K.C. Undercover: Muerte cerebral en 1, 2, 3…

Serie de TV

“K.C. Undercover”

EEUU

2015

Sinopsis (Página Oficial):

Una confiada genio de la tecnología y cinturón negro descubre que sus padres son espías, cuyas aspiraciones pasan porque ella siga sus pasos.

Crítica Bastarda:

Aterradora y brutal para cualquier cerebro que la sufra, “K.C. Undercover” ha llegado para ser calificada por algunos sufridos supervivientes como un asesinato cerebral en tentativa. En la serie tienen un espray que te hace olvidar las últimas seis horas de tu vida. Lamentablemente es ciencia ficción y no está comercializado para hacer borrón (neuronal) y cuenta nueva con una de las mayores abominaciones que puede soportar cualquier ser humano en nuestros tiempos. Y no exagero. O tal vez (y como casi siempre) sí. Todo marca Disney Channel, por supuesto. Zendaya protagoniza una comedia en la que unos padres reclutan a su hija para su organización súper-guay-de-espías-defensores-de-la-galaxia aunque no sepamos si son los Hombres de Negro o HYDRA. Todo muy creíble e intelectual por el forro de mi escroto, claro. La serie parece decirnos: ¡métase la tercera temporada de “The Americans” o la cancelada “Allegiance” por dónde le quepa! ¡Esta ficción es 100% creíble y muy sesuda y estudiada! Sobre todo si usted sufrió un derrame cerebral tratando de disfrutarla. 

El espionaje secreto en “K.C. Undercover” es parte del sueño húmedo (?) de un pre-adolescente adicto a las aventuras familiares y al cine de espías más infantil que pueda imaginar un bebé. Por otro lado, el kárate se convierte en el perfecto manual de supervivencia junto a los gadgets más tróspidos del universo para defenderse de los malos. Aunque, desde otro punto de vista, los Cooper son los villanos de la historia. Tranquilos, en este show la única tortura que se produce es aquella que debe soportar la audiencia al otro lado de la pantalla. Entre un lápiz labial con sable láser (o casi) incluido y unos tacones asesinos, el catálogo de humor abarca desde pedos, desnudos soft-porn dignos de un capítulo de los “Teletubbies” y, evidentemente, un recital de estupidez como mejor autodefensa en un mundo completamente idiota. De la edad que aparenta el personaje que interpreta Zendaya mejor no hablamos. Tiene 43 años, ¿verdad? Y, entonces, ¿por qué sigue yendo al instituto y finge ser una adolescente de 14?

A Disney Channel le encanta que en sus series sus heroínas lleven una doble vida hasta que sean mayores de edad y le den directamente a la heroína. O casi. Cortarse las venas o tirarse desde un acantilado es más agradable que ver esta serie pero, en este mundo de masoquismo, seguramente “K.C. Undercover” triunfe. Si a usted esta propuesta le ha lavado ya cerebro dirá que es el espectáculo más divertido y entretenido de la galaxia, que es un homenaje a ese viejo género ya perdido. Por decir tonterías puede decir lo que usted quiera. La realidad es que su cerebro ya no está en el mismo lugar o perdió prácticamente toda su masa. Que la protagonista utilice sus gafas de rayos X para ver el pecho-lobo-gorrión de un hombre si camiseta lo dice todo y es incluso sexista y contraproducente con la audiencia. ¡Cualquier persona inteligente hubiera apuntando a la cabeza para ver si el cerebro era del tamaño de un cacahuete o una nuez! ¡No sean mal pensados, que esto es una serie de Disney Channel donde explotan a androides más pequeñas que la hormiga atómica! Mis condolencias a todas a aquellas personas que intenten disfrutarla y ver algunos capítulos… Solamente puedo decirles que su muerte cerebral será en 1, 2, 3…

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