Título original: “Ghost Shark”
Director: Griff Furst
EEUU
2013
Sinopsis (Oficial):
Un cazafantasmas y un capitán de barco deben trabajar en equipo para descubrir que hay de cierto en la leyenda de la existencia de un tiburón fantasma.
La sinopsis ‘oficial’ poco o nada tiene que ver con la realidad de esta película, un quiero y no puedo, un querer y desquerer de ser una nueva “Sharknado” dando el bocado letal (adecuado y calculado) en el cerebro de la audiencia. Las señales están en medio del mar para que los telespectadores huelan la carnaza y se lancen en masa e inicialmente y sobre el papel, “Ghost Shark (Tiburón fantasma)” cuenta con todos los elementos para ser un pequeño clásico del cine cutre (y nueva ampliación del subgénero sobre ‘escualos’). Otra cuestión es que la idea del film de Griff Furst sea combinar el slasher de adolescentes con los tiburones, marca del Syfy Channel, y sumergirse en la ciencia ficción gracias a todos los lugares comunes que ofrece disponer de un fantasmal tiburón blanco. ¿Suena bien? Sí, pero va a ser que no…
Y es que toda esa combinación del 4 de julio, fiestas que no quieren ser canceladas por políticos, autoridades, funcionarios y cuerpos de la ley son un mero pretexto para que en nuestra orilla y fiesta aparezca el fantasma que ponga en peligro a una comunidad. Olvídese de cualquier referencia meta-intelectual y preparase para un chapuzón de MEMEs, muertes cutres y trospidez embotellada. La idea es que el agua (y cualquier agua) sea el medio para que una luz a lo “Poltergeist” convierta lo cotidiano en un peligro, como una especie de parodia de la ya parodia auto-voluntaria de “El incidente” de M. Night Shyamalan. Evidentemente no hay que tratar de buscar algún tipo de lógica o explicación sino divertirse ante las posibilidades del frenesí fantasmal y que un simple vaso de agua pueda provocar la más mortífera de las muertes.
Al final uno se da cuenta de que “Ghost Shark (Tiburón fantasma)” no es “Sharknado” y —con la premeditada misión de hacer la película más cutre del cine cutre— al final consiguió plasmar una de las peores películas de 2013 que desconocemos cómo no entró entre las peores del Siglo XXI. Loca, estúpida, mediocre y mala, la cinta no explica demasiado los poderes fantasmales de ese escualo que le permiten aparecer en cualquier lugar donde tenga agua dulce o salada para emerger tras un ectoplásmico resplandor. La premisa, además, se pierde finalmente en el desagüe y no amplia su absurda perspectiva. Además, si el cuerpo humano es más de un 60% agua… ¿no era más sencillo para el tiburón aparecer en el interior de sus víctimas y devorarlas desde sus entrañas? ¿O cuando éstos toman algo de líquido surgir y hacerles reventar? ¿Y por qué no se materializa en la sección de refrescos del supermercado? ¿No era más sencillo todo lo anterior que asesinar a millones de personas cerebralmente con este pedazo bodrio? ¿No era más sencillo? ¿No lo era? ¿No? ¿No? ¿No?
¿NO?
¿NO?
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¿¿¿Por qué??? ¿¿¿Por qué en nombre de Dios, amigo Bastardo, te torturas (haces daño a tu mente) viendo estos engendros??? ¿¿¿Por qué??? Yo, cuando veo este tipo de pelis... luego, me siento mucho peor conmigo mismo, jajaja!
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