El
regreso de “The Big Bang Theory” aka “Big
Bang” aka “TBBT” ha sido por partida doble. Después del
esperadísimo para muchos “The Skank
Reflex Analysis” llegó el segundo intento para hacernos temblar en nuestros
asientos. “The Infestation Hypothesis” utilizará
todas las artimañas posibles para que saltemos de nuestros asientos y no
precisamente por un ataque de risa. ¿Histeria? Sí y mucha entre los fans de la
serie que monopoliza Sheldon Cooper.
Sin él no habría serie y lo que empezó como comparsa cómica del personaje que
protagoniza Johnny Galecki (Leonard) acabó en la gran estrella merecedora
de grandes premios. Directo a la cultura popular unas declaraciones de Galecki parecía enturbiar algo la
relación artística entre ambos confesando en una entrevista que cuando el co-creador
de la serie, Chuck Lorre, estaba
haciendo el casting le ofreció a él (y sólo a él) el mítico papel de Sheldon Cooper. Pero Galecki, después de hojear el guión, prefirió
interpretar al otro personaje principal. ¿Hubiera sido igual? Juzgando a ambos
actores seguramente no. ¿Se arrepentirá? Jim
Parsons sí se acordó (y para bien) de su compañero cuando subió a recoger su segundo Emmy y parece que puede ser una tónica
hasta que empiecen a nominar a los actores de la gran rival, “Modern Family”. O hasta que acabe la histeria...
Aunque
Priya esté en la India con sus
padres su relación con Leonard sigue estable, presente y virtualmente. Skype y la banda ancha es el futuro
para las relaciones de pareja en grandes distancias y… también… perfecto para
el sexo virtual. Howard asesora a Leonard y da lecciones prácticas con dos
sistemas de comunicación que simulan una boca humana y en los que se pueden dar
‘besos por internet’. La muestra, otro momento gayer entre Howard y Raj directo a la colección,
posiblemente sea lo mejor de esta trama. El resto es bastante previsible con un Howard
errante entre la incapacidad, los problemas de banda ancha y la indisposición a
encontrar el momento adecuado… Google nos salvará o nos meterá en un buen lío…
Una terrible verdad se esconde dentro del sillón... |
La
trama principal como siempre está enfocada a las peripecias de Sheldon Cooper y sus intríngulis con Penny, que gracias a un personaje concéntrico
a ellos como Amy, han ganado mayor
versatilidad. El mítico «toc toc toc Penny… toc toc toc Penny… toc toc toc
Penny…» seguirá siendo mítico mientras la serie comience a reírse de sí misma
en esos momentos. Aquí está convenientemente explotado junto al ‘sillón del
terror’. Y es que Penny tiene un
mueble que hasta el propio Sheldon
encuentra perfecto si no fuera por un terrible detalle: su lugar callejero de
origen. Eso provoca que se aceleren los trastornos obsesivos de Sheldon y que utilice todo tipo de
armas, incluida Amy, para conseguir
que Penny se deshaga de tan terrible
arma de destrucción masiva.
Besos por Internet |
Amy, en semejante encrucijada,
descubre una terrible verdad: el aparentemente confortable sillón tenía un inquilino
en su interior. Una rata (debería haber sido un alienígena) da un bocado a Amy
y desata la histeria femenina para que volvamos a ver otro elemento recurrente
y posiblemente lo mejor de la serie: las escaleras. El sillón acaba deportado a donde
procedía pero eso no le exonera de un retorno gracias a Howard y Raj.
Lamentablemente no veremos la cara homicida de Sheldon, los gritos de Penny
y Amy ni ese habitante incierto que
siempre permanece en un absoluto off entre las risas enlatadas. Nuevamente a la serie le falta ese punto paranoico y bizarro aunque, al menos, lo intenta con las pesadillas a base de ataque homicida de cucarachas de Sheldon.
Sin Besos ni recompensa |
No negaremos que lo de los labios estuvo gracioso, pero poco más.
ResponderEliminarA esto le pasa lo que True Blood empiezan a meter muchos personajes y al principal o no aparece o lo queman (como aquí)
¿Mejorará con el tercero?
Hola Vuelta a la rútina de las series!
ResponderEliminarLas quintas temporadas no son fáciles. Ni las cuartas en esta serie. Aunque los seguidores como ya están acostumbrados y es lo que realmente quieren agradecidos pueden estar...
Un beso y una flor para el tercer, ¿no?
Saludos bastardos,