miércoles, 6 de julio de 2016

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Slasher: The Executioner y otras masacres del subgénero

Serie de TV
“Slasher”
Canadá / Reino Unido / EEUU
2016

Sinopsis (Página Oficial):

Hace treinta años, en la comunidad aletargada de Waterbury, un asesino conocido como El Ejecutor (The Executioner) asesinó a los padres de Sarah Bennett. Ahora Sarah y su marido Dylan han regresado a la ciudad, sólo para encontrarse a sí misma como eje central de una serie de asesinatos horripilantes centrados alrededor de los siete pecados capitales. Parece El Ejecutor está de vuelta. Pero si Tom Winston ―el asesino original― está entre rejas, ¿quién es la nueva persona detrás de la máscara? A medida que aumentan los asesinatos, muchos secretos que habían estado enterrados por mucho tiempo se revelan, por lo que cada persona alrededor de Sarah resulta ser un sospechoso… o una víctima. “Slasher” es una serie de misterio, terror y suspenso. Piense en que “Viernes 13” se encuentra con “Diez negritos”

Crítica Bastarda:

Por mucho que nos digan que la vida no es una novela de misterio, “Slasher” ha llegado para transformar la ficción televisiva en parte de una. Es cierto que la primera serie de Chiller, especializada en terror y suspense, viene de la mano de una última hornada de propuestas que están tratando de rentabilizar el slasher. Tras Scream y Scream Queens ―y con American Horror Story entrado en un territorio de cansancio y/o decadencia― pudieran ser interesantes las aportaciones de la serie creada por Aaron Martin. En realidad, la línea de misterio es lo únicamente atrayente de una propuesta que trata de rentabilizar todo el catálogo de elementos del (sub)género para tratar de conseguir un espectáculo sólido. Es interesante que el único personaje que parece aportar verdad a Sarah Bennett sea ese ‘Ejecutor’ que acabó con sus padres ante los secretos que imponen todas las personas alrededor de la ‘scream queen’. ¿Quién es el asesino enmascarado? ¿Por qué está llevando a cabo tales asesinatos y cuál es su fijación por la protagonista? Hay cierto sentido en que El Ejecutor nos pudiera recordar al asesino de “Se7en” o parte de la cruzada personal de Dexter Morgan, tratando de puntualizar muchos detalles de otros grandes asesinos que han pasado por la pequeña y gran pantalla. En “Slasher” falta tanto originalidad como encanto para hilvanar todos esos elementos y referencias, dejando en evidencia que los mecanismos de tensión son muchas veces ridículos y absurdos. Todo viene marcado desde la secuencia introductoria donde el asesino en serie, obsesionado por los pecados capitales, saca a machetazos (literalmente) a un bebé del vientre de su madre. Y ese bebé es evidentemente Sarah Bennett…


Uniendo todos los elementos del subgénero, “Slasher” se centra en el regreso de la protagonista a su pequeño pueblo natal junto a su esposo y el inicio de una serie de brutales asesinatos en los que Tom Winston, ese Ejecutor que fue encontrando cerca de la recién nacida Sarah, todavía sigue teniendo un papel en su historia personal. Las mentiras y los secretos han formado una gran carcasa alrededor de los habitantes de Waterbury y todo parece remontarse incluso a una noche de graduación de 1968 donde la abuela de Sarah cometió un terrible error que todavía perdura, como germen de un embarazo no deseado que fue una consecución de pecados y herencias oscuras. Scream también podría convertirse en la inspiración principal, dejando a los adolescentes por ya veinteañeros e incluso provectos habitantes que tienen oscuros secretos que esconder, traídos de nuevo a ese sangriento presente a modo de violenta y mortal redención con una desaparición de una joven como eje en común de los grandes pecados del pueblo. Es evidente que “Slasher” bebe desde “Halloween” a “Viernes 13” pasando “El silencio de los corderos” o “Se7en”. Todo vale para figurar en esa coctelera en la que, en realidad, el asesino trata de atemorizar tanto a Waterbury como a la protagonista bajo una agenda completamente planificada y aquí entra en juego la propia lógica de los personajes para conocer la identidad final del Ejecutor en ese juego de posibles sospechosos y víctimas. El concepto vuelve a ser catártico y sangriento, como si el enfrentamiento directo con los demonios personales (sintetizados en un monstruo físico) pudiera purgar ese pasado neblinoso que todo el mundo trata de ocultar. El Ejecutor siempre tiene un motivo para asesinar a sus víctimas y en ese proceso descubriremos, junto a la heroína, aquello que trataban de encubrir y ocasionó ese proceso de purga que servirá de avance tanto a la narración como la investigación que realiza la protagonista. Que se nos mencione La Biblia, a Dante, a Gregorio Magno o Tomás de Aquino desea dar una hondura que “Slasher” tampoco necesita ni a la que tampoco recurre. La serie de Chiller quiere ser un producto diseñado por y para fans del subgénero, aunque sus capas dramáticas queden arrastradas por esas tramas y secretos que se van exponiendo a lo largo de los ocho capítulos que componen la primera temporada. 


