Outsiders: La llamada de los lobos (y de la montaña)

Serie de TV

“Outsiders”

EEUU

2016

Sinopsis (Página Oficial):

Plasmando una lucha por el poder y el control del conjunto de montes escarpados y misteriosos de los Apalaches, “Outsiders” cuenta la historia del clan Farrell, una familia de proscritos que han estado viviendo de manera autónoma y por encima de la ley transformando la cima de la montaña en su hogar, protegiendo y defendiendo su mundo utilizando cualquier medio necesario.

Crítica Bastarda:

WGN America está tratando de aunar la calidad alcanzada en la cancelada “Manhattan” con una propuesta que también consiga ser un éxito de espectadores o atraer, al menos, a la una gran porción de la audiencia para garantizar su propia supervivencia en la pequeña pantalla. “Outsiders”, al igual de que “The Path”, nos plantea la división de dos mundos colindantes y destinados a enfrentarse centrándose en una comunidad aislada con sus propias reglas, leyes y jerarquías. Pero en la serie creada por Peter Mattei inicialmente poco o nada importa la fe sino los propios códigos de esa sociedad de voluntarios desterrados, formada inicialmente por tres familias (Shay, McGintuk y Farrell) en los que la montaña donde viven les da todo para subsistir alejados de ese otro mundo civilizado y tóxico. El dinero y las armas de fuego son el mal y una tentación que también viene determinada por el futuro de los habitantes de lugar debido a la profecía que indica que un retornado será el nuevo Bren'in y que un diablo se encuentra entre ellos. Uno viene para salvar y el otro para destruir… Asa Farrell es ese hijo pródigo que decide regresar con los suyos aunque la secuencia introductoria invita a cierta ambigüedad, donde le vemos abandonando ese mundo y ciudad que parece haberle conducido al suicidio. Pero ahí surge la figura de unos lobos sin que sepamos si el motivo por el que se detiene formaba parte del miedo a ser devorado por las bestias carroñeras o, finalmente, una llamada de esa montaña para que regrese a su hogar. Poco o nada de la vida durante esos diez años de Asa nos interesa, desvaneciendo sus recuerdos en una especie de pira funeraria, sino el propio retorno con su ‘familia’ mucho tiempo después de haber abandonado su clan y haberse unido a ese mundo perjudicial justo en el momento en el que el estado y el gobernador quieren expulsar a los Farrell de esa montaña que esconde una de las grandes reservas de carbón del país. Aunque el problema mayor incluso pudieran ser las contiendas dentro de esa comunidad por hacerse con el poder…

