sabía! ¡HAHAHAHAHAHAAHAHAA! ¡Flotsam, Jetsam! ¡Flotsam, Jetsam! ¡Flotsam, Jetsam! ¡HAHAHAHAHAHAAHAHAA! ¡Hijos de fruta! ¡Vuestras frutas almas mías! ¡HAHAHAHAHAHAAHAHAA! ¡Flotsam, Jetsam! ¡Flotsam, Jetsam! ¡Flotsam, Jetsam! ¡HAHAHAHAHAHAAHAHAA! ¡Lo sabía! 

Cuentan que los espectros de David y Ana fueron vistos durante un tiempo por Valdemoro hasta que quedaron como amigos y, ahora, David ha montado un motel en la Carretera de Andalucía regentado por él y una madre que permanece sentada en su mecedora… Se cuenta que Ana está saliendo en la actualidad con Casper. Fin. 

María José y Daniel (Markus)

Ambrosio quería una boda especial para satisfacer a su madre y recurrió al viejo dicho de Mordor «Berlín bien vale una misa negra» para hacer realidad los deseos familiares. El problema de Markus AKA Ambrosio no fue lanzar una colonia con su ADN y un chorrito de su esperma sino no invitar al evento a Kitty, la perra racista hechicera de Nivel 50. MJ todavía seguía escuchando la sintonía de la culpabilidad en un resumen con la banda sonora de Village People y una trama de ciencia ficción con las partituras de Hans Zimmer de “Origen”. Y es que Markus deseaba la nominación a los Premios de la Academia de Hollywood. Daría su beso final de HAMOR con todo el asco del mundo y se frotaría su glande hasta que recibiera el merecido nombramiento por su papel de hetero indeciso en busca de un putón familiar. 


El problema fue que la teoría acabó en una complicada práctica. Sarita se puso a maullar cual gata en celo pero su maquillaje, en la onda de Mordor, homenajeaba a Uma Thurman en una cinta de vampiros góticos. Markus se decantó por Rocío por sus valores familiares y metió su lengua con asco… mientras pensaba en la dorada estatuilla y superaba un conflicto que enternecería el escroto y ‘corasón’ a Spielberg. Todo siguió su guión maquiavélico e incluso un monólogo de agradecimiento a todas las madres orcas de Mordor hizo llorar a Hannibal Lecter y hacerle comer ensalada durante medio mes…. Pero «Berlín bien vale una misa negra» y algo había sido invocado para traer la muerte tras un halo de oscuridad… ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU!


De repente, las doradas puertas saltaron por los aires y, sin que nadie pudiera reaccionar a tiempo, un rayo que iluminaba al mismísimo exterminio de la vida hizo acto de presencia. ¡Era Kitty! La perra hechicera de Nivel 50 abrió su boca, mostró sus colmillos y dictó sentencia por no haber sido invitada a esa boda con guión conjunto de Pedro Almodóvar y Carlos Boyero. Nada bueno podía salir de ESO. Nada bueno… y todos lo sabían, aunque fuera ya demasiado tarde. Kitty alzó su patita antes de recitar el conjuro entre terribles ladridos de odio. ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! Nada ni nadie podía evitar el sortilegio que ni el mismísimo Señor Oscuro podía contrarrestar. Una fosforescencia cegadora y letal sería lo último que Markus AKA Ambrosio, MJ y las putones familiares presentes verían antes de que sus ojos y sentidos fueran arrancados en una violenta espiral. El conjunto espeluznante provocó que la epidermis y vísceras de los presentes acabaran en un huracán mágico que asoló el lugar y lo dejó completamente devastado. La energía del hechizo de Kitty y su notable arte sobre la magia oscura indujo a la desintegración en ese ciclón culminado por tormentas internas que evaporó a todo ser vivo en un cientos de metros alrededor de la perra. Todos murieron… menos Kitty que subió un nivel y ahora es una perra hechicera de Nivel 51. Fin. ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU!

Rosa y Sandro

La denuncia de la asociación P.E.D.D.O a ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’ provocó que el elfo doméstico, primo de Yurena, no estuviera en la gala y boda final. Una decepción mayúscula. Era el mejor personaje de la trama con diferencia. Y es que, como todo culebrón, el altar iba a poner el punto final a esa telenovela venezolana y tróspida gay. Antes, llegó el D-R-A-M-A… y no por la opinión de Rá sobre Vicente: «es una pitón con veneno que le llega desde la punta del pie hasta el tupé». 

Y es que Vicente confesó la infidelidad a Rosa. 
Tengo que decirte algo: cuando empezó el programa, yo estuve con Rá. Hicimos cienciologia y esas cosas. No sé por qué pasó, entre el hotel, el Cula-Cao con ‘droja’, las fiestas todos juntos… y acabamos en una bacanal y jugando al Teto con Rá… Os lo quería contar antes y he tenido 859 episodios del culebrón… pero no sabía cómo hacerlo hasta que el guionista le dijo a Rá que tenía que soltar la bomba fecal y ‘shit’ cual mariquita despechada. No esperaba enamorarme de Sandro. ¡Le amo… hasta que consiga un reality de Mediaset! Sé Rosa que para ti la mentira es una patada en el estómago y puede que no me perdones y me arranques la cabeza cual Mamba negra… pero amo a tu hijo. Lo dice la página 1.598.986 del guión, que conste. ¿Hay alguien de Mediaset aquí para que fiche ya? No sé si podré mantener la pitón de mi entrepierna tanto tiempo casta y quieta… 

Todos lloraron. 

