Cucumber: Sobre sentirse gay

Serie de TV

“Cucumber”

Reino Unido

2015

Sinopsis (Página Oficial):

“Cucumber” de Channel 4 sigue a Henry de 46 años y a su resignado novio Lance. La vida de Henry y Lance es cómoda y asentada pero después de su noche de citas más desastrosa en la historia —que implica una muerte, un trío, dos coches de policía y Boney M— la existencia de Henry queda destrozada y su nueva vida comienza.

Crítica Bastarda:

Leí este artículo una vez. Decía que hay un instituto en Suiza dedicado al sexo. Y publicaron este informe. Estuvieron durante diez años estudiando la erección masculina, y venía con una escala de medida de la dureza. Decían que había cuatro categorías de dureza, desde blando a duro. Empezando con el más blando, el número uno, y que llamaban a eso... tofu. El número dos es plátano pelado. Número tres... plátano. Número cuatro... pepino.

Channel 4 nos va a revelar esa ‘dureza’ desplegada en ocho capítulos de una serie limitada y una proposición que viene acompañada de “Banana” como spin-off en modo simultáneo y una webserie documental llamada “Tofu” a modo de complemento. Ese conjunto de series dramáticas conjugan desde el concepto más blando al más duro. La exploración de una pareja gay en la peor noche de toda su relación —cargada de todo tipo de incidentes— supone la primera página para un nuevo rumbo en la vida de ambos. Russell T. Davies, creador de “Queer as folk”, desea seguir los pasos de ese cuarentón con reprimidos deseos sexuales y anhelos existenciales llamado Henry (Vincent Franklin). La apuesta de “Cucumber” es hablar de la mediana edad de un gay desde su perspectiva mientras que “Banana” se centre más en esos jóvenes con los que comparte piso en esa renovada juventud. ¿Encontrará Henry ese pepino que tanto ansía? ¿O está condenado a vagar por esos pasillos imaginándose todo tipo de romances y posibilidades?

Pasemos página sobre el sueño y fantasía. La mezcla de comedia y drama, junto a muchas dosis de controversia que pueda generar —por hablar y retratar el sexo sin tapujos—, es la materia prima de una serie que parte de un gran colapso y crisis para ir reconstruyendo la vida perdida por ese ejecutivo de seguros que ahora vuelve a desear, amar y tratar de ser desflorado completamente. En realidad, “Cucumber” es una tragicomedia que va más allá del estado de una erección. Planteemos que la creación de Russell T. Davies utiliza toda esa carnalidad que abarca desde la crisis de la mediana edad, el sexo más desenfadado y los problemas para encajar en una vida que tal vez carezca finalmente de sentido.

La serie es menos artificiosa de lo que pueda parecer en ese choque generacional que realmente representa el flechazo que siente Henry por un joven llamado Freddie (Freddie Fox). La búsqueda de un nuevo camino puede conducir a uno equivocado, en el que muchas veces puedes perderte. Bajo ese planteamiento, “Cucumber” es más seria (y más serie) de lo que inicialmente pretendida, porque toda esa crónica un tanto desenfadada sobre el sexo acaba en un concepto mucho más vital y angosto; generando en un asesinato un punto de giro para establecer esos márgenes entre la homofobia y la ambigüedad ética de la propia ley. A partir de ese instante, el show encuentra un sentido mucho más pesimista sobre el sentido de la vida y el tiempo. Henry sigue siendo esa constante de la serie, ese personaje en busca de una llamada y respuesta para ser y sentirse finalmente gay. Lo cuestionamos, como el propio desenlace de la propuesta, nos atrae o nos repele, como si finalmente Russell T. Davies hubiera deseado proyectar en esa pantalla el concepto vital de la propia existencia y ese sinsentido de eternas casualidades, imposibles deseos y desesperados anhelos. No obstante, puede que la pregunta que nos deje sea otra: ¿puede triunfar y convencer una serie que se llama pepino? La respuesta es sí.

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