Tal y como indicó Ryan Hurst en una entrevista detrás de las cámaras, “Outsiders” es una combinación de “Mad Max” con “La casa de la pradera”, aunque muchas veces el acercamiento es sobre una tragedia shakesperiana en la onda de ‘Macbeth’ con “Hijos de la anarquía” y prestados de la parte mística de “La princesa Mononoke”, viviendo de las rentas de espectáculos como “Banshee”, “Vikingos” o “Justified: La ley de Raylan”. Existe evidentemente un conflicto con una compañía dedicada al carbón interesada en la Montaña Shay y con una contienda previa, muchos años atrás, que dejó varios muertos en el proceso. La empresa tiene el favor del gobernador pero no quiere involucrar a la policía estatal por cuestiones políticas, dejando todo el peligroso embrollo a las fuerzas locales. La gente teme a los Farrell y son una leyenda del lugar por lo que plantearse echarlos de la montaña puede suponer riesgos no exentos de un gran y peligroso trance. Evidentemente un espectáculo como “Outsiders” plantea muchas preguntas a parte de la audiencia al desconocer cómo consiguieron electricidad, vehículos o incluso el material para formar una destilería. ¿De verdad es sostenible esa forma de vida? Es obvio que unos tipos que han estado en ese lugar durante décadas y lo han convertido en su fortín y que han saqueado y comerciado a sus anchas con sus ‘vecinos’ tienen una capacidad logística inusual aunque aquello que desea plantear la serie, no obstante, es un concepto legendario y espiritual de una montaña que da todo aquello que necesita a sus habitantes. Y alguno de ellos quiere quebrar tal mandamiento trayendo el fuego (y sus armas) como medida para enfrentarse a aquellos que desean volar la montaña. Asa no va a ser acogido con los brazos abiertos pero la actual dirigente del lugar, matriarca y líder espiritual, se ciñe a la profecía de que ese hijo pródigo podría ser el nuevo Bren'in, planteando a su hijo Big Foster (David Morse) una serie de movimientos para tomar el poder que se vuelven en su contra debido a la propia tradición del clan. Muchas veces el conjunto cae en lugares comunes y situarse en las motivaciones de los personajes puede ser bastante peliagudo con Big Foster comportándose en la mayoría de ocasiones como un violento bebé gruñón. El otro punto de vista para acercarnos al otro bando enfrentando lo hace un personaje ambiguo como el sheriff Wade Houghton, más preocupado de sus problemas personales y familiares ante la no superada muerte de su esposa, conduciéndolo a tantear con el alcohol y las pastillas. Los movimientos de la compañía incluso pudiera recordarnos a “Tierra prometida” de Gus Van Sant tratando de manipular a los habitantes de Blackburg con esa siempre sonriente diablesa sibilina llamada Haylie Grimes. Otro de los puntos de conexión lo realiza el joven Hasil, necesitado de dinero al enamorarse de una afroamericana local, tratando de negociar con un traficante de drogas de poca monta del pueblo ese ‘moonshiner’ que acaba con una tragedia. El vino de los Farrell da la impresión de tener efectos secundarios bastante catastróficos y mortales para esos demonios que tratan de acabar con la montaña…

Es ineludible que “Outsiders” se rige como mecanismos muy clásicos y trillados como un triángulo amoroso y dosis de tensión en ese frente de poder que ha enfrentado a Big Foster con Asa Farrell dividiendo al propio clan. Cualquier espectador va a conectar rápidamente con sus referencias y elementos siendo un arma de doble filo a los intereses del espectáculo de WGN America. Considero que el problema de los trece episodios que conforman la primera temporada de la serie son unas posibilidades que no acaban materializándose completa y satisfactoriamente. Los elementos, por el contrario, están aquí: la estética, el vestuario, el misticismo de la Montaña Shay, el conflicto entre la empresa de energía y los Farrell como antiguos colonos del territorio y, por supuesto, los habitantes y fuerzas de seguridad de Blackburg para dinamitar todo el asunto. El torturado sheriff Wade pudiera ser parte de esas respuestas para el futuro de “Outsiders”, teniendo su evolución como uno de los pilares para construir un arco argumental interesante. En esta primera entrega hemos tenido mucho grito y «Ged-gedyah» pero poco «Ged-gedyah» real, habiendo diluido las ideas y el hype en un embarullamiento y popurrí de elementos muchas veces mal integrados o poco aprovechados. Aunque en “Rubberneck” (1x04) descubrimos cómo alguien puede morir de la manera más absurda posible si se cae en un cepo y trampa de oso y en “All Hell” (1x12) vimos a la pérfida Haylie Grimes perder por fin los papeles, “Outsiders” dejó para su recta final los condimentos necesarios de cara a su futura temporada. La idea siempre fue que Li'l Foster, Asa y G'Win trabajaran juntos para derrotar a Big Foster, aunque los problemas reales son el sheriff Wade y sus hombres. Y aquí surge el movimiento de los escritores y productores para retornar a ese poder místico de la montaña Shay y esa extraña y muda joven que da la impresión de ser la materialización del espíritu de la misma. El resumen, no obstante, se podría sintetizar en esa reunión populosa de los Farrell rodeando a sus enemigos y sirviéndose de las energías primordiales para dar el golpe de efecto y que al otro lado de la pantalla resuene un WTF tal vez demasiado lejano y tardío a estas alturas. Creo que “Outsiders”, por el contrario, si ha sido contundente en algo es en demostrar que se puede vivir sin televisión, internet o teléfono móvil. Aunque, ¿que sea una propia serie de televisión aquella nos desvele el asunto no deja de ser un tanto contradictorio?

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