Y es que Rosa confesó la infidelidad de Vicente a Sandro en pleno altar.

Todos lloraron.

¿Con Rá? ¡Con Rá! 

Todos lloraron. 

Allí apareció Vicente con unos sonrientes mariachis coreanos. 

Todos lloraron. 

Vicente confesó su amor a Sandro: «Si te pierdo por este error, mi recto no me lo va a perdonar nunca». 

Sandro hizo la pregunta definitiva: «Necesito saber que todo lo que he vivido contigo en estos 859 episodios de culebrón gay venezolano es real y no hay un coletas ni un maduro por medio». Vicente, tras derramar el equivalente a tres embalses por sus globos oculares, respondió: «Lo es y tú lo sabes. Ya no soy Venezuela, soy Finlandia, soy Noruega, soy tu macho ibérico. ¡Vótame y te prometo que no te la clavaré por detrás! Ju, ju, ju… Lo siento mucho, cometí un error bolivariano y, si pierdo las elecciones por esto, no me lo perdonaré nunca. ¡Te amo! ¡Te amo hasta que me votes, claro!... y consiga ese programa en Mediaset por mi cuenta». 

Un mariachi, poseído por el elfo doméstico, alzó su voz y dijo a los presentes:

Sandro, relaja la raja y #StopDramasPorFavor.
Rosa, relaja la raja y #StopDramasPorFavor. 
Vicente, ¡PUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, deja de meterme mano!... y #StopDramasPorFavor.

Momentos antes de la tragedia

Sandro, tras derramar por sus ojos toda su vejiga, cedió a sus sentimientos y abrazó a su corazón: «Te quiero, pero una y no más». Vicente se abrazó con su amado. Rosa se unió a la orgia de lágrimas y besos. Todos los asistentes estaban tan enternecidos que encharcaron el lugar… hasta que los mariachis, de la felicidad, decidieron tocar una canción de Melendi. El tiempo se detuvo. Los chillidos comenzaron… y los tímpanos empezaron a reventar. Las lágrimas se convirtieron en riadas de sangre entre dolorosos temblores y convulsiones de horror. Ni siquiera los esfuerzos en asesinar a los mariachis con sus propias manos —y quemar sus instrumentos musicales— pudieron evitar que el eco rematara a los ya escasos supervivientes. Sí, todos murieron. Fin... y #StopDramasPorFavor.

María Luisa y Rafa

Aunque todos los castillos de Transilvania habían recibido la invitación, nadie de la comunidad vampírica apareció en la boda de Christian Rafa Grey y Sandra. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Era un tanto obvio que a la pobre Sandra no le quedaba ya ni una gota de sangre por su cuerpo serrano y que el resto de candidatas habían perecido ya en la bañera de la Condesa. Solamente la ya vampiresa de Timbuktu-Alcorcón había sobrevivido por sus poderes oscuros. Precisamente Cristofer, el artista satánico de la familia, alzó la voz y pidió una cita con Claudia tras su protagonismo en ‘Marbella Civil War’. Cristofer, el clon de Butt Head al quitarse sus gafas y lucir sonrisa, consiguió el beso de su nueva amada que se uniría a la comunidad de chupa-sangres. Ambos se convirtieron en murciélagos y revoletearon por el lugar de la felicidad y se fundieron en un lúbrico, sensual y tétrico mimo. La pregunta era sencilla: ¿era ese spin-off legal? ¿Cuándo se considera mayor de edad a un vampiro? ¿¡Cuándo!?


Mientras los productores de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’ hacían cábalas y consultaban a los abogados de la asesoría legal, Christian Rafa Grey despachaba a Sandra y su última gota de sangre. ¡No, pero con lo mona que esta chica iba siempre! ¡Si era tan fina que se bañaba vestida y con ropa interior! ¡No! Los vampiros ricachones confirmaron que no entendían de sentimientos humanos y Rafa confesó su amor por la Condesa Drácula: «Mi madre es el único amor de mi vida. Eres el amor de mi vida y no te cambio por ninguna». Maggria Luigsa, entre lágrimas de sangre ante esa boda negra, habló:
Ag agido ugna fiegta eng mig cagsa. Hangggg vogmitadog en la piggcinsa. Hag gsigdo un maggmarachtxo. Maggmarachtxo. maggmarachtxo. maggmarachtxo. maggmarachtxo. Añldjk adsñljdjñlk ájdñ p´ jfggghg gga. Ainggggggns. Aaggmarachtxo. Ainggggggns. Meggg voygggg. Aaggmarachtxo! ¡ATXO!