No todo ha de ser sangre derramada y machetazos sino que El Ejecutor puede utilizar el ahogamiento, un pozo repleto de serpientes o el veneno como métodos bíblicos y creativos al manual de verdugo. ¿Es movido ese oscuro personaje por la venganza? ¿No nos recuerdan sospechosamente sus métodos a los del último y televisivo Hannibal Lecter? “Slasher” trata de no defraudar a los seguidores del subgénero aunque el problema pudiera ser el agotamiento de viejas fórmulas y sobre ese terreno la idea de Aaron Martin es confeccionar una antología claramente inspirada en American Horror Storyy, por extensión, en Scream Queenseludiendo en todo momento la (auto)parodia y la comedia de terror. El problema es evidentemente que un espectáculo amparado en clichés y cierta autocomplacencia no es sinónimo de calidad ni tampoco de ese toque convincente que busca en algunas ocasiones, recopilando todo tipo de material para acoplar en ese torrente de muertes cruentas y sanguinolentas y golpes de efectos ―con algunos toques gores― cada pocos minutos para que nadie se aburra al otro lado de la pantalla… aunque aquí es cierto que hay demasiado pecado y pecador tanto a un lado como a otro de la cámara.


AVISO SPOILERS: Con medio Waterbury asesinado y después de que en “Ill-Gotten Gains” (1x05) salga la recurrente referencia a Nancy Drew, los flashbacks aportan esa materia para que conozcamos los oscuros secretos de todos los habitantes del lugar. Y nadie aquí está a salvo de la ira final del Ejecutor. La cuestión es que vamos a descubrir por qué Tom Winston hizo lo que hizo la noche de Halloween de 1988. Resulta que los padres de Sarah no eran tan inocentes y se dedicaban al negocio de la pornografía, iniciando el párroco local (el propio Tom) una cruzada frente a esa lucrativa y libidinosa industria asentada en la ciudad y atacando y desenmascarando al distribuidor de la pareja. La madre de Sarah, Rachel, sedujo a Tom para mantener relaciones sexuales y ser filmados sin que el cura lo supiera. Bryan, el padre de Sarah, utilizó esas cintas para chantajearlo y así mantener su negocio en funcionamiento. Tom es, en realidad, el padre de Sarah y estaba completamente enamorado de su madre conduciéndole todo lo anterior a un estado de enajenación que provocó los asesinatos del 88. Al enterarse Tom de que era el padre de esa criatura decidió, más si cabe, acabar con sus repulsivos y desalmados progenitores para salvar a la pequeña Sarah de los mismos. ¿No podía haber llamado a Asuntos Sociales? La cuestión es que Tom descubrirá que su hija es la última víctima de El Ejecutor debido a su soberbia y escapa para protegerla. Tom se sacrificará por la misma y el asesino será revelado al final de “In the Pride of His Face” (1x07) con una lista de sospechosos que se reducía a los propios consortes románticos de la protagonista. Aunque Dylan Bennett dejó claro que era consciente de quién era su esposa antes de iniciar su relación (y utilizó a la misma en sus intereses profesionales y obsesiones personales respecto al caso), el asesino es en realidad el sargento de policía Cam Henry. Da la impresión de que la marca que hizo en la cara Tom Winston a Alan Henry era parte de su legado. El hijo de aquel que se convirtió en el párroco local ―y que acude a alguna dominatrix para ser crucificado (literalmente)― asesinó ya de pequeño a su propia madre estando enmascarado y, finalmente, no dudará en estrangular a su propio padre frente al altar de la iglesia para mantener su secreto. Pese a tratar de acusar Dylan Bennett y conseguir iniciar una relación amorosa y sexual con Sarah, ésta descubre por sus satánicos dibujos de adolescente del actual agente de la ley que se trata del Ejecutor. Y ahí comienza una sucesión absurda de machetazos y persecuciones que dejan a “Soon Your Own Eyes Will See” (1x08) como el más flojo episodio de “Slasher” pese a su clímax y réplicas con el lugar con el que empezó todo y jugar con el cambio de roles. Lágrimas aparte y un final en la onda de La extraña que hay en ti, Sarah apuñalará unas 859 veces al Ejecutor por cada pecado y crimen que cometió con un baño final de sangre. 4 años después, los tres supervivientes se reúnen en frente de la casa de los horrores y dan sentido a ese viaje final en coche de Dylan y Sarah para que se cierre el círculo de todo el arco argumental de la serie. Como esto es un ‘slasher’ no falta un epílogo en el que la hija del matrimonio que va a comprar la casa maldita resulta ser una psicópata en potencia que perpetuará el legado de ese dulce y perfecto hogar… ¿Patético y caricaturesco? No, lo siguiente.

Esta mocosa crecerá y atemorizará a Waterbury. ¿Terror o comedia involuntaria?

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