Uno de los becarios de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’, al asustarse ante semejante aquelarre e inminente denuncia del defensor del menor vampírico, abrió las cortinas del recinto para que entrara la luz solar. Era conocedor que la familia de la Condesa Drácula no se había puesto su protector y el látex era tan transpirable, para lucir sus galas, que era fácilmente penetrable por los rayos ultravioleta. El maquillaje hizo el resto y Christian Rafa Grey (y familia) se convirtieron en bolas de fuego andantes que explosionaron en una gran combustión que transformó el lugar en un tremendo pasto de llamas. Nadie pudo distinguir los gritos allí porque nadie sobrevivió. Ni vivo ni ya muerto. En cuestión de pocos minutos fueron simples cenizas del mal que allí reinó. Fin. 

Estrella y Diego

«Mi cabeza te elegiría pero mi corazón… no», pudiera haber sido el gran detonante de la Masacre Tróspida de Moldavia. Tal vez… aunque nadie lo sepa realmente ni nunca nadie lo sabrá. ¿Qué pasó exactamente? ¿Quién contrató a los fanboys nolanistas que abrieron fuego contra diestro y siniestro? Sabíamos que Diego se había ganado el odio de las mafias rusas, de bisexuales con contactos en el ejército e incluso de la comunidad otaku al deshacerse de Angie en una tienda de cómics que se convirtió en la tumba de su amor cerebral. Era prácticamente imposible conocer qué hecho aislado había sido la pólvora que hizo explotar y transformó esa capilla en una ráfaga de fuego y tormenta de balas. Pudiéramos entender todo desde el punto de vista de Ver-Nardo, secuestrado y torturado por ese grupo de fanboys nolanistas para conocer el lugar en el que Diego y Bea recitarían sus votos matrimoniales, pese a la oposición de Estrella. Ver-Nardo pudo escapar de sus captores… pero llegó al lugar de la masacre demasiado tarde. Demasiado.


Antes de la irrupción de ese grupo mercenario de fanboys armados nolanistas durante la boda, todo era melodrama. Estrella no pudo soportar la decisión de Diego y al ver a Bea —en plan super-saiyan ‘colorao’ de nivel 5— su arcada fue evidente. ¡No más manga barato sin pasar por la peluquería! ¡No más manga! ¡NO! Diego lucía vestido cual príncipe y su tranquilidad, por conciliar el amor materno y de su Connie Marble castiza, le había encumbrado hacia la madurez que necesitaba un director de cine. Él era el Caballero Oscuro de Melilla pero un golpe militar en la Moldavia de Christopher Nolan iba a recodarle que el odio en el mundo cinematográfico no conoce límites ni tiene suficientes balas. Mientras Ver-Nardo corría para avisar de la llegada del nolanismo radical, las balas rompiendo el aire y los cristales rotos se convirtieron en la banda sonora de tan brutal y extravagante masacre. 


Aunque allí iba todo el mundo armado, cual cumpleaños en “Pink Flamingos”, la lluvia de metralla no perdonó a nada ni nadie. Estrella, agonizante, aprovechó su último suspiro para agarrar del cuello a Bea y soltarla su último FATALITY: «Tengo el mismo color de tapicería en casa y no te distingo. No me gustas… ahhhgggg». Un desangrado Diego trató de acercarse con sus póstumas energías al amor de su vida, pero comprobó cómo Bea y Yasmina se arrastraban para abrazarse e intercambiar eróticamente saliva en un beso lésbico. Diego sacó de su bolsillo su móvil para filmar aquella que sería su ulterior y radical obra maestra, una ópera prima y póstuma de post-cine bañado en su propia sangre. Aunque su pulso era tembloroso, decidió jugarse su último aliento y su propia vida a una mano… mientras se masturbaba compulsivamente con la otra. Fin. ¿Era el fin? ¿No habría más temporadas? ¿Estaban todos muertos? ¿Es el final de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’? Nunca una masacare moldava había dejado tantos cliffhangers, cadáveres y respuestas sin contestar… aunque posiblemente nunca existió una tróspida pregunta.


He aquí todas las crónicas tróspidas de la cuarta temporada de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’:
☞ Todo sobre el octavo programa y semifinal de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo… tróspido?’
☞ Todo sobre el séptimo programa de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo… tróspido?’
☞ Todo sobre el sexto programa de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo… tróspido?’
☞ Todo sobre el quinto programa de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo… tróspido?’
☞ Todo sobre el cuarto programa de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo… tróspido?’
☞ Todo sobre el tercer programa de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo… tróspido?’
☞ Todo sobre el segundo programa de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo… tróspido?’
☞ Vuelve (por cuarta vez) ¿Quién quiere casarse con mi hijo… tróspido?

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2 comentarios:

  1. ay que graciosos algunos payasos de mierda cono el pelao y la mierda peluca que lleva el de traje azul es mas oltero aaaah puta eva rivas manchado y cabrooon el hijo del lope de españa

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    1. Tómese la pastilla Anónimo. Ande, tómesela, que ya es la hora.

      ^_